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Tour Americal, o la vida con Isabella

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Día 3

Tras un copioso desayuno en el hotel, la primera preocupación del día sería reparar el pinchazo de la víspera.

La lluvia arreció toda la mañana y en algún cruce, buscando un taller de neumáticos, debimos despistarnos encaminándonos al noroeste en lugar de al sudoeste, circunstancia que descubriríamos horas más tarde.

En un taller Good Year de Saverna Park, a unos kilómetros al norte de Anápolis, desmontaron el neumático. Al no disponer de cámaras nuevas nos repararon la pinchada por el procedimiento tradicional del parche y comprobaron la presión de las otras cuatro, tardando en la operación unos 45 minutos y facturándonos un importe de 25 dólares.

Las ruedas no volverían a causar ninguna otra molestia en el resto del viaje. Hay que señalar que el estado de las carreteras que transitamos era peor en Nueva Jersey, Nueva York y Maryland, con baches y pequeños agujeros frecuentes en la calzada, que en Virginia, las dos Carolinas y Georgia. En Florida las carreteras estaban en excelente estado. En el tramo donde pinchamos nos llamaron la atención numerosos restos de tiras de neumáticos de camiones desperdigados en los arcenes durante varios kilómetros.

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Paso obligado por un taller Good Year, servicio rápido y amable, los empleados se interesaron por el coche
Paso obligado por un taller Good Year, servicio rápido y amable, los empleados se interesaron por el coche

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Al salir con las ruedas flamantes del taller, el Isabella nos regaló otro aliciente para la jornada cuando se averió el limpiaparabrisas. No quiero echar la culpa al mecanismo estropeado ni a la lluvia torrencial, que hacían la visibilidad muy delicada, del hecho de que nos encontráramos de repente en una ciudad con el nombre de Washington, en Maryland, que no tenía nada que ver con la ruta programada hacia la capital federal.

En efecto, pronto nos dimos cuenta de que teníamos que poner rumbo sudeste para encontrar el Distrito de Columbia y la sede del poder político de los Estados Unidos.

Llegamos al «buen» Washington a mediodía para encontrar el centro de la ciudad y la avenida de la Constitución desiertos debido al Shutdown de la administración del Estado, con el cierre forzoso de todos los edificios públicos, museos, parques nacionales y la inexistencia de cualquier actividad oficial. Todo ello nos facilitó el aparcamiento en lugares que de otro modo hubieran sido de difícil acceso.

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1- Washington aparecía desierta durante el Shutdown, cierre administrativo gubernamental
2- Un Porsche 356 entre rascacielos

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No encontramos un alma durante nuestro paseo entre el US Capitol y el Obelisco. Poco después, abandonamos la capital cruzando el río Potomac y enfilando la Interstate 66 -que no debemos confundir con la famosa Route 66.

En el Roadbook no estaba previsto circular por aquella -vía rápida con limitación de velocidad a 70 millas por hora, en lugar de las 50 o 55 habituales en otras carreteras-, pero debíamos recuperar el tiempo perdido en los episodios de la reparación del pinchazo y del despiste del Washington erróneo.

En la Intestate 66 comprobamos un fenómeno que nos iba a acompañar en las arterias principales que cruzan el país de norte a sur, y es que las limitaciones de velocidad son las mismas para todo tipo de vehículos. De ese modo, los camiones circulan habitualmente a la velocidad máxima permitida, incluso a una ligeramente superior, de manera que son más rápidos que los turismos y ocupan sistemáticamente el carril más a la izquierda de los tres disponibles en cada sentido, formando convoyes rápidos muy parecidos a trenes de mercancías. Por la cuenta que les tiene, los conductores de turismos circulan disciplinadamente por las otras dos vías disponibles a la derecha de la calzada.

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El camión es el rey de la autopista en Estados Unidos
El camión es el rey de la autopista en Estados Unidos

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Salimos de la 66 en Strasburg y continuamos por la nacional 11, dejando atrás ciudades como Woodstock y Edinburg que, por el nombre, nos recordaban a Europa.

Seguidamente nos detuvimos en Waynesboro para visitar un taller especializado en Porsche que constaba en el programa, cuyo propietario había pilotado en competición cuando era joven. Sus favoritos entonces eran siempre modelos de la marca de Stuttgart, como los 356, particularmente en versión Speedster, 904 y 911.

