Willys-Viasa MB CJ-3B
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Prueba: Willys Viasa MB CJ-3B, el Jeep de Zaragoza

Ponerse a los mandos de un todoterreno de estas características, con más de 60 años, es una gozada, espacialmente por caminos y carreteras tranquilas. Y es que, vistos como clásicos, los Willys Viasa son una garantía de diversión.

Jeep y Land Rover pueden presumir de ser las marcas de todoterrenos más prestigiosas del mundo. Para el entusiasta español, en ambos casos tenemos el orgullo de haber contado con largos periodos de fabricación nacional: los Land Rover Santana “andaluces” y los Jeep “aragoneses”.

Willys-Viasa MB CJ-3B
El Willys-Viasa MB CJ-3B posando en su medio natural, el campo.

Recientemente disfrutamos al volante de un Land Rover 88 Serie 3 de 1978, y ahora ponemos a prueba un Willys Viasa MB CJ-3B de 1961. Se trata de uno de los primeros Jeep fabricados en Zaragoza por Vehículos Industriales y Agrícolas S.A (VIASA). No es la primera vez que en Escudería nos subimos a uno de estos vehículos, pues hace casi diez años ya probamos una de las últimas unidades fabricadas, en 1981 y con motor diésel

No vamos a centrar este artículo en el modelo original, el americano Willys del que entre 1941 y 1945 se produjeron más de 350.000 unidades. Eran tiempos de guerra, y estos vehículos militares se fabricaron en masa en los Estados Unidos. Este todoterreno forjó su buena fama durante la II Guerra Mundial, y al finalizar la contienda los norteamericanos plantearon una completa gama civil, así como su expansión mundial.

LA CREACIÓN DE VIASA

Desde sus cuarteles generales, en el estado de Ohio, se fueron acordando licencias de fabricación con diversos países. En concreto, en España, dicha licencia se concedió a la empresa aragonesa Material Móvil y Construcciones Antiguos Talleres Carde y Escoriaza S.A. Ésta crearía una filial para tal efecto con las siglas VIASA (Vehículos Industriales y Agrícolas S.A).

Willys-Viasa MB CJ-3B
Las primera unidades se ensamblaron con elementos procedentes de Toledo, en Ohio (Estados Unidos).

En la primavera de 1960, la fábrica zaragozana ya ensamblaba los primeros prototipos del Jeep Willys-Overland. En octubre de ese mismo año, se realizó la inauguración oficial de la planta, en la que llegarían a trabajar hasta 1.400 operarios. Por aquel entonces, se anunciaba que alrededor de 1.000 Jeep anuales se montarían en la factoría de Viasa.

Hay que recordar que, en aquel momento, a nivel global ya circulaban más de 1,5 millones de Willys, entre los de uso militar y civil, procedentes de 21 fábricas establecidas en los cinco continentes. La licencia de “Willys Overland Inc.” para España fue concedida a Viasa, con unas instalaciones en la capital de Ebro que, desde el arranque, daban trabajo a 108 personas. Además, ocupaban unas naves que sumaban 7.000 metros cuadrados.

Willys-Viasa MB CJ-3B volante
Un interior espartano, como corresponde a un vehículo de origen militar.

Hasta este momento de fabricación nacional, el ejército español ya contaba con una flota de alrededor del millar de Jeep Willys importados. A estos había que sumar unos cientos en manos de particulares, cifras éstas que lógicamente se iban multiplicar en los años siguientes.

LOS PRIMEROS WILLYS-VIASA CJ-3B

Las primeras unidades de Jeep, comercializadas como Willys-Viasa, fueron montadas en Zaragoza con piezas procedentes de Toledo (Ohio). El modelo original aquí ensamblado era el Jeep CJ-3B de batalla corta y con motor de gasolina de importación, tanto para uso militar como civil. Lógicamente, de estos primeros CJ-3B zaragozanos se obtuvieron importantes contratos para el ejército español.

