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Steyr-Puch 650 TR, el austriaco que se miró frente a frente con los Abarth

En 1957 la austriaca Steyr-Daimler-Puch comenzó a fabricar bajo licencia el FIAT 500. No obstante, desde el primer momento le dotó de modificaciones mecánicas que llegaron a su climax con el 650 TR. La versión más prestacional del modelo, queriéndose homologar a lo que Abarth estaba haciendo en Italia también usando al 500 como base

Uno de los principales rasgos históricos del Grupo FIAT ha sido la internacionalización. Lanzada definitivamente por Gianni Agnelli a finales de los cincuenta, ésta ha permitido a la marca italiana ser una de las más globales del mercado debido al modelo de producción bajo licencia. De esta manera, FIAT consiguió entrar en el mercado de la España franquista gracias a sus pactos con SEAT. Algo compatible con que, en 1966, firmase junto a la Unión Soviética el trato para la producción de los VAZ basados en su 124. Es más, de cara a subrayar el acuerdo, a Agnelli -afiliado a la democracia cristiana- no le importó llamar a la fábrica Togliatti. Un claro homenaje a quien fuera secretario general del Partido Comunista de Italia desde 1927 hasta 1964.

Así las cosas, resulta obvio que “l’Avoccato” fue ante todo un hombre de negocios por encima de barreras políticas o geográficas. De hecho, tras montar su primera fábrica en Brasil a mediados de los setenta, el Grupo FIAT comenzó de forma imparable su expansión en América Latina creando modelos específicos para ello. Es más, rizando el rizo a la internacionalización de FIAT se le puede seguir la pista incluso en Corea del Norte. Insólito lugar donde se ha fabricado bajo licencia el Siena hasta hace muy pocos años. De esta manera, realmente cuesta poco entender cómo FIAT y el conglomerado austriaco Steyr-Daimler-Puch llegaron a un acuerdo tras la Segunda Guerra Mundial.

Por el mismo, los segundos se convirtieron en los distribuidores de FIAT para el mercado austriaco. No obstante, hasta pasados algunos años no se lanzaron a la fabricación bajo licencia de modelos basados en los de FIAT. Algo entendible. Ya que justo después de la contienda Puch estaba muy centrada en la producción masiva de motocicletas. Es más, llegó a ser una de las empresas del sector con mayor volumen de negocio en toda Europa. Actividad complementada con su gama de vehículos militares. Siendo referencial en lo que respecta a sistemas de tracción para modelos todoterreno.

Sin embargo, llegados a este punto lo cierto es que se hacía necesario incluir en la gama un pequeño utilitario. Al fin y al cabo, para finales de los cincuenta los países europeos ya habían dejado atrás la postguerra. Hecho por el cual demandaban más automóviles y menos motocicletas según crecían las nuevas clases medias de corte urbano con acceso a la sociedad de consumo. Con todo ello, en 1957 se presentó el Steyr-Puch 500. La adaptación del FIAT Nuova 500 al mercado austriaco, produciéndose hasta 1973 en múltiples versiones para sumar más de 60.000 unidades. Una trayectoria exitosa en la que destacó el 650TR. Puro nervio para las carreras.

DEL FIAT NUOVA 500 AL STEYR-PUCH 500

Por la importancia decisiva que tuvo en la motorización de España, el 600 es sin duda el automóvil más representativo para nuestro parque móvil. No obstante, en la mente de los aficionados italianos los recuerdos funcionan de otra manera. Y es que, justo cuando aquí se lanzaba la versión nacional del FIAT 600 bajo marca SEAT, en Italia se presentaba el más escueto FIAT 500. Un coche que vio la luz en 1957. Caracterizándose por un equipamiento extremadamente espartano y un motor bicilíndrico de 479cc. Bastante más elemental que el ya de por sí sencillo y discreto cuatro cilindros del 600.

De esta manera, FIAT quiso cubrir el segmento más popular. Poniendo lo más fácil posible a los italianos el acceso al automovilismo. Es más, tanto afán puso en ello que el FIAT 500 tuvo que ser mejorado a los pocos meses de su lanzamiento porque incluso sus modestos compradores en potencia lo vieron rudimentario en exceso. Llegados a este punto, dado el reducido peso y el escueto tamaño del FIAT 500 no tardaron en llegar las versiones deportivas. Las más de ellas firmadas por Carlo Abarth, quien firmó una de sus mejores creaciones con el 695 SS de 1964.

No obstante, lo de potenciar al FIAT 500 hasta hacer de él una máquina efectiva en carreras de ascenso y rallyes con curvas reviradas ya se le había ocurrido antes a Steyr-Puch. De hecho, ya desde que en 1957 los austriacos empezasen a hacer su particular versión del 500 italiano introdujeron mejoras en este sentido. Así las cosas, la primera versión incrementaba la cilindrada hasta los 493cc. Solo catorce más que los dados por el original, aunque en 1962 aumentó hasta 643cc gracias a la versión Steyr-Puch 650 T con 20CV. Un modelo con claras aspiraciones deportivas, el cual fue la antesala perfecta para la variante más prestacional. El Steyr-Puch 650TR.

650 TR, EN SINTONÍA TEMPORAL CON LOS ABARTH

Con muy poco tiempo de diferencia, cuando en Italia Abarth presentaba su 695 SS en Austria se iniciaba la fabricación del Steyr-Puch 650 TR. Así las cosas, se confirmaba al primitivo FIAT 500 como una excelente base deportiva. Siendo el cimiento para no pocos matagigantes del momento en los campeonatos nacionales de turismos y montaña. No obstante, por curioso que parezca la primera idea del fabricante austriaco no fue enfocar este modelo a la competición, sino a la policía. La cual necesitaba de un vehículo manejable pero potente de cara a patrullas y eventuales persecuciones por las intrincadas sendas de Austria.

Finalmente, y por fortuna para el automovilismo deportivo, el Steyr-Puch 650 TR llegó a los concesionarios. Eso sí, tan sólo en su país de origen. Aunque, revisando documentos sobre algunos campeonatos en Alemania o los Países Bajos, podemos comprobar cómo no pocos pilotos extranjeros se hicieron con unidades del mismo para competir con él en sus respectivos países. Respecto al motor, la cilindrada se mantuvo igual que en el 650 T aunque la potencia subió hasta los 27CV. Todo ello gracias a un carburador mejorado así como nuevas válvulas, pistones y colector de admisión.

Además, se modificaron las suspensiones dotándolas de una mayor dureza y un recorrido más corto. Un nuevo reglaje que fue acompañado de unos frenos de tambor más potentes y unas llantas más anchas. Con todo ello, el Steyr-Puch 650 TR se convirtió en un vehículo tan liviano como ajustado al suelo, siendo perfecto para tramos como el del Col de Turini en el Rallye Montecarlo. Un carácter nervioso y vibrante que puede apreciarse incluso en parado. Gracias al sonido que su escueto pero apretado bicilíndrico arroja a través de los dos tubos de escape.

Imágenes: Puch y Last Bid

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Escrito por Miguel Sánchez

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

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