En respuesta a Sixt y Continental

El pasado cinco de febrero las empresas Sixt y Continental hicieron públicas las conclusiones extraídas del estudio que habían realizado sobre el envejecimiento del parque automovilístico español. Entre ellas, se destacaban dos que afectarían de manera terrible a la conservación del patrimonio cultural industrial de nuestro país: la recomendación de achatarrar todos aquellos turismos con más de treinta años de antigüedad y la prohibición de la venta o intercambio entre particulares de todos aquellos con más de quince. Los objetivos que justificarían la adopción de dichas medidas son una mayor seguridad al volante y un medio ambiente más limpio.
Vayamos al grano: El propósito de este artículo no es otro que el de «desmontar» sus argumentos para, a continuación, exigir que estas dos compañías se retracten públicamente. En pro de la transparencia, comenzaremos citando literalmente la información publicada en El País acerca de la presentación del estudio, que al proceder de la agencia de noticias EFE, también fue difundida por el diario El Mundo. A continuación, reproduciremos la noticia de Europa Press del comunicado conjunto que Sixt y Continental emitieron dos días más tarde para matizar su postura respecto a los clásicos, y del que también se hicieron eco medios de tirada nacional, esta vez especializados, como Expansión o El Economista.
Una vez expuestas estas informaciones, entremos en materia. A partir de aquí vamos a servirnos del informe «Mantaining our Mobile Transport Heritage» publicado en octubre de 2006 por el Movimiento Europeo en favor del Vehículo Antiguo, auspiciado por la Federación Internacional de Vehículos Antiguos (Federation Internationale des Vehicles Ancienes, FIVA), que es el primer documento con el que se trata de definir y cuantificar en sus diversas facetas la afición por los vehículos antiguos en el Viejo Continente. Para quién no sepa inglés, existe también una versión traducida al castellano. Además, nos valdremos de la experiencia que a lo largo de 24 años de servicio ha acumulado la correduría de Seguros Sergio Romagosa S.L.
Antes de nada, y para quiénes no conozcan la FIVA, diremos que es la organización internacional que vela por la conservación y correcto mantenimiento de los vehículos antiguos, a nivel mundial. Está formada por las federaciones nacionales de más de 50 países, entre ellas la FEVA española, que a su vez engloban a los clubes de aficionados que funcionan en su territorio y que así lo desean. Desde La Escudería creemos que es particularmente importante afiliarse a la FEVA ya que es nuestra representante de cara a las Administraciones Públicas, de la misma manera que la FIVA lo es frente a la Unión Europea. Así, unidos, nos hacemos notar y exponemos nuestros puntos de vista a la hora de la elaboración de nuevas leyes que podrían perjudicarnos injustamente.
Asimismo, merece la pena definir qué entiende esta federación por «vehículo antiguo» o, dicho de manera menos técnica, clásico: será considerado como tal todo aquel vehículo que tenga más de 30 años, independientemente de su tipo; que no se utilice para realizar desplazamientos habituales y que se encuentre conservado con arreglo a su estado original. Los automóviles, motocicletas, camiones, autobuses, tractores o cualquier otra máquina que sirva para que el ser humano pueda transportarse y que cumpla los requisitos exigidos queda englobada y protegida por la FIVA y, en Europa, por su Movimiento Europeo en favor del Vehículo Antiguo.
Este concepto es el único para el que se ha conseguido consenso internacional, pero ello no quiere decir en ningún caso que vehículos más modernos deban ser achatarrados, ya que si así se hiciera, obviamente, se estaría destruyendo los «clásicos» del futuro y, como veremos a continuación, el patrimonio cultural industrial continental. Y es que lo único que puede convertir a un vehículo antiguo en tal cosa es el paso del tiempo.
