Iván Vicario Martín
Puede que se trate de un globo sonda, uno más, para ver cómo reaccionan los ciudadanos ante un posible medida de la Comisión Europea. Lo cierto es que, desde primeros de año el rumor se ha ido haciendo más y más fuerte: la UE estaría planeando prohibir las grandes reparaciones en los vehículos más viejos. Desde LA ESCUDERÍA nos preguntamos a qué se refieren con grandes reparaciones y a partir de qué edad estaría prohibido hacerlas. Peor aún, ¿afectará la medida a nuestro queridos clásicos?
Lo cierto es que, una vez más, Europa trata por todos los medios de rejuvenecer un parque automovilístico cuya edad no ha hecho sino crecer en los últimos años. Y no sólo en España, sino en todos los países de nuestro entorno. Los motivos parecen claros: las sucesivas crisis, la inflación desbocada, el encarecimiento de los coches y la imposición de la movilidad eléctrica por las bravas. En el tema de la ecología y el automóvil hemos querido ser más papistas que el Papa y lo estamos pagando.
Por ello, la Comisión Europea formuló una propuesta el pasado 13 de julio en la que se establece que, cuando un propietario quiera vender su coche de segunda mano, se tendrá que determinar si el coche se encuentra al final de su vida útil. De ser así, no podría ser reparado, ya que se consideraría “vehículo residual”. Veamos continuación a qué se refiere dicho concepto.
QUÉ PROPONE LA COMISIÓN
Como ya hemos adelantado el nuevo reglamento que está preparando la Comisión Europea incluiría el concepto de “vehículo residual”. Este se referiría a un coche de cierta edad -se baraja la cifra de los 15 años- y con un alto kilometraje, es decir, que se considere que está cerca del final de su vida útil. Con el fin de impedir que siga circulando, se prohibiría que se le hicieran grandes reparaciones. Hablamos de operaciones como la sustitución del motor, la caja de cambios, algunas partes de la carrocería y, en general, cualquiera que supere el valor del coche.
La norma también afectaría a coches desmontados, víctimas de incendios, que hayan sufrido una inundación, con problemas serios de corrosión, en las suspensiones o en los frenos. En definitiva, una caustica tan grande que casi parece hecha a propósito para incluir al mayor número de vehículos posible. Para la Comisión Europea, algunas de estas reparaciones supondrían “una pérdida de la identidad original del vehículo”, lo que justificaría su achatarramiento.
Por supuesto, la Comisión ha corrido a desmentir el rumor, afirmando en Twitter que “La propuesta no impedirá reparar o cambiar los motores de los coches cuando sea necesario”. Después aclaró que “sólo se aplicaría a una minoría muy reducida de coches cuya especificidad es un motor concreto. Por supuesto, no es el caso de los coches estándar”. Es decir, algo que se está cociendo, aunque antes de que se aplique, el nuevo reglamento tendría que ser aprobado en el Parlamento Europeo y el Consejo.
CÓMO PODRÍA AFECTAR A LOS CLÁSICOS
Aquí llegamos al quid de la cuestión, pues no es difícil pensar que esta norma pueda llegar a afectar a algunos coches clásicos. Además, “ataca” de lleno a todos los preclásicos o youngtimers, ya que el desmentido de la Comisión es tan ambiguo que nadie sabe a qué se refiere con eso de “especificidad es un motor concreto” o “coches estándar”. En todo caso, si hacemos caso a que el valor del vehículo puede ser uno de los baremos, el reglamento dañaría especialmente a los clásicos populares.
Con todo, parece altamente improbable que se apruebe un reglamento que prohíba reparar vehículos de más de 15 años a las bravas. Uno de los motivos sería el de la seguridad, pues a buen seguro acabarían por generalizarse la reparaciones caseras e incluso algunos talleres clandestinos. Además, el sector de los talleres y concesionarios también se vería muy afectado, más allá del impacto que ya van a sufrir por la imposición de la movilidad eléctrica.
La lógica dicta que serán los vehículos comerciales e industriales quienes sufran con dicha normativa, aunque habrá que verlo, pues puede darse la misma picaresca que antes referíamos. También puede haber problemas a la hora de rescatar un clásico largamente abandonado o del que sólo queden partes sobre las que se quiera reconstruir una unidad. Habría que mirar caso por caso, pero está claro que el reglamento les afectaría a menos que se cogiera un determinado intervalo de tiempo (por ejemplo, entre los 15 y 30 años, con lo que sólo resultarían afectados los preclásicos). Sea como fuere, el globo sonda está lanzado y más nos vale estar atentos a lo que pueda llegar.
Fotografía de portada de Jesús María Izquierdo.
