La última edición de la Concentración de Clásicos de Valdemorillo ha sido, un año más, un éxito absoluto. Celebrada el pasado domingo 8 de septiembre, tuvo como centro neurálgico la plaza de todos de La Candelaria, que se convirtió en una verdadera fiesta en torno a los coches de colección. He hecho, fueron más de 200 vehículos los que tomaron parte en el evento organizado por el Club Clásicos Valdemorillo, una cifra que habla muy bien de su gran capacidad de convocatoria.
De 10 a 11 de la mañana se recibió a todos los vehículos participantes que, a continuación, quedaron expuestos para goce y disfrute del resto de aficionados, pero también de los transeúntes y lugareños. La afluencia de público también fue notable, pues la concentración coincide con la celebración de las Fiestas en honor de la Natividad de la Virgen. De esta forma, se consiguió el primero y principal objetivo del evento, que es fomentar la afición y la cultura sobre los coches clásicos.
Entre los vehículos participantes, había representantes de prácticamente todas las eras de la automoción, con especial protagonismo, como no podía ser de otra manera, de los coches nacionales. Por su antigüedad, destacó especialmente un autobús de la empresa Julián Castro matriculado en 1934, recordado precisamente por prestar servicio en la zona.
PREMIADOS EN LA CONCENTRACIÓN DE CLÁSICOS DE VALDEMORILLO
Una vez efectuada la tradicional bendición de los vehículos participantes, esta 13ª edición de la concentración celebró la habitual entrega de trofeos. Para la ocasión, se contó con el alcalde de Valdemorillo, Santiago Villena, quien aprovechó para felicitar al presidente del club, Alberto Camarero, por el gran trabajo llevado a cabo. Un club que también quiso agradecer el apoyo recibido desde el Ayuntamiento, a través de la concejalía de Promoción Económica.
El premio especial del jurado correspondió al autobús de Julián Castro del que hemos hablado. El trofeo al mejor restaurado fue para un Cadillac Eldorado, mientras que el mejor conservado recayó en otro americano, un Chevrolet Corvette C2 Sting Ray cabriolet. Un Imperial LeBaron de 1963 recibió el reconocimiento al más elegante de la concentración, cerrándose la lista con un Ford A de 1929, el más antiguo entre todos los participantes.
En lo referente a las motocicletas, el premio a la mejor restaurada fue para una preciosa Bultaco Matador, mientras que una Sanglas 350 recibió la consideración de mejor conservada de todas. La más elegante entre las participantes fue una magnífica Montesa Impala, recayendo el trofeo a la más antigua en una soberbia Harley-Davidson.
De esta forma se ponía punto y final a esta edición de la Concentración de Clásicos de Valdemorillo, con la organización ya pendiente de poner rumbo a la del año que viene.