En realidad, es difícil pensar en algo que haya transformado más las sociedades europeas que el transporte mecanizado por carretera. Pero es que, además, el desarrollo de esta tecnología ha tenido lugar en buena medida en el Viejo Continente, razón por la cual se ha convertido aun con más fuerza en una de sus señas de identidad, de su cultura. Eso es lo que convierte a los vehículos antiguos en patrimonio histórico a conservar; un patrimonio, además, mantenido única y exclusivamente por sus propietarios y que después es disfrutado por el conjunto de la sociedad mediante las distintas actividades que, a menudo, organizan de manera altruista.
LAS CONCLUSIONES DEL INFORME
Dicho esto, centrémonos en el informe mencionado: para lograr su objetivo, FIVA envió unos 750.000 cuestionarios a las entidades afiliadas (clubes y otros), a sus miembros y a aquellos negocios directamente implicados en el sector del vehículo antiguo de un total de once países de la Unión Europea, representativos de los otros 12 (en total 23) que tienen delegaciones de la federación. Por tanto, no incluye a los aficionados que forman parte de entidades no miembros de ésta, ni a los negocios que participan «de refilón» en el sector ni a las personas que utilizan un vehículo antiguo como vehículo principal o como segundo vehículo. Las cifras de sus conclusiones, que presentaremos a continuación, son, pues, por fuerza, conservadoras.
Por otro lado, los dueños de este patrimonio gastan directamente en productos y servicios relacionados con su afición, como por ejemplo en vehículos, combustible, mantenimiento, libros y revistas, seguros, automobilia o ropa, entre otros, 4.900 millones de euros.
Los clubes, por su parte, realizan un gasto adicional anual de 39 millones.
Además, a menudo son empleados de negocios que llevan funcionando más de 10 años (en concreto un 67% de los 9.000 mencionados con anterioridad), lo que demuestra que están firmemente asentados y tienen afán de continuidad.
Por otro lado, un 71% de esos negocios ofrecen formación especializada que cualificará al aprendiz o alumno y que le dotará de unas habilidades que, al tratarse un sector minoritario, le diferenciarán durante el resto de su vida.
Un 83% de los vehículos antiguos son utilizados menos de tres veces a la semana y un 71% recorren menos de 1.500 kilómetros al año. Menos de un 10% recorre más de 3.500. Mientras que la totalidad de los vehículos registrados circulan anualmente una distancia de 2,2 millones de millones de kilómetros, los vehículos antiguos tan solo recorren 1.400 millones, es decir, un 0,07% de dicho kilometraje.
Además, los aficionados sujeto de la investigación asistieron aproximadamente a 265.000 eventos fuera de sus países de origen. También durmieron 2.680.000 noches fuera de casa con motivo de su afición; ambas acciones redundan en el fomento del turismo y el estrechamiento de los lazos intercomunitarios e interculturales.
Por otro lado, hay unos 2.000 clubs afiliados a FIVA, que aglutinan en su seno al menos a alrededor de 786.000 entusiastas. 165.000 de ellos pertenecen a entidades radicadas fuera de su país de residencia. Los clubes recaudan anualmente 1.800.000 euros para organizaciones benéficas.
Las revistas especializadas en vehículos antiguos más importantes tienen una una tirada anual de alrededor de 20 millones de ejemplares; y, por último, existen en la UE unos 700 museos dedicados al transporte, que atraen anualmente a 75 millones de visitantes.
LAS CONCLUSIONES EQUIVOCADAS DE SIXT Y CONTINENTAL
Resulta fácil pensar que si nuestros automóviles son achatarrados a la fuerza o si se ponen trabas y cortapisas a su supervivencia, la porción española de toda la riqueza cultural, social y económica descrita se reducirá significativamente o, incluso, desaparecerá. Desde Continental se nos aconseja que los hagamos históricos, algo que sin duda es una posibilidad. Sin embargo, se hace sin caer en la cuenta de que muchos posibles vehículos antiguos no se encontrarán en manos de un aficionado antes de tener 15 años de antigüedad, fecha a partir de la cual, si se legislase en el sentido que recomiendan las compañías alemanas, sería imposible venderlos. Por lo tanto, la solución promovida, dado su coste de entre 600 y 1.000 euros, constituye más bien una razón adicional para enviar a buena parte de este futuro patrimonio nacional al desguace.