Tras las primeras unidades ensambladas con piezas procedentes del exterior, el Ministerio de Industria, en coherencia con las proteccionistas normativas de aquella época, acordó que para un primer periodo las piezas importadas no superasen el 41,7 % del valor del vehículo. Era lo normal en la época, por lo que muy pronto el Jeep se fue haciendo cada vez más español.

Willys-Viasa MB CJ-3B motor
Nuestra unidad equipo el motor Go Devil de gasolina de 2,2 litros. Se ofertó también con un diésel Perkins.

Ya a principios de los 60, pensando en las necesidades del uso civil (comercial, agrícola, etcétera) al CJ-3B se le dotó de un motor Perkins diésel de 3,1 litros de cilindrada y 62 CV de potencia. Además, al ser de fabricación española, le ayudaba a cumplir con la normativa.

MÁS VERSIONES

Tras nuestro protagonista, se lanzó un segundo modelo, el CJ-6, que básicamente era la versión larga del primero. Se convirtió en un Jeep exclusivamente español, ya que con este tipo de carrocería no se fabricaba en su tierra natal (USA). Tras éste, la producción se incrementó y la gama se amplió a modelos de uso comercial como al revolucionario Jeep Comando, que comenzó a fabricarse en Zaragoza en 1968. Ésta ya es otra historia, que, por cierto, se desarrolló con un gran éxito y perduró hasta 1983.

Willys-Viasa MB CJ-3B
Detrás dispone de una buena zona de carga y asientos para varios pasajeros.

En aquella época, el Comando ya lo producía Motor Ibérica y, al haber sido comprada por la compañía la multinacional Nissan, se cesó la producción de “los Jeep maños”. Se apostó fuerte por el mucho más moderno Nissan Patrol, fabricado en la zona franca de Barcelona.

NUESTRO PROTAGONISTA

Vamos a centrarnos ahora en el modelo que podéis ver en las fotos y que representa al primer modelo de la marca Jeep que se fabricó en España. Se trata de un Willys Viasa MB CJ-3B de batalla corta y con capó elevado, el cual se montó así para que cupiese el motor Hurricane.

En todo caso, en España sólo se montó el motor Go Devil 2.2 de gasolina que desarrollaba unos buenos 60 CV. De esta versión se calcula que se fabricaron unas 800 unidades entre 1960 y 1962.

Willys-Viasa MB CJ-3B
Nuestro protagonista conserva sus especificaciones de época.

Como dato curioso, hay que apuntar que, en la época a la que pertenece el protagonista, el distribuidor exclusivo para España era Autrotrade S.A. (Villanueva, 24. Madrid). En cambio, en la zona de su producción, el concesionario era Finanzauto S.A. (Plaza del Pilar 16, Zaragoza).

LA PRUEBA DEL WILLYS VIASA MB CJ-3B

Conducir un coche de estos, con más de 60 años a sus espaldas es una auténtica gozada. Eso sí, resulta más placentero hacerlo por caminos o carreteras sin apenas tráfico por las que transitar a velocidades no muy altas, ya que la sensación de seguridad en este coche es bastante baja, pues no lleva puertas, ni techo, ni cinturones…

Ahora bien, el manejo de la caja de cambios manual de tres velocidades y la respuesta del motor Go Devil de 2,2 litros y alimentado por un carburador de 32 (montaron tanto los Carter como los Solex) me supuso una gratísima sorpresa. Los bajos que tiene son sobresalientes, de forma que proporciona una respuesta al pedal de acelerador deliciosa. Y esta unidad estaba bien puesta a punto, pues tanto el mantenimiento del ralentí como el inicio de la marcha demostraba una gran finura.

Willys-Viasa MB CJ-3B
Su terreno favorito son los caminos, también las zonas complicadas.

