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SAVA-Pegaso J4. La furgoneta de éxito fabricada en Valladolid

Con la aparición de ENASA el estado tomó la iniciativa en lo que se refiere a la producción de vehículos industriales. Sin embargo, también hubo hueco para la aparición de empresas privadas como SAVA. Tan exitosa con su furgoneta J4 que fue absorbida por la empresa pública, manteniendo este modelo producido bajo licencia inglesa hasta 1989 para ser uno de los vehículos industriales más importantes en la historia de España.

Tras la Guerra Civil el desarrollo del automovilismo en España tiene mucho que ver con las coordenadas marcadas por la recesión económica. En ese sentido, con el sector privado seriamente dañado debido a las huellas de la contienda y las restricciones de la autarquía fue el estado quien tuvo que tomar las riendas de la industria pesada. Un sector ávido de inversiones. El cual además resulta clave en la reconstrucción de cualquier país desolado en sus infraestructuras tras una larga experiencia bélica. Así las cosas, el gobierno de la dictadura creó ENASA en 1946 bajo el liderazgo técnico del experimentado Wifredo Ricart.

Justo el mismo año en el que se fundó la Fábrica de Artículos de Aluminio en Valladolid. Una pequeña empresa privada que comenzó haciendo todo tipo de artículos -también BMW llegó a fabricar ollas durante la postguerra- para acabar en el mundo de los motocarros. Un tipo de vehículo extremadamente popular durante los años cuarenta en España, ayudando a la recuperación de una economía compuesta principalmente por particulares y pequeñas empresas. No obstante, con la lenta pero constante mejora de la economía esta empresa creció hasta el punto de plantearse la producción de furgonetas.

Por ello, en 1957 mutó a ser la Sociedad Anónima de Vehículos Automóviles (SAVA). Operación financiera que fue acompañada de una nueva fábrica, sembrado así el desconcierto en ENASA. Y es que, no en vano, la iniciativa estatal veía cómo le salía competencia en forma de una empresa capaz de establecer colaboraciones con Barreiros. Otra firma que también apuntaba a ser competidora. La cual aprovisionó de motores a la primera furgoneta presentada por SAVA en 1959. La P-58. Un modelo de tal éxito que permitió a la factoría vallisoletana pensar a lo grande. Eso sí, cuando uno quería hacer un vehículo bien elaborado en aquella España siempre se topaba con lo mismo: las limitaciones técnicas.

SAVA J4. LA LICENCIA DE MORRIS ACUDE AL RESCATE

Para España la Guerra Civil no sólo fue una catástrofe humana y política, sino también económica. Un hecho que se explica por la destrucción de fábricas e infraestructuras. Pero también por la pérdida de miles de técnicos de clase media que acabaron muertos o exiliados. De esta manera, incluso las empresas ampliamente financiadas por el estado se encontraban con el obstáculo de la técnica. Aquejando así falta de conocimiento en ingeniería, lo cual sólo pudo solucionarse recurriendo a la producción bajo licencia de marcas extranjeras.

Idea en la que SEAT marcó el camino a partir de 1950. Trabajando con éxito bajo licencias y diseños procedentes de FIAT. Un esquema que posteriormente copiaron empresas como FADISA con las furgonetas Alfa Romeo o Barreiros con Chrysler y sus modelos turismo. Pero también la propia SAVA, llegando en 1961 a un acuerdo formal con la Bristish Motor Corporation para la fabricación de diversos furgones y camiones. De hecho, tal fue el éxito de esta empresa que incluso llegó a firmar también con la francesa Berliet la producción en Valladolid del imponente GPS-12.

De todos modos, su verdadero éxito de ventas llegó con la furgoneta SAVA J4 en 1965. Un modelo ensamblado con la licencia de Morris, basado en la exitosa y versátil Commercial J4 del Reino Unido. Algo que puso muy nerviosos a los responsables de ENASA, quienes veían con preocupación cómo SAVA presentaba este vehículo en el momento preciso. Con España circulando a pulmón por la senda del crecimiento económico y la expansión del consumo gracias a los Planes de Estabilización. No obstante, la empresa pública se guardaba un as en la manga: comprar la factoría de Valladolid tomando como propia a la SAVA J4.

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REDISEÑO DE 1974 E IMAGEN CANÓNICA DE LA J4

Y eso hizo. Usando la capacidad financiera que otorga el respaldo de un estado, ENASA absorbió SAVA en 1969 manteniendo las licencias con Morris y la British Motor Corporation. Llegados a este punto, se eliminó la gama de camiones -competidores de los Pegaso- para mantener como vehículo estrella a la furgoneta SAVA J4. De hecho, no se tocó nada en ella durante años. Manteniendo su motor diésel de 1’5 litros y cuatro cilindros en línea diseñado por Morris. Un ingenio de 40CV a 4.000 rpm en su primera versión, para escalar hasta los 46CV a 3.800 rpm en 1968. Muy buena base mecánica, sobre la cual se ofrecían hasta seis carrocerías diferentes alternando modelos de carga con otros a modo de minibús con nueve plazas.

No obstante, para 1971 llegaron las primeras modificaciones introducidas por la nueva dirección gracias a la incorporación del panel de instrumentos del SEAT 124. Evolución que siguió al año siguiente con la sustitución de la caja de cambios inglesa -lo cual hacía que se tuvieran que meter las marchas al revés- por la transmisión del 124. Hecho que mejoró el rendimiento de la SAVA J4 justo antes de un año crucial: 1974. Momento para el que Morris anunció el fin de la producción de la J4 en Reino Unido, quedando ENASA a su aire para modificar o no el modelo en España. De esta forma, se imponía un rediseño que gracias a ser puramente nacional constituyó la imagen canónica de la SAVA J4.

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Con la llegada de esta segunda generación cambió el frontal. Diferenciándose del diseño de Austin al montar faros cuadrados y no redondos, calandra negra y por fin el caballo alado distintivo de Pegaso. Así nacía la imagen más recurrente de la SAVA J4, ofreciendo a partir de 1977 un motor de 1’8 litros derivado del primer propulsor. Mejora a la cual se añadían nuevos frenos con doble circuito, incorporando en 1982 los de disco en el eje delantero. Una sucesión de innovaciones que permitió la llegada de una tercera serie en 1978 para estar a la venta hasta un avanzado 1989. Casi un cuarto de siglo de historia comercial que avala a la SAVA J4 no sólo como una excelente furgoneta, sino también como uno de los modelos industriales básicos en la historia del automovilismo español.

Fotografías: BMC / IVECO

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Escrito por Miguel Sánchez

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