Weldon Scrogham estuvo muy amable al explicarnos su experiencia en las carreras y al mostrarnos su espléndida colección de coches, así como su taller de restauración, con un gran arsenal de piezas de repuesto de origen Porsche, en especial para los modelos 356 y 911.

Terminamos la jornada en nuestro hotel de Stauton con una cena a base de res procedente de los numerosos ranchos vacunos de la Virginia rural.

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Bonita colección de Porsches en Carolina del Norte
Bonita colección de Porsches en Carolina del Norte

Dia 4

Al día siguiente cruzaríamos la frontera con Carolina del Norte para alcanzar Winston-Salem. La tarde anterior tuvimos la precaución de comprar un producto con el que impregnar el parabrisas en caso de lluvia: Rain X, un repelente de agua y humedad que sirve de auxilio en caso de avería del limpiaparabrisas.

Fue comprar el producto y dejar de llover.

El Isabella muestra un comportamiento regular gracias a su mayor virtud, que es un motor de funcionamiento fiable en largos recorridos, tanto en frío como en caliente; aunque a velocidades de entre 80-90 Km/h es muy ruidoso, posiblemente debido a una deficiente insonorización del compartimento del motor.

Gasolinera en zonas rurales de Virginia
Gasolinera en zonas rurales de Virginia

Por otro lado, registramos un consumo moderado de aceite, nada anormal, de unos centímetros cúbicos cada 500 kilómetros, que se resuelve comprobando el nivel de la varilla y añadiendo algo de lubricante cada dos repostajes de gasolina.

Observamos también en las estaciones de servicio que el gasoil es más caro que la gasolina. Por término medio el precio de esta última es de 3,269 dólares el galón -calidad Regular-, mientras que el primero se sirve a 3,869.

Como un galón son 3,7854 litros, al cambio actual de 1,3501 dólares por euro, su precio en euros sería de 2,4213. Por lo tanto, un litro de gasolina cuesta en los Estados Unidos 0,6396 euros, frente a 1,369 euros en España en el momento de redactar esta crónica.

Todo un clásico característico americano, el Ford Thunderbird
Todo un clásico característico americano, el Ford Thunderbird, nos sorprendió

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Día 5

En el quinto día del tour alcanzaríamos el punto geográfico más al oeste de nuestro recorrido, situado en Aiken, Carolina del Sur.

Justo en la frontera de Carolina del Norte con Carolina del Sur, en el lago Wylie nos esperaba una grata e inesperada sorpresa.

Al coincidir en la carretera con un Ford Custom convertible de 1949, el propietario nos hizo signo de que le siguiéramos. Nos llevó a un punto del lago mencionado donde tenía lugar una concentración de muscle car. Entre los coches musculosos destacaban algunos con modificaciones, incluyendo la conocida del capó recortado para hacer sitio a los sobredimensionados sistemas de admisión y alimentación. Nuestros automóviles europeos parecían pequeños al lado de los diversos TransAm y Chevrolet Pickup, pero pasamos un rato agradable contestando preguntas sobre nuestras monturas y nuestra ruta.

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Nada más típico del paisaje americano que un Chevrolet Pickup
Nada más típico del paisaje americano que un Chevrolet Pickup

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Ya entrados en Carolina del Sur pasamos al lado de lo que puede considerarse un monumento de la era industrial motorizada, compuesto por unos cuantos vehículos de los años cuarenta abandonados al lado de la carretera. Ese tipo de agrupaciones de coches obsoletos son muy frecuentes en todas las regiones y latitudes de los Estados Unidos.

En Aiken tuvimos tiempo de hacer compras y comparar los precios con los europeos, más baratos en los Estados Unidos a igualdad de marcas y calidades. Hay que destacar que los precios se etiquetan sin impuestos, por lo que el dinero a pagar en caja es siempre más elevado que el indicado en los escaparates.

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1- Monumento de la sociedad industrial en Carolina del Sur
2- Gran cantidad de coches abandonados en Carolina del Sur

 

Continúa en la Página 3…

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Escrito por Mario Laguna

Mario Laguna, autor del libro "La aventura Pegaso", estudioso y observador de la historia del automovilismo, marcas y personajes. Visitante asiduo de competiciones automovilísticas ya sea de categorías actuales o históricas, concursos de elegancia internacionales, conferenciante... Ver más

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