Espectacular también el cortísimo recorrido de la palanca de cambios, con una primera velocidad que entra hacia atrás. Qué decir de la tracción, que va al eje delantero, es conectable y tiene reductora. Y por si no recuerdas cual es el procedimiento de los engranajes, en el salpicadero se muestra una placa que reza: “Es conveniente no embragar el puente delantero en terrenos duros y secos”. Así como “¡Atención! Para utilizar las marchas reductoras, embragar el puente delantero”.

Otra apreciación de la prueba realizada es la inestable e imprecisa dirección, guiada a través de ese volante de fino aro y gran diámetro. Por supuesto, no cuenta con asistencia, algo lógico en un coche diseñado en 1941 para uso militar.

HISTORIAL

Respecto a la historia de esta unidad, nuestro amigo Arturo la tiene en su poder desde 1985. Realmente fue su padre quien compró cinco unidades en una subasta, precisamente de vehículos que, tras cerca de 25 años al servicio del ejército español, llegaban ya a su jubilación para ser sustituidos por otros más modernos. Sólo se ha quedado con una unidad, de las otras cuatro se fue desprendiendo y acabaron en manos de entusiastas de este modelo. Algunos de los compradores prefirieron transformarlo hacia las especificaciones del “MB americano”.

Willys-Viasa MB CJ-3B parrilla
Una parrilla que es historia del automóvil, nacional y mundial.

Ahora, ya matriculado como histórico, lo disfruta en algunas salidas esporádicas y tiene la intención de conservarlo, como gran exponente de la historia del automóvil que es este modelo, tanto a nivel mundial por lo que supuso este Jeep Willys, como a nivel nacional por el periodo de fabricación por parte de Viasa.

Fotografías de Enrique Marco


GALERÍA DE FOTOS DE LA PRUEBA DEL WILLYS VIASA MB CJ-3B


CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS DEL WILLYS-VIASA MB CJ3B

Motor Delantero longitudinal
Cilindrada 2,2 litros
Cilindros 4 en línea
Diámetro x carrera 79,37 x 111,12 mm
Potencia máxima 60 CV a 3.600 rpm
Par máximo 142 Nm
Alimentación Carburador de tipo invertido Carter o Solex de 32
Relación de compresión 6,48:1
Distribución Árbol de levas lateral
Combustible Gasolina
Tracción Delantera, 4×4 conectable con reductora
Caja de cambios Manual de tres velocidades + m.a.
Embrague Monodisco en seco
Chasis Largueros y travesaños
Carrocería Todoterreno descapotable
Suspensión delantera Hipoide, flotante, motriz a voluntad y directriz
Suspensión trasera Hipoide, flotante y motriz
Dirección Cremallera
Frenos Tambores, hidráulicos
Longitud/anchura/altura 3,29/1,78/1,36 m
Vías 1,24 m
Batalla 2.032 mm
Peso 995 kg
Llantas 16”
Neumáticos 600 x 16
Depósito 40 litros
Consumo 12-14 l/km
Velocidad máxima 95 km/h
Relación peso/potencia 16,58 kg/CV
Año de presentación 1960
Años de producción 1960 – 1962 (con este motor)
Año unidad probada 1961
Unidades producidas 800 aprox. (con este motor)

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Escrito por Enrique Marco

Compartir trabajo y afición es algo de lo que uno se puede sentir muy afortunado. Cierto es que en mi otra gran pasión -la competición- me quedé en simple amateur, pues “no hice carrera” ni como piloto de motocross y enduro, en los 90, ni tampoco en mi paso a las cuatro ruedas en casi todas las diciplinas, entre 2001 y 2008. Pero sí me queda el orgullo de que, como probador y periodista del motor, llevo ¡desde el siglo pasado! dedicándome profesionalmente a ello, tanto en webs como en periódicos y revistas, y escribiendo por igual de vehículos modernos y de todo tipo de clásicos. Continuar haciéndolo ahora en LA ESCUDERÍA es un honor para mí.

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