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Mercedes 300 SLR Fangio Mille Miglia réplica. Homenaje artesano en Argentina

A comienzos de 1955 Juan Manuel Fangio ya estaba en lo más alto. Con dos títulos de campeón de F1 a sus espaldas, aún le quedaban otros tres pilotando bólidos de Mercedes, Maserati y Ferrari. De los ocho años que participó en el campeonato, cinco lo ganó y dos quedó segundo. Un dominio incontestable gracias a una pericia al volante que aún lo encubra como el que, para muchos, sigue siendo el piloto de F1 más habilidoso. Incluso su coetáneo y rival Stirling Moss lo reconoció como “el más importante de todos los tiempos … una figura paterna”.

Sin embargo, durante los años 50 los pilotos aún no se especializaban en una única categoría. La F1 resultaba un fenómeno reciente. Por ello, las grandes carreras de resistencia como la Mille Miglia, Le Mans o Targa-Florio seguían siendo parada habitual en el calendario de pilotos más enfocados en los GP. Así las cosas, el equipo oficial Mercedes preparó para 1955 siete roadster y dos coupé destinados a las carreras de sport prototipos. Todos ellos basados en el W196 de F1 y agrupados bajo la denominación Mercedes 300 SLR (W196S).

Un vehículo en la estela de las míticas “flechas de plata”. El cual tuvo una unidad destinada a las manos de un Fangio en estado de gracia que combinó la temporada en F1 con seis carreras a bordo de este 300 SLR. Entre ellas están el Gran Premio de Suecia, la Eiffel-Nurbrugring o Le Mans. Pero también la Targa-Florio -donde quedó segundo- y la mítica edición de la Mille Miglia en la que quedó tercero frente a un Stirling Moss capaz de pulverizar todos los registros de la carrera. Un acontecimiento histórico que 66 años después ha vuelto a la actualidad debido a dos noticias. La llegada del 300SLR original al Museo Fangio y la presentación de la réplica que estás viendo.

MERCEDES 300 SLR. MARCADO POR LA TRAGEDIA

9 carreras ganadas entre 12 competidas. Ése es el historial en F1 del Mercedes W196 de 1954. Uno de los monoplazas más míticos de todos los tiempos, símbolo de los primeros años del campeonato y montura definitoria para dos pilotos tan emblemáticos como Fangio y Moss. Un extraño caso de monoplaza de F1 con unidades de ruedas carenadas. Dotado por primera vez con la inyección de combustible proveniente de los aviones Messerschmitt BF109 de la Segunda Guerra Mundial. Todo un prodigio de la ingeniería alemana del cual se derivó en 1955 el 300 SLR para las carreras de resistencia.

Sin embargo, la historia está preñada de paradojas. Una de ellas es la de replegarse justo en el momento más alto. Justo lo que le pasó a Mercedes con su 300 SLR en 1955, conmocionada tras el llamado Desastre de Le Mans en el que murieron 83 espectadores. De hecho, con Fangio la última carrera que compitió el 300 SLR fue la Targa-Florio en octubre de ese mismo año. Una despedida con la que este coche cerró un año espectacular, especialmente gracias a la victoria de Stirling Moss en la Mille Miglia. Una de las actuaciones más sobresalientes del británico, en la que batió el registro de velocidad de la carrera gracias a una milimétrica preparación de la ruta junto a su copiloto.

Eso sí, compartiendo podio con Fangio en tercera posición. El cual se vio seriamente lastrado por el fallo en uno de los ocho cilindros en línea del novedoso sistema de inyección. La joya de la corona en una mecánica de tres litros capaz de entregar 310CV a 7400rpm. Más que suficiente para los 899 kilos de las versiones roadster del 300 SLR, construidas en torno a un chasis tubular de acero revestido con paneles de aluminio. Una pieza histórica ahora debidamente guardada en el Museo Fangio de la ciudad argentina de Balcerce, pero también recreada por la empresa cordobesa Clásicos y Especiales.

COPIA MATRICULABLE. EL 300 SLR DE CLÁSICOS Y ESPECIALES

Tres años de intensa labor. Eso es lo que ha tardado la empresa de la argentina Córdoba en recrear artesanalmente la unidad del 300 SLR con la que Fangio disputó la Mille Miglia de 1955. Una réplica cuidada al detalle, la cual visualmente coincide con la original gracias a que este taller pudo hacerse con un SLR original para la toma de las medidas. A partir de ahí, y de forma íntegra en las instalaciones, comenzó un proceso en el que se ha recreado el chasis tubular, tan sólo adaptando la toma de las suspensiones. Y es que éstas, al igual que otros muchos componentes mecánicos escondidos bajo la carrocería, son totalmente actuales.

Algo lógico, más aún si tenemos en cuenta que los de Clásicos y Especiales partieron de una réplica para el día a día. Por ello este 300 SLR réplica es plenamente matriculable gracias a la ley de autos artesanales argentina, contando con motor, ABS y control de tracción extraídos de Mercedes Clase C del 2002 en adelante.

Todo ello sin tener porqué renunciar al sonido bronco de un coche con los tubos de escape recortados, saliendo justo por delante de las puertas laterales. Sin duda una réplica excepcional, fruto de un arduo trabajo de documentación y no pocas horas de artesanía y taller. Un buen homenaje a aquella flecha de plata con la que Fangio disputó seis carreras de resistencia en 1955.

Fotografías: Clásicos y Especiales

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Escrito por Miguel Sánchez

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