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Ford Maverick, el coche económico cuyo éxito casi acaba con el Mustang

Coincidiendo con los años de menor popularidad para el Ford Mustang, otro coche económico de la misma marca y nacido en 1970, el Maverick, estuvo muy cerca de acabar con el icónico “Pony Car”, razón por la que decidieron producirlo durante solamente siete años.

Si hablamos de coches emblemáticos que ha producido Ford para Estados Unidos, el Mustang es uno de los primeros nombres que vienen a la cabeza. El revolucionario modelo de la firma del óvalo es considerada la obra magna de Lee Iacocca, logrando sobrepasar todas las expectativas y batiendo en su momento el récord de ventas para un coche en su año de lanzamiento, con un total de más de 619.000 unidades vendidas.

Quizá sorprenda saber que dentro de la misma marca hubo otro coche que creó una rivalidad interna con el cupé que tenía un caballo por emblema. Pero es que a principios de la década de los setenta existió otro modelo que logró eclipsar al Mustang como el vehículo predilecto de muchos compradores que terminaban decantándose por un Ford; el Maverick, presentado para la temporada de 1970.

LOS NUEVOS FORD PARA LOS 70

Los años setenta pasaron a la historia del automóvil como una década de cambios, especialmente en América. Los vehículos estadounidenses tuvieron que adaptarse a las cada vez más estrictas medidas de seguridad y anticontaminación, a la vez que competían en ventas con marcas extranjeras que iban ganando terreno cada año. A esto se suma la primera crisis del petróleo de 1973 y sus consecuencias para esta industria.

Antes de que los fabricantes americanos presentasen sus primeros compactos para competir con los utilitarios europeos y japoneses en 1970; AMC Gremlin, Ford Pinto y Chevrolet Vega, Ford anunicó su nuevo modelo como un “guerrero contra las importaciones”. Coincidiendo con el quinto aniversario de la presentación del Mustang, Ford introdujo al público el nuevo Maverick el 17 de abril de 1969. Este coche que se planteaba como un subcompacto económico perfecto como segundo coche para cualquier familia y se por solamente 1.995 dólares.

El Maverick se había planteado como un sustituto para el popular Ford Falcon, que a su vez había servido como base para el primer Mustang. El ingenio de Lee Iacocca, que aún no había ocupado la presidencia de Ford, demostró que un nuevo automóvil económico de menor tamaño tenía un gran potencial para convertirse en todo un éxito de ventas. Para el año 1970 la marca contaba con tres coches asequibles cuyos nombres estaban inspirados en distintos tipos de caballos: Mustang, Maverick y Pinto.

Ford Maverick con un caballo.
Maverick es un término para el ganado sin marcar, incluidos caballos.

MAVERICK CONTRA MUSTANG, UNA COMPETENCIA INTERNA EN FORD

De nuevo la plataforma del Falcon serviría para el nuevo Maverick, aunque esta tuvo que ser rediseñada para adecuarse a los estándares de seguridad y mecánica de los años setenta. La historia se repetía otra vez, pues en 1960 el Falcon se convirtió en un auténtico superventas cuya popularidad comenzó a resentirse una vez apareció el Mustang en el mercado en 1964, y lo mismo estaba por ocurrir con el Maverick.

Por poner las cosas en perspectiva, 1970 no fue un mal año para Ford en absoluto. Lograron vender 2,1 millones de coches en Estados Unidos, de los cuales 579.000 fueron Maverick, una cifra sorprendente para un modelo debutante, mientras que el Mustang apenas llegó a las 200.000 unidades. Una situación que fue empeorando para el “Pony car” a medida que subían los precios de los combustibles y ante la imposibilidad de asegurar vehículos más potentes en Norteamérica.

Inicialmente el Maverick se ofreció inicialmente con dos motores de seis cilindros en línea; uno de 2,8 litros y 105 CV, y otro de 3,3 litros y 120 CV, que daban a los propietarios un consumo relativamente razonable. Poco tiempo después se sumaría al catálogo otro seis en línea de 4,1 litros y 145 CV, además de un V8 de 4,9 litros y 210 CV que se añadió en 1971.

Ese mismo año se incorporó a la familia del Maverick una versión de cuatro puertas para aquellos que no buscaban una carrocería fastback, convirtiéndolo en un sucesor más parecido al Falcon. Además, la marca de Ford Motor Company, Mercury, lanzó el Comet, que no era más que un Maverick vendido con otro nombre con mejores acabados y un precio más alto.

Así pues, el coche fue recibiendo mejoras año a año que lo convertían en una opción cada vez más interesante para muchos posibles compradores. En 1974 se presenta el Mustang II, segunda generación del coche, que fue algo decepcionante hasta para los aficionados más incondicionales del modelo. Con un Mustang muy descafeinado en el mercado, un gran volumen de las ventas que ocupaba este coche pasaron al Maverick Grabber, acabado deportivo de este coche, que era más barato y más rápido.

EL COCHE QUE MURIÓ DE ÉXITO

Pese a que fue un modelo extremadamente popular la vida comercial del Maverick fue muy breve. La idea de los ejecutivos de Ford era mantenerlo en producción durante cinco años, hasta el lanzamiento del próximo modelo intermedio de la gama más económica de Ford en América: el Granada.

Ante la popularidad decidieron alargar su fabricación hasta 1977, aunque no sin tomar antes algunas medidas, como subir arbitrariamente y de manera drástica el precio del Maverick Grabber, para proteger así al niño mimado que era el Mustang II.

De esta manera acabó la lucha que David tenía con Goliath dentro de Ford, y el Maverick pasó a mejor vida mientras que era sustituido por el Fairmont, que, aunque la belleza es subjetiva, es uno de los diseños más anodinos de Ford en su historia.

Sorprendentemente el Maverick se fue sin mayor pena ni gloria y apenas es recordado en EEUU, pues el protagonismo durante los setenta lo ocuparon los Mustang II que usaron Los Ángeles de Charlie o los peligrosos y polémicos Pinto. Sin embargo, en Brasil son considerados vehículos de culto muy valorados, pues fueron los únicos V8 de Ford que estuvieron disponibles en el país durante mucho tiempo, desarrollando sobre su plataforma coches como el Centauro.

Imágenes: Ford

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Escrito por Javillac

Esto de los coches le viene a uno desde niño. Cuando otros críos preferían la bicicleta o el balón yo me quedaba con los cochecitos de juguete.
Recuerdo aún como si fuese ayer un día en el que nos adelantó un 1500 negro por la A2, o la primera vez que vi un Citroën DS aparcado en la calle, los paragolpes cromados siempre me han gustado.

En general me gustan las cosas anteriores a la época en la que yo nací (hay quien dice que estoy reencarnado), y en el top de esa lista están los coches, que junto a la música, hacen la combinación ideal para un rato perfecto: conducción y una banda sonora acorde al coche correspondiente.

En cuanto automóviles me gustan los clásicos de cualquier nacionalidad y época, pero como mi debilidad están los coches americanos de los 50, con sus exageradas formas y dimensiones, razón por la que mucha gente me conoce como "Javillac".

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