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Un truco polémico, el «crash test» del Lamborghini Countach

Entre la presentación del primer prototipo del Countach y la salida a calle del modelo distaron tres años. Un tiempo en el que se produjo este polémico truco a fin de lograr la homologación.

En la historia del diseño automovilístico, pocos periodos fueron tan trepidantes como los años a caballo entre la década del sesenta y la del setenta. Un periodo en el que, gracias a los carroceros italianos, la apariencia estética de los superdeportivos cambió radicalmente. De hecho, entre 1968 y 1970 aparecieron al menos cinco prototipos esenciales para comprender la revolución del diseño en cuña. Dominados por sus volúmenes rectos y angulosos, éstos rebajaron la altura hasta tal punto que incluso llegaron a necesitar puertas con apertura vertical. Algo muy bien ejemplificado por el Alfa Romeo Carabo. El primero de aquella saga experimental, firmado por Marcello Gandini sobre la base de un Tipo 33.

El prototipo original en su primera apariencia, sin las tomas de aire posteriores.

Además, tras esta creación de Bertone Pininfarina también se sumó a la nueva corriente estilística gracias al 512S Módulo diseñado por Paolo Martin. Un verdadero alarde futurista con su altura de tan sólo 90 centímetros. De hecho, un poco más que lo marcado por el Lancia Stratos Zero de Bertone. Posiblemente, el hito con el cual el diseño en cuña llegó a su paroxismo más experimental. Así las cosas, aquel proceso donde fueron protagonistas los lápices de Marcello Gandini, Paolo Martin y Giorgetto Giugiaro marcó las pautas a seguir por los superdeportivos del mañana.

Es más, sus frutos no tardaron en llegar a la producción en serie, especialmente gracias a Lamborghini. La cual necesitaba sorprender a su clientela con un automóvil capaz de replicar la fascinación suscitada por el Miura en 1966. Todo ello tras haber presentado como últimas novedades al Espada, el Islero y el Jarama. Dos de ellos diseñados por Marcello Gandini, el cual estaba perfilando muy bien la imagen de la casa italiana con sus trabajos en Bertone. Así las cosas, y más aún teniendo en cuenta cómo precisamente él había firmado el Carabo, en Sant’Agata Bolognese le encomendaron vestir a su nuevo diseño con motor central-trasero.

De esta manera, en el Salón de Ginebra 1971 se presentó el prototipo Countach LP500. Completamente funcional aunque, al mismo tiempo, todavía en clara fase experimental. De hecho, su propio nombre revelaba sus aspiraciones al compararlo con la realidad. No en vano, mientras la nomenclatura LP500 daba a entender la aparición de un nuevo motor con hasta cinco litros, en verdad este prototipo seguía montando la mecánica V12 cuatro litros de los Espada e Islero. Todo ello sobre un chasis aún en fase de desarrollo. Con paneles soldados en la parte delantera y una compleja estructura de tubos en la trasera.

Además, la propia carrocería necesitaba de no pocas modificaciones. Especialmente en lo relacionado con las tomas de aire. Las cuales se demostraron completamente insuficientes a la hora de refrigerar a la poderosa mecánica atmosférica. De hecho, cuando al fin en 1974 se presentó el LP400 -la versión final para la producción- el Countach ya aparecía con sus características entradas tipo periscopio.

Asimismo, el chasis también había evolucionado hasta convertirse en uno completamente tubular. Más ligero pero también más endeble. Un punto polémico en todo lo que se refiere a las pruebas de choque. Sin duda, un episodio más que polémico en la historia del Lamborghini Countach.

LAMBORGHINI COUNTACH LP500, UNA HISTORIA DE PICARESCA

A comienzos de 1974 el Lamborghini Countach ya estaba casi listo para entrar a a fase de producción. Sin embargo, aún quedaba una prueba importante por cumplimentar. Hablamos de las pruebas de choque necesarias para la homologación, las cuales habrían de pasarse en las instalaciones de la británica MIRA. De esta manera, según indican algunas fuentes la unidad llevada allí por Lamborghini fue estrellada contra un bloque de hormigón el 21 de marzo. Además, los resultados fueron excelentes.

Y es que, a una velocidad de 50 kilómetros por hora, el frontal sólo se deformó algo menos de medio metro. Mientras tanto, la columna de dirección penetró únicamente poco más de un centímetro hacia el pecho del conductor. Por si todo esto fuera poco, las puertas seguían siendo totalmente operativas y, asimismo, la luna frontal había aguantado sin problemas reseñables. En suma, el Lamborghini Countach estaba listo para la producción en serie tras lograr las homologaciones oportunas en materia de seguridad.

Si embargo, tiempo después vendrían algunas revelaciones gracias a las cuales conocemos la treta urdida por el fabricante italiano. Y es que, buscando el primer prototipo del modelo -aquel LP500 presentado en 1971- la prensa especializada descubrió cómo, precisamente éste, había sido el modelo utilizado durante aquellas pruebas de choque. Es decir, el Countach pasó su homologación usando un chasis completamente diferente al montado por la versión de producción.

Algo realmente polémico pues, no en vano, el montado en el primer prototipo resultaba mucho más rígido en su frontal debido a los paneles soldados. Sustituidos, como antes indicamos, por la estructura tubular propia del LP400. Asimismo, aquel primer prototipo finalmente acabó desaparecido tras años languideciendo en un almacén de Sant’Agata Bolgnese. Un hecho que algunos podrían considerar un borrar pruebas aunque, en verdad, no resulta tan extraño.

De hecho, la propia Scuderia Ferrari tuvo durante varios años la política de destruir sus monoplazas de F1. Razón por la cual no se conserva ni uno sólo de los 156 “Shark Nose” originales. En fin, sea como fuese, lo cierto es que esto representa una página tan polémica como literaria en la historia del Lamborghini Countach. Y es que, como casi todos los grandes diseños, éste también tiene sus zonas oscuras y, por qué no decirlo, rebosantes de picaresca mediterránea.

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Escrito por Miguel Sánchez

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