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Zagato Zele. La movilidad eléctrica en 1972 según el carrocero milanés

Zagato es uno de los carroceros italianos más afamados y posiblemente el autor de los diseños más extravagantes y personales nunca vistos sobre modelos deportivos de marcas como Abarth. Alfa Romeo o Aston Martin. Sin embargo, a comienzos de los setenta ensayó entrar en nuevos nichos de mercado ante el embate de los populares deportivos fabricados en serie por empresas americanas y japonesas. Un contexto donde apareció el Zagato Zele. Un microcoche eléctrico nacido a la par de los experimentos de FIAT con el X1/23.

En 1972 FIAT presentó el 127. Un modelo que permitió a la casa italiana seguir a la vanguardia de la movilidad urbana continuando la estela marcada por los 500, 600 y 850. Además, con este nuevo vehículo se hacía algo revolucionario. Cambiando el esquema de “todo atrás” por el de “todo adelante” para conservar del 850 tan sólo los motores. Un salto al futuro muy bien recibido por el mercado, el cual entraba a una nueva década con soluciones renovadas para el segmento A. No obstante, más allá de estos cambios mecánicos empresas generalistas como FIAT comenzaban a plantearse la conveniencia o no de los combustibles fósiles.

Al menos en las ciudades. Un hecho que venía por la toma de conciencia respecto a los problemas derivados de la contaminación en unas metrópolis cada vez más colapsadas por el tráfico. Además, la suma de diferentes factores políticos anunciaba para los más avezados la primera crisis del petróleo en 1973. Un trance que puso sobre la mesa la fragilidad de Occidente al depender del crudo extraído en una región tan inestable como Oriente Próximo. Así las cosas, FIAT encargó a Giovanni Michelotti ensayar con diferentes prototipos la idea de un vehículo urbano eléctrico.

Algo que estuvo a punto de llegar a serie cuando en 1972 se presentó el X1/23. Perfecto para moverse ágilmente por intrincados cascos históricos con sus 13’5CV y reducido tamaño. Sin embargo, a pesar de los precios del crudo el mercado aún no estaba preparado para transitar a lo eléctrico. Por ello -y al igual que otros proyectos firmados por Michelotti como el 126 Vettura Urbana– se descartó la producción en serie de este modelo. Una suerte que no corrió el Zagato Zele de ese mismo año, llegando hasta las aproximadamente 500 unidades durante sus dos años en producción. Eso sí, las razones de Zagato para fabricar un eléctrico fueron diferentes a las de FIAT.

ZAGATO ZELE 1972. UN PEQUEÑO ELÉCTRICO ENTRE DEPORTIVOS DE GASOLINA

Los fabricantes generalistas han de ofrecer todo tipo de soluciones de movilidad adaptadas a los tiempos. En base a esto, marcas como Ford, Renault, Citroën o FIAT han experimentado con diseños surgidos según la sociedad cambiaba y evolucionaba. De hecho ahora más que nunca. Con una combinación de explosión demográfica y crisis climática capaz de ponernos ante un escenario nunca antes visto en la historia de la humanidad. No obstante, mientras estas empresas han de satisfacer las demandas del mercado global otras más particulares pueden dedicarse a un mundo aparte.

Es el caso de Zagato. La carrocera milanesa fundada en 1919 con una sólida tradición de fabricación artesanal y atrevidos diseños centrada en el ámbito de los deportivos. En este sentido, su actividad se ha basado en trabajar sobre bases Alfa Romeo, Aston Martin, o Lancia creando modelos de tirada corta o incluso únicos. Todo lo contrario al ensayo de fórmulas eléctricas para la movilidad urbana. Entonces, ¿por qué apareció el Zagato Zele? Pues bien. La respuesta no se haya en las razones de FIAT y su necesaria adecuación a la situación global. Sino en el empuje de nuevos y asequibles deportivos a comienzos de los setenta.

Y es que, aún dedicada a un nicho de mercado alejado de las necesidades diarias, las cuentas de Zagato también habían de cuadrar. Una máxima que en los cincuenta y sesenta podía hacerse sin mucho problema debido a los constantes encargos de las marcas italianas e inglesas. Reinas de la deportividad en aquellos años con modelos que iban desde el Abarth 750 hasta el Aston Martin DB4 GT. Un dominio que empezó a flaquear al entrar en los setenta. Con la aparición de modelos amparados en capital japonés o americano tan atractivos como el Datsun 240Z, el Opel Manta A Turbo o el Ford Capri Mk1.

INTENTANDO CUADRAR LAS CUENTAS

En este contexto, los carroceros artesanales especializados en tiradas cortas quedaron entre la espada de la producción en serie y la pared de sus propias limitaciones. Por ello, con la llegada de los setenta la segunda generación compuesta por Gianni y Elio tomó las riendas en Zagato de cara a reorientar el negocio. Situación en la que surgió el Zagato Zele en 1972. Un coche que, como hemos visto, nunca hubiera llegado a serie en una empresa masiva pero sí en una pequeña. Para la cual unos centenares de unidades no resultan algo irrisorio sino todo un éxito en su facturación. Respecto al diseño éste se asienta en un chasis de acero compuesto por piezas extraídas de los FIAT 500 y 124.

A partir de ahí el Zagato Zele se viste con una sencilla carrocería en fibra de vidrio. Envoltorio del reducido habitáculo con bancada corrida para dos personas, las cuales han de acomodarse en el hueco dejado por una distancia entre ejes de 1’2 metros. De hecho, en total el Zagato Zele mide tan sólo 2’14 metros. Un microcoche perfecto para el desempeño urbano que además entrega en báscula unos comedidos 300 kilos. Cifra muy interesante, ya que en estos modelos eléctricos la potencia no suele ser una virtud. La del Zele queda en los 4’8CV de su motor eléctrico Marelli con cuatro baterías de 12 voltios.

En lo relativo a la carga ésta se realiza a través de cualquier punto de la red con un enchufe que va directo a un transformador. En autonomía, el Zagato Zele puede llegar hasta los 80 kilómetros con máximas de 40 kms/h. Nada del otro mundo, pero más que suficiente para su cometido en desplazamientos cortos por centros urbanos. Misión que cumplieron durante un tiempo, antes de caer en su mayoría víctimas de los desguaces. Razón por la cual hoy en día resulta tan difícil encontrar uno de estos eléctricos a la venta. El cual se nos presenta no sólo como un pionero de la movilidad sin combustibles fósiles sino también como una verdadera rareza en la historia de Zagato.

Imágenes: Dirk de Jager por cortesía de RM Sotheby’s

P.D. El Zagato Zele usado para ilustrar este artículo salió a subasta el pasado 2018 en el marco de la subasta Weird & Wonderful Collection de RM Sotheby’s.

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Escrito por Miguel Sánchez

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