Javier Romagosa
Normalmente el objeto de nuestros desvelos se queda en la garaje. Cerramos una puerta tras nosotros y subimos a casa… Y lo echamos de menos. Suplimos su ausencia con la familia, si es que la tenemos, pero también con una buena decoración automovilística, una biblioteca especializada o, incluso, una Berlinetta Bóxer encastrada en el salón (Sí sí, ¡increíble pero cierto!).
Exageraciones aparte, lo cierto es que si nuestra pareja nos lo permite podemos amueblar la casa con objetos relacionados con nuestra pasión. Uno de ellos podría ser este armatoste de apariencia futurista fabricado por la empresa checa Motion Sim y que con un poco de imaginación nos hará sentir como verdaderos pilotos.
Al menos nos llevará lo más cerca posible de la experiencia, aún a falta de las temidas fuerzas G. Sin duda se trata de un simulador de conducción para descargar adrenalina a raudales. ¿Y cuánto cuesta? Pues no lo sé, pero intuyo que mucho algo más que una PlayStation 4… En cualquier caso, ¡es como para pensárselo!
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