Miguel Sánchez
En 1899 el automovilismo aún estaba en pañales. Pero por eso mismo se estaba viviendo una época de pioneros. Todo era nuevo y arriesgado. Un mundo donde cada novedad técnica no era un simple avance más, sino una verdadera revolución. De hecho, en aquellos tiempos de experimentación donde se estaba tanteando el futuro hubo todo tipo de alardes y hecho curiosos a la luz de la actualidad. Uno de ellos fue el protagonizado por La Jamais Contente. El primer automóvil en rebasar la barrera de los 100 kilómetros por hora, cumpliendo la hazaña precisamente en la primavera de aquel año.
Además, lo curioso no sólo es que se tratase de una especie de cohete puesto sobre un chasis parecido al de una calesa. ¡Es que se trataba de un vehículo eléctrico! Es más, justo unos meses después el joven Ferdinand Porsche presentaba su Lohner-Porsche con ingenios eléctricos en cada una de las ruedas. Así las cosas, los momentos finales del siglo XIX rezumaron experimentación en materia automovilística. Algo que se vio especialmente en la competición, debido al uso que de ésta hacían no pocos fabricantes como medio de pruebas y promoción. Llegados a este punto, en 1899 se celebró la primera edición del Tour de France Automobile.
Organizado por el diario Le Matin bajo la supervisión del Automobile Club de France, su primera edición constó de siete etapas ultimadas con la victoria de un Panhard et Levassor. Todo ello por carreteras que las más de las veces se podían calificar como simples caminos, demandando tal resistencia que de los 49 coches vistos en la salida sólo llegaron unos 20. De esta manera, el Tour de France Automobile fue celebrándose con serias interrupciones hasta 1986. De hecho, durante breves periodos llegó a ser puntuable para el Campeonato Mundial de Resistencia y el Campeonato de Europa de Rallyes.
Entre sus ganadores encontramos modelos tan icónicos y prestaciones como el Ferrari 250 GTO, el Lancia Stratos o el Porsche 911. Pero también otros más modestos como el Renault 4CV. Además, el listado de pilotos ganadores incluye a Sandro Munari, Michèle Mouton, Alfonso de Portago o Jean Ragnotti. Datos que van sumando para hacer del Tour de France Automobile una de las competiciones históricas más representativas del panorama europeo. Por ello, en 1992 resucitó en forma de prueba para clásicos tanto para velocidad como regularidad. Una magnífica excusa por la que, cada año, se celebra el museo sobre ruedas que sigue siendo el Tour de France Automobile.
TOUR DE FRANCE AUTOMOBILE, CARRETERAS Y CIRCUITOS
Uno de los elementos más interesantes del Tour de France Automobile es la selección de su ruta. De esta manera, los más de 2.000 kilómetros por donde ha transcurrido esta 31 edición pasaron por lugares tan icónicos para el automovilismo francés como los circuitos de Le Mans, Nogaro-Paul Armagnac y Val de Vienne. Todo ello para acabar en Andorra el 30 de abril tras haber tomado la salida en París cinco días antes.
Respecto a los participantes, el Tour de France Automobile se ha vuelto a caracterizar por el excelente nivel. Dando rienda suelta a deportivos que, aún siendo cotizadas piezas de museo, se crearon para el disfrute sobre el asfalto. Así las cosas, echar un ojo al listado de participantes es todo un desglose de la historia del automovilismo. Desde un Ferrari 308 GTB Grupo 4 –este modelo fue ganador del Tour en 1981 y 1982– hasta un sencillo BMW Isetta 600 –en guiño a la Mille Miglia de 1954-.
Además, entre medias se pudieron ver al menos tres equipos españoles. El de Juan Carlos Zorrilla y Marcos Gutiérrez con su Porsche 911 2.0L. El de Carlos de Miguel y Luis Delso con un Alfa Romeo Giulietta Sprint. Y el de Luis López y Enrique Judez con el Porsche 911 Carrera RS 2.7. No obstante, ahora lo mejor será dejaros con la galería de fotos realizadas por Unai Ona.
Una buena manera de ver lo que el Tour de France pone sobre las carreteras animándose a acudir el próximo año a alguna curva de montaña. ¡Es el mejor sitio para escuchar según qué motores!
