Mario Laguna
Coches premiados
Entre los premios de 15 categorías, destacaremos los siguientes:
El arte del diseño
Premio de clase oportunamente otorgado a un magnífico Dino 206GT de 1968. En efecto, se trata de un modelo de rápida apreciación en gran medida debida al estudiado diseño de la carrocería de aluminio que identifica el innovador trabajo de Pininfarina en los años sesenta. El coche en particular fue el expuesto en el salón de Bruselas del mismo año.
Durante la inspección del jurado, el motor V6 en posición central trasera del Dino se negó a arrancar y necesitó la ayuda de una batería externa. Entre los engorros prácticos de los Ferrari (similares también en otros modelos), cabe señalar que la batería se encuentra en posición delantera debajo de la rueda de repuesto. En caso de necesidad de acceder a esta hay que sacar la rueda. Quizá por esa razón en modelos más recientes… ¡se ha suprimido la rueda de repuesto!
Coche más icónico
Al jurado le parecería un icono representativo de su tiempo el Chrysler Special Ghia de 1953. Icónico puede ser, poco práctico también, puesto que a pesar de un voluminoso maletero no hay sitio para los equipajes, que deben entrar por las puertas del habitáculo y colocarse en el asiento trasero. Como coches de ejercicio de estilo los aspectos prácticos no tenían importancia puesto que no eran coches destinados a la producción en serie, en este caso sólo se fabricaron tres ejemplares.
Centenario Maserati
Una clase especial se había previsto para celebrar el centenario de la marca. El premio se atribuyó a un Maserati Méjico (Mexico en la denominación oficial) de 1968 carrozado por Frua. El coche en particular se trata de un ejemplar único presentado en el salón de Ginebra del mismo año.
Clase A: Coches abiertos de antes de la guerra
Premio adjudicado a un Excelsior Alberto I cabriolet de 1927, encargado por el embajador de Rumanía en Londres, quien no pagó la factura, siendo vendido entonces a un particular en Africa del Sur. El coche regresó a Bélgica en 2002, donde se restauró.
Clase C: Coches deportivos de antes de la guerra
Resultaron premiado en esta clase un Delage D6-7C Figoni&Falaschi de 1936. El coche fue encargado para participar en las 24 horas de Le Mans de 1936, pero debido a las difíciles condiciones sociales del momento canceló su inscripción. Por el contrario, en 1937 participó en la carrera llegando en cuarto lugar de la clasificación general. La carrocería original se perdió y se construyó otra respetando el mismo estilo.
Mejor interior
Este es un aspecto que se suele valorar con el conjunto del coche, pero en Zoute había un premio de clase exclusivamente destinado al interior. Ganó el premio un original interior de color verde menta combinado con un volante blanco y botones de instrumentación de hueso, que realzaban el aspecto art déco de un Alfa Romeo 6C 2500 de 1950.
Coche mejor preservado
La tendencia actual de los concursos de elegancia es a premiar a los coches en estado original, con preferencia a los que son restaurados en exceso. Un Lancia Aurelia B52 Bertone de 1951 ganó el premio en esta clase, con la increíble particularidad de totalizar únicamente 3.500 Km en el marcador.
Carrocería más especial y única
Premio conseguido por un Ferrari 166 MM Oblin de 1953. El carrocero belga Martial Oblin recarrozó este coche después de que su carrocería original se perdiera en los avatares de la competición. Originalmente se trataba de un Vignale coupé.
Best of Show
Habiendo ganado el premio de la clase «Coche más elegante», un Ferrari 250GT Pininfarina cabriolet de 1958 fue proclamado vencedor absoluto del concurso. Como suele suceder, la decisión del jurado fue duramente criticada a diestro y siniestro ya que el coche en cuestión no tiene una historia particularmente interesante ni, en opinión de muchos, es el 250GT más bonito de los realizados por Pininfarina.
En el entorno de los participantes, se llegaba a afirmar que el premio se adjudicaba para una revalorización del coche con vistas a una próxima reventa. Rumores que naturalmente no podemos confirmar de fuente fiable.
Curiosidades
Los FIAT 1100 Abarth Zagato no son unos coches que se vean pasar con frecuencia al volver cualquier esquina; sin embargo, en Knokke había dos, uno en el rallye y otro en el concurso de elegancia.
El propietario de un Chevrolet Corvette participante en el rallye ha adaptado su motor, quizá espantado por el consumo elevado de gasolina, al funcionamiento por bioetanol a partir del maíz y estaba adornado con hojas de esa planta.
Por su parte, las galerías de arte locales se vuelcan en las obras relacionadas con el automóvil.