Con franqueza, ambas propuestas, de achatarrar aquellos turismos con más de 30 años y de prohibir la venta e intercambio entre particulares de aquellos con más de 15, son desproporcionadas: nuevamente se intenta matar moscas a cañonazos; es decir, solucionar los problemas de la seguridad vial, del medio ambiente y del sector automovilístico mediante el camino más fácil, cuya andadura lesionará injustamente los derechos de quienes menos lo merecen. Desde La Escudería deseamos que prime el consenso sobre la radicalidad, los matices sobre el simplismo. Señores de Sixt y Continental, lo pueden hacer mejor, y de paso barrer menos para casa. Por cierto, ¿conocían ustedes la existencia del informe de la FIVA?
Por otro lado, desde la experiencia que a lo largo de 24 años de servicio ha acumulado la correduría de seguros Sergio Romagosa, S.L., especializada en la intermediación de seguros especialmente diseñados para vehículos con al menos 20 años de antigüedad y con un límite de kilometraje anual -la modalidad de seguro a la que suelen acogerse los aficionados-, las recomendaciones de las dos multinacionales suenan poco menos que absurdas. Y es que, a parte de dicha limitación contractual -5.000 Kms. para turismos-, que habla por si sola en cuanto a contaminación se refiere, la frecuencia de siniestralidad de los vehículos objeto del trabajo de Sergio Romagosa es del 2%, cinco veces menor que el 10% del cómputo global del ramo de seguros de automóviles. Es decir, de cada cien pólizas contratadas solo dos -frente a diez- registran un accidente, gracias a una utilización del riesgo asegurado muy inferior a la media. Además, y de nuevo significativamente, en un 80% de los casos la culpa es del vehículo contrario.
Un vehículo, a partir de 20 años de antigüedad, a menudo circula de una manera esporádica, funcionando como segundo vehículo o vehículo sustitutivo en lugar de como principal; más aun cuando se trata de máquinas que sobrepasan la treintena de edad, a los que les corresponde la tarifa de seguro más económica. Ello es así porque, al no ser ya aptos para el tráfico diario, apenas se mueven. A la luz de estos datos, nos preguntamos si en Sixt y Continental han consultado correctamente las estadísticas de siniestralidad del sector asegurador.
hablaremos al final, corresponde a un 1500 como éste (Por Francisco González)
En definitiva, sendos consejos de achatarrar aquellos automóviles con más de 30 años y de prohibir la venta e intercambio entre particulares de aquellos con más de 15 resultan difícilmente justificables, máxime cuando se estima que en España no circulan más de, aproximadamente, 150.000 vehículos de los que se dedican a asegurar corredurías especializadas como la de Sergio Romagosa.
Por ello, hemos decidido enviar un escrito a ambas compañías exigiéndoles que se retracten públicamente de sus conclusiones con la misma pretensión mediática con que las difundieron; avisándoles de que en caso de no hacerlo, no tendremos más remedio que contactar con sus respectivas centrales en Alemania, con la FIVA y con la ADAC Historic Vehicle Section alemana. En cualquier caso, una copia de este artículo llegará a los ministerios y a las entidades públicas que pudieran estar interesadas en su conocimiento.
Por último el lector ha de saber que no es casual el que no le hayamos ofrecido un enlace a un resumen oficial o al informe original presentado por las multinacionales alemanas. Tras pedirlo por correo electrónico a Continental en dos ocasiones, el 14 de febrero y el 19 de marzo, finalmente lo que se nos envió tras ese segundo intento fue el documento tipo PowerPoint que probablemente sirvió de guía de exposición en el evento de presentación y difusión de las conclusiones cuestionadas en este artículo.
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