La Escudería
Al circular por carretera no es raro ver a algún otro conductor que, con cara de pocos amigos, encara la reparación de uno. Y es que da igual la calidad de los neumáticos de todo tiempo: los pinchazos están a la orden del día.
Para librarte en la medida de lo posible de tan desagradable percance te vamos a dar algunos consejos que podrás aplicar desde hoy mismo al ‘calzado’ de tu coche. No hace falta ser un gran experto en la materia, tan sólo tener siempre presente que los neumáticos son importantísimos -son lo que mantiene al coche pegado al asfalto- y seguir la serie de pautas que te sugerimos a continuación…
CUIDA Y PROTEGE TUS NEUMÁTICOS
La primera de todas es las más básica y además bastante obvia: Se trata de revisar visualmente los neumáticos. Sobre todo antes de emprender un viaje, fíjate bien para asegurarte de que no encuentras ninguna piedra ni nada similar incrustado. De manera más habitual y sencilla, observa tu coche de frente por delante o por detrás: Si alguno de los laterales aparece más bajo que el otro es probablemente porque una de las ruedas de un determinado eje no tiene la presión adecuada, aunque también pueda deberse a la suspensión. Finalmente, cuándo conduzcas escucha en busca de algún sonido o ruido anormal y, si detectas algo, acude a tu taller.
Otro elemento esencial a chequear con asiduidad es el dibujo del neumático. Es el encargado de desplazar el agua en caso de lluvia y sus surcos tienen que presentar por ley al menos 1,6 milímetros de profundidad. Una buena forma controlar esto es utilizando un euro: Si el dibujo no está desgastado podremos introducirlo en cualquiera de los surcos al menos hasta ocultar la franja dorada que rodea a la moneda. Si lo está, será el momento de de cambiarlo, y también si, debido a una presión inadecuada, el dibujo se ha desgastado de manera desigual y en exceso por el centro o por los laterales.
Si no quieres evitar pinchazos o, sobre todo, evitar el temido aquaplanning, vigila tu dibujo.
Otro punto importante es conocer las especificaciones del fabricante. Los neumáticos u otros recambios de coche e, incluso, el propio vehículo, se comercializan con una completa información para su correcto mantenimiento. En el caso de las ruedas se suelen indicar claramente aspectos como por ejemplo su duración o el grado de adherencia sobre los diferentes firmes que habrán de pisar. ¡No olvides consultarla!
IMPORTANTÍSIMA: LA PRESIÓN
Sin embargo, no se suele especificar el dato fundamental de la presión, con lo que deberás buscarlo en otro lugares como, entre otros, en el manual de usuario del coche, en el lateral de la puerta, junto al asiento del conductor, en el interior de la trampilla del depósito de carburante o en las tablas que las gasolineras ponen a disposición de los usuarios.
Una vez conozcas el dato de la presión adecuada, tan sólo tienes que comprar un manómetro y una bomba de aire. Si no quieres complicarte la vida, bastará con pasar por una estación de servicio para, si antes no notas algo anormal, revisar que se corresponde con la de tus neumáticos.
Comprueba la presión, incluida la rueda de repuesto, todos los meses y antes de un viaje largo, a poder ser con los neumáticos fríos. Si lo haces en caliente – habiendo circulado más de 4 kilómetros a baja velocidad- deberás añadir 0,3 bares a la presión recomendada.
LA DURACIÓN DE UN NEUMÁTICO
Un neumático viejo normalmente es un neumático deteriorado y, como tal, presenta una adherencia empobrecida y mayor probablidad de sufrir un pinchazo. ¿Y cuándo es un neumático viejo? Pues es difícil decirlo, pero según fabricantes como Michelin podemos considerar que con 5 años, antigüedad a partir de la cual deberemos acudir a un especialista para que lo revise al menos una vez al año. Por otro lado, siempre deberemos seguir las recomendaciones de sustitución de los neumáticos del fabricante del vehículo y, sobre todo…
Deberemos cambiar los neumáticos de más de diez años desde la fecha de fabricación, aunque parezcan estar en buen estado y no hayan alcanzado el límite legal de desgaste.
EL SENTIDO COMÚN, LA PRIMERA CLAVE
Existe otro factor clave para evitar pinchazos en los neumáticos: se trata del sentido común. Una conducción agresiva, subirse a los bordillos de las aceras o hacer frenadas muy bruscas continuamente son hábitos que te harán desgastar las ruedas considerablemente y, ante todo, más deprisa.
Además, te obligará a ejecutar con mayor frecuencia operaciones de paralelo y equilibrado, que, pinchazos aparte, debes hacer cada vez que notes vibraciones o un desgaste desigual del dibujo como parte de las operaciones de mantenimiento de los neumáticos.
Frecuentemente -y sobre todo antes de emprender un viaje- es importante que le pidas a tu mecánico que eche un vistazo a los neumáticos. Seguro que entre tus controles y los suyos minimizáis en gran medida la posibilidad de sufrir un inoportuno pinchazo o alguna eventualidad aun peor.
Los fabricantes de automóviles exigen a los usuarios que cada cierto número de kilómetros lleven su coche a revisión. Normalmente los talleres repasan los neumáticos entre las otras tareas de mantenimiento del vehículo a realizar, si bien te recomendamos que revises la hoja de trabajo para asegurarte se de que se ha cumplido con las premisas de la marca.
Finalmente, y en todo caso, acude a tu mecánico en caso de necesitar reparar alguno de los neumáticos. Desmontaje, reparación y montaje requieren de un profesional en la materia. Mimar tus neumáticos hará que conduzcas más seguro y, de paso, ahorres algún dinero. ¡No pierdas de vista nuestros consejos!
