Miguel Sánchez
Cuentan las crónicas que cuando Rafael Gómez “el Gallo” conoció a Ortega y Gasset, recién enterado de la existencia de la profesión de filósofo, éste exclamó “ay gente pa’tó”. Y vaya que si la hay. Porque mientras los más de los trabajadores se levantan un día más, con resignación, rumbo a la jornada diaria… Personas como Stirling Moss han retrasado hasta los 88 su jubilación definitiva. Y es que, aunque obviamente ya no corría al más alto nivel… Sir Stirling Moss aún estaba ligado laboralmente al mundo del automóvil.
Hace tan sólo unos días, y a través de un escueto comunicado en la web de su hijo, nos enteramos de su retirada de los focos. Y bueno, aunque a alguno le pueda parecer extraño tanto demorar el momento… Piensa que cuando eres uno de los pilotos más grandes de todos los tiempos lo haces por la emoción de hacerlo. Sí, el dinero viene solo… la fama, también; pero en la competición uno no pone su vida en riesgo si detrás no hay una gran pasión. Y es que, como dice el propio Moss “nunca te sentirás más vivo que yendo al límite al volante”.
STIRLING MOSS: UN CAMPEÓN SIN CORONA
Si además de las cuatro ruedas propulsadas por un motor te gustan las dos y a pedales… recordarás a Jan Ullrich. El alemán que ganó el Tour de 1997 pero quedó 5 veces segundo y una tercero. La única de las 8 veces que participó en la ronda gala y no subió al podio fue porque quedó cuarto. Moralmente, éso es ganar muchas veces la carrera ciclista más importante del calendario. Sin embargo, el palmarés es el palmarés y como victoria absoluta sólo tendrá una en su historial.
A Stirling Moss le pasa algo parecido. Quedó 4 veces segundo en el Campeonato del Mundo de F1, y 3 tercero… ambas tandas consecutivas. De hecho, es hasta peor que lo de Ullrich. Al menos, el alemán que solía reaparecer después del invierno con unos kilos de más sí ganó un Tour. Stirling sin embargo… nunca se hizo con un Campeonato del Mundo de Fórmula 1. Es todo un campeón sin corona.
Esto no ha impedido que la Federación Internacional del Automóvil lo considerada como “el mejor piloto de F1 de todos los tiempos”. Título éste siempre muy polémico, pero que en el caso de Stirling Moss no es inmerecido. Al fin y al cabo… Hasta que en 1962 un accidente lo obligó a alejarse de la competición, su pilotaje se hizo con multitud de carreras no sólo en la Fórmula 1, sino también en carreras míticas como la Mille Miglia. Allí cruzaba victorioso la línea de meta en 1955, a bordo uno de los coches de competición más famosos de todos los tiempos: el Mercedes 300SLR, una verdadera “flecha de plata”.
LOS VIEJOS ROCKEROS NUNCA MUEREN
Stirling Moss es uno de los pocos supervivientes a la época en la que el automovilismo aún era una auténtica empresa suicida. Un deporte en el que se luchaba contra los límites tanto propios como de la máquina, donde sabías que si perdías el control por un momento y salías de pista… seguramente acabarías muerto. De hecho, tras el fatal accidente de Alfonso de Portago en 1957 se dejó de celebrar la Mille Miglia, tan sólo dos años después de que la ganara Moss.
En definitiva, aunque una vez en la cumbre se gane dinero y se disfrute del reconocimiento del público… Estamos seguros de que Stirling Moss siguió en el automovilismo porque, como dice Keith Richards “no estoy aquí por la pasta, no estoy aquí por la fama, no estoy aquí por ti. Estoy aquí por mí, porque tocar me hace estar vivo. Si todo deja de ser divertido, quiero decir, si se acaba la diversión… abandono”. ¡Disfrute de su merecida jubiliación Sir Stirling Moss!
* Foto de cabecera: Unai Ona
