Javillac
Los años sesenta fueron una gran década de cambios que también afectaron a la industria del automóvil. Esto fue especialmente notable en América, y si hay que citar un año clave como punto de inflexión bien podría ser 1964, con el lanzamiento al mercado del Pontiac GTO, considerado por muchos como el primer muscle car, y el debut de los Ford Mustang y Plymouth Barracuda.
Esos dos últimos crearon una nueva categoría de automóviles, los Pony car, que eran coches de dos puertas caracterizados por su tamaño compacto y un precio de compra asequible, un gran atractivo para los compradores. Pero, aunque el Plymouth Barracuda se lanzó unos días antes que el Ford, terminó siendo el Mustang el modelo que dio nombre a esta clase de turismos.
EL COCHE QUE CASI REVOLUCIONÓ AMÉRICA
El 1 de abril de 1964 Plymouth presenta un nuevo modelo; el Barracuda, aunque se pensó en bautizarlo como Panda. Este coche era un coupé que contaba con una atractiva carrocería tipo fastback que tan de moda estaban en aquel momento desde la presentación del Corvette de segunda generación. Este modelo fue obra del diseñador John Samsen, y se basaba en la plataforma del Plymouth Valiant, que era el coche más asequible del catálogo de Plymouth, y por ende de toda la Chrysler en América.
El Barracuda compartía mecánicas con el Valiant. Los motores más básicos eran de seis cilindros en línea; el más pequeño de la gama era de 2,7 litros y desarrollaba 101 CV, y también se ofrecía la mecánica de 3,7 litros y 145 CV que equiparon los Dodge Dart Barreiros en España y posteriormente los 3700. También, y como era casi obligatorio en Estados Unidos en aquella época, hubo un V8 de 180 CV.
El coche solo se ofrecía con una única carrocería que era el fastback. Este fue uno de los mayores puntos fuertes para el departamento de marketing de la marca, que publicitaron al Barracuda como un coupé atractivo, asequible y muy usable al tener espacio para cinco ocupantes y ser capaz, con los asientos traseros abatidos, de transportar bultos de más de dos metros de largo. Como curiosidad, este Plymouth aún alberga el récord de contar con la pieza de cristal de mayor tamaño de un automóvil fabricado en serie.
UN PEZ FUERA DEL AGUA
Aunque el público recibió al Barracuda con un gran entusiasmo el devenir de este recién nacido modelo cambiaría apenas dos semanas después. El 17 de abril de 1964 el Ford Mustang se presentó al público, y era un coupé que seguía la misma fórmula del Plymouth al basarse en el modelo más básico de la firma; el Ford Falcon.
Desde entonces ambos fueron competidores directos en un segmento de la industria que fue bautizado como los Pony car, que dejaban claro el favoritismo absoluto del Mustang. El modelo de Ford contaba además con varias carrocerías; coupé y convertible, además de sumar a finales de 1964 una versión fastback.
Los precios eran muy similares, el Barracuda tenía un precio por debajo de los 2.500 dólares en su versión más básica, mientras que el Mustang salió al mercado por 2.368 dólares. El Plymouth logró vender en su primer año 23,433 unidades, cifras más que respetables, pero mínimas comparadas con el Ford, que ya en su primer día en el mercado había vendido 22.000 unidades, y que durante 1964 fabricó 263.434 de estos coches, diez veces más que la competencia.
Plymouth fue haciendo cambios en el Barracuda con nuevas mecánicas más potentes para hacerlo más competitivo, y aunque sus ventas iban in crescendo, no había nada que hacer contra el caballito de Ford. En 1967 aparece la segunda generación del modelo, que finalmente incorpora la versión coupé y convertible además del fastback, y en 1970 se estrena la tercera y última generación del coche que fue cuando alcanzó el sumun de la deportividad, al dejar de compartir plataforma con el Valiant y equipar motores de hasta 425 CV. Finalmente, en 1974, en plena crisis del petróleo, dejó de fabricarse este icónico modelo.
¿UN BARRACUDA EN BARREIROS?
Como se ha mencionado previamente, el Plymouth Barracuda de primera generación se podía equipar con el motor “Slant six” de Chrylser, de 225 pulgadas cúbicas, o 3,7 litros, que compartían con los Dodge Dart que Barreiros fabricó en Villaverde desde el año 1965.
Bajo el titular “El Barracuda lo fabricará Barreiros” la revista Velocidad en su número 247 publicado el 4 de junio de 1966 colocaba en portada una noticia que cuanto menos era llamativa. Por desgracia los planes para la fabricación española de este coche no llegaron a materializarse y ver un Barracuda con el anagrama del apellido Barreiros quedó solamente en una bonita idea. 
Imágenes: Chrysler, Revista Velocidad
