De cuatro a ocho cilindros, la escalada hasta el MG GT V8 de 1973
Desde que apareciera en los años cincuenta el MG A la escalada prestacional en la gama de sus sucesores fue incrementándose poco a poco hasta la implantación a comienzos de los años setenta del motor V8 Rover de origen Buick. Eso sí, todo ello con incluso menos peso que el presentado por el primer bloque con cuatro cilindros fundido en hierro.