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La llegada del SEAT 128 3P y su canibalización con el Bocanegra, un asunto polémico

Cuando en 1976 se lanzó el SEAT 128 pocos entendieron las razones de ello. Al fin y al cabo, sólo un año antes se había presentado el Bocanegra. La confirmación de que la marca española quería y podía hacer proyectos propios más allá de adaptar al mercado nacional los diseños llegados desde Turín. No obstante, exigencias comerciales obligaron a SEAT a acceder con las intenciones de FIAT para con la introducción en España de su 128 3P bajo la marca de la primera. Una situación extraña ya que propició la competencia entre ambos modelos, muy similares, dentro de la misma marca.

Conocido popularmente como Bocanegra, el SEAT 1200 Sport de 1975 dejó claras las intenciones de la marca respecto a ser algo más que una extensión de FIAT. En este sentido, la empresa española ya venía sacando algunas variantes propias desde los años sesenta. Década en la que introdujo modificaciones en los diseños llegados desde Turín creando así el 1400 C o el 850 de cuatro puertas. Una exitosa versión con la que consiguió ofrecer la alternativa accesible a un mercado donde la mayor parte del público apenas podía permitirse un tres volúmenes como tal.

Además, con esta creación, SEAT incluso logró salir de las fronteras nacionales cosechando ventas notables entre los taxistas italianos. Así las cosas, los años setenta comenzaron con el deseo de lanzar productos propios y no sólo copias o adaptaciones a España de los modelos FIAT. Sin duda un reto considerable. Pero también polémico. Ya que evidentemente esto iba a ser un punto de fricción entre la matriz italiana y la licenciada española. No obstante, por otra parte existían ejemplos alentadores para SEAT respecto a sus deseos de autonomía.

Sin ir más lejos el de Volkswagen, la cual había dado manga ancha a su filial brasileña llegando a productos tan interesantes como el SP de 1972. La confirmación de que la capacidad industrial de ciertos países había dado pasos de gigante durante los sesenta. Siendo capaces de aventurarse con modelos no masivos pero sí interesantes. Justo el caso del Bocanegra, el cual evidenció la forma y manera en la que SEAT iba cobrando espacios de autonomía en su sempiterna dependencia respecto a FIAT.

No obstante, evidentemente ésta seguía existiendo. Y de una forma favorable para los italianos. Por ello, en ese tira y afloja que se da en toda relación de poder y subordinación, desde Turín se impuso la fabricación en España del SEAT 128 3P.

LA CANIBALIZACIÓN ENTRE HERMANOS

En un gran grupo automovilístico nada se deja al azar. Por ello, la presentación en 1976 del SEAT 128 3P estuvo rodeada de cierta polémica. No en vano, tan sólo un año antes se había lanzado al mercado el Bocanegra. Un producto realizado bajo la égida de la marca española. Aunque el diseño de la carrocería se había apoyado en las líneas creadas por Aldo Sessano para un modelo que finalmente NSU no lanzó por decisión de Volkswagen. Grupo en el cual estaba integrada desde 1969 y que, ironías de la vida, acabaría siendo aquel en el que también SEAT acabaría años más tarde.

Entresijos industriales aparte, lo cierto es que con el Bocanegra se venía a cubrir un segmento de gente joven relacionada con la clase media y las profesiones liberales. De esta forma, el SEAT 1200 Sport fue un buen símbolo comercial para la marca. Exhibiendo su capacidad para hacer coches útiles pero con toque deportivo, adquiridos por los protagonistas de la modernidad y la futura homologación española con Europa. Bajo esta óptica, al Bocanegra se le entiende más como una operación publicitaria que como un producto destinado a la ganancia masiva. No obstante, su recepción por el mercado dejó casi 20.000 unidades en tan sólo cinco años. Una cifra nada desdeñable para la España de aquel momento.

Tras todo esto, ¿qué sentido tuvo la presentación del SEAT 128 3P? Realmente muy poco desde la construcción de una gama bien pensada, pero bastante si examinamos las relaciones entre FIAT y SEAT. Como hemos dicho anteriormente, desde los años sesenta la marca española venía fabricando -e incluso exportando- adaptaciones de los diseños FIAT. Hecho que sólo era posible gracias a un constante “toma y daca”, comprometiendo a su vez a SEAT en la fabricación de determinados modelos aunque ésta realmente no quisiera. Situación que -de forma muy resumida- ocurrió con el FIAT 128 3P y la exigencia del grupo italiano respecto a su fabricación en España.

LA VERSATILIDAD COMO ATRACTIVO

Durante su presentación en Italia el FIAT 128 3P fue elogiado por su gran versatilidad. Un carácter que destacó SEAT al fabricarlo en España, describiéndolo como un coche hecho para “cumplir una ley de mercado”. De esta manera, aunque a primera vista el 128 3P pueda parecer poco familiar, su visión está en realidad bastante cercana a ello. Así las cosas, la presentación del modelo por parte de SEAT empezaba con una afirmación práctica. “El automóvil es un bien social de mercado”. Por ello, el 128 3P llamaba la atención gracias a sus líneas deportivas aunque tras éstas se escondía la función de un familiar con cinco plazas y la de un break con su maletero de fácil acceso gracias a la tercera puerta.

Además, tampoco se descuidó el apartado de la seguridad. Dotando a la carrocería con zonas de deformación programada en las zonas delantera y trasera. Junto a ello, aunque en el eje trasero se incorporaron frenos de tambor en el delantero se montaron de disco junto a un servofreno. En materia de suspensiones la delantera contó con brazos oscilantes y sistema McPherson, mientras que la posterior tuvo una ballesta transversal de efecto autoestabilizador. Todo ello para hacer del SEAT 128 3P un modelo al que poder buscar el nervio deportivo, pero sin perder nunca la suavidad y la practicidad.

Hecho subrayado por sus mecánicas. Una de 1.197cc y 65CV procedente del 124 y otra de 1.438cc y 75CV extraído del 131L. Otro de los motivos que hicieron del 128 3P fue un modelo tan brillante como poco entendido en ciertos medios del momento. No obstante, nada nuevo cuando hablamos de un vehículo donde se funden varios conceptos en una suerte de mezcla imprevista. Justo la definición que, al mismo tiempo, lo hizo ser objeto de elogio en otros. Concretamente en Autopista, la cual calificó al SEAT 128 3P como un coche “honesto y razonable”. Eso sí, lastrado por su alto precio. En parte justificado por su producción, la cual quedó en poco más de 30.000 unidades durante cuatro años.

Y es que, al fin y al cabo, estamos ante un coche donde se representa la paradoja de la versatilidad. La cual deja de ser exitosa en ventas al pasar de un determinado punto. Justo ése donde la mayor parte de la gente ve un producto atractivo pero poco claro. Salvando las distancias, algo similar a lo que ocurrió con el polémico Renault Avantime. No obstante, si un hecho define a la historia comercial del SEAT 128 3P es, obviamente, la canibalización que interpretó junto al Bocanegra. Una de esas historias donde los contratos y favores cruzados en los despachos estuvieron por encima de la lógica comercial.

Fotografías: SEAT / FCA Heritage

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Escrito por Miguel Sánchez

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