Michel Vaillant - Jean Graton
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Michel Vaillant en el centenario del nacimiento de Jean Graton (1ª parte)

El 10 de agosto se cumplirá el centenario del nacimiento de Jean Graton, dibujante y editor francés desarrollado profesionalmente en Bélgica y creador de Michel Vaillant.

Jean Graton, creador de los cómics de Michel Vaillant, falleció el 21 de enero de 2021 y la noticia de su desaparición dejó un poso de honda tristeza en el corazón de los entusiastas de su obra. Con motivo del centenario de su nacimiento hemos creído oportuno recordarlo en el texto que sigue obra de David Rodríguez Sánchez.

Nacido el diez de agosto de 1923 en Nantes, Jean Graton quedó prendado del estrépito, la emoción, los olores del motorismo gracias a las carreras regionales organizadas por el Club Motocycliste Nantais del que era comisario su padre, electricista de profesión. Hijo único, a los ocho años vio publicado su primer dibujo, lo que parecía pronosticar un futuro con el lápiz en la mano. Pierde a su madre, costurera, a los once.

Junto a su padre, en junio de 1937, saboreó sus primeras 24 Horas de Le Mans. Contaba por lo tanto con tan solo con 14 años y se entretenía y magullaba jugando al hockey sobre patines con sus amigos. También peleando con los chulitos de la calle soñando con, para mejor defenderse, convertirse en jugador de rugby algún día no lejano.

El olor del aceite de ricino en los motores de dos tiempos de las motos, que, por supuesto, manejaba con soltura, ya impregnaba su ser desde unos diez años antes, rondando siempre a su sabor entre las motos y los mecánicos en los paddocks de las competiciones.

JEAN GRATÓN EN LA II GUERRA MUNDIAL

Poco después estalló la II Guerra Mundial. El padre de Jean Graton fue capturado por los alemanes, quedando solo. Con 16 años, ingresó como peón en los “Ateliers et Chantiers de Bretagne” en Nantes, trabajando en condiciones terribles en las bodegas de los barcos alemanes. Al menos obtuvo una formación profesional como ajustador y permaneció próximo al mundo de la mecánica.

En septiembre de 1943, los bombardeos aliados castigan la región y sus industrias, así como por supuesto el astillero. Graton emerge de milagro del refugio subterráneo para encontrarse rodeado de desolación. Los trabajadores se dispersan y la actividad industrial cesa. Con el fin de la Guerra, es llamado a cumplir su servicio militar.

Jean Graton
JEAN GRATON. El sensacional dibujante francés que tuvo la feliz idea de crear antes que nadie un piloto automovilista como héroe de tebeo, aquí en su estudio a mediados de los 1980.

Su capitán observa su habilidad como dibujante, hasta entonces desapercibida, y le encomienda la decoración del comedor del cuartel así como la ilustración de documentos. Nunca más volverá a ninguna fábrica y, antes de encontrar acomodo definitivo, trabajará como diseñador industrial y pirograbador.

EN BRUSELAS

En 1947, emprende el camino hacia Bruselas, la capital belga, donde habitaba su tía Alice. Bruselas era el paraíso y la cuna de tantas gemas del hoy tenido por “Noveno Arte”, puntal del sector ya en aquella época gracias tanto a las Éditions Dupuis y Les Éditions du Lombard (Le Lombard).

También encontramos la obra de historietistas del calibre de Georges Prosper Remi “Hergé” (Tintín), Rob-Vel y André Franquin (Spirou, Tomás el Gafe, el Marsupilami, gran apasionado del automóvil, coprotagonista de tantas de sus viñetas) y los incipientes Maurice de Bévère “Morris” (Lucky Luke), Albert Weinberg (Dan Cooper), Jacques Martin (francés, Alix, Lefranc), Gilbert Gascard “Tibet” (francés, Ric Hochet) o Edgar Pierre Jacobs (de nuestros predilectos Blake y Mortimer).

Los primeros años de Jean Graton en Bruselas transcurrieron trabajando como ilustrador publicista en el diario Le Journal des Sports (desde el 1949 al 1951) así como de auxiliar creativo de dibujos animados. Sus pasos se fueron orientando hacia el colindante mundillo del tebeo y su mano artística hacia la “ligne claire” propia de los dibujantes de la región. Dicha técnica alzó a la fama a los Hergé, Jacques Martin, Bob de Moor (Barelli) y tantos otros a renglón seguido.

CAMINO DEL CÓMIC

Graton se inició en la “bande dessinée” o tira cómica o cómic o historieta o tebeo, como prefieran, en la agencia World Press de Bruselas. Allí le condujo la casualidad un viernes 13 de 1951. Graton no imaginaba que la World Press albergase la oficina de dibujo del semanario Spirou (Le Journal de Spirou), potentísimo en el mercado francófono, y empleadora de autores tan prestigiosos como Jean-Michel Charlier y Victor Hubinon (los creadores de Buck Danny).

Jean-Michel Charlier, uno de los más importantes guionistas de la historieta franco belga y por entonces también dibujante, fue el primero en darse cuenta del talento de Graton, el cual bajo su recomendación fue contratado. Durante estos tempranos años en Spirou, Graton plasmó su creatividad, mayormente, en la didáctica serie de las Histoires de l’Oncle Paul (efervescente vivero de nuevos dibujantes). Estaba ilustrada a ocho manos por Victor Hubinon, Dino Attanasio, Eddy Paape y por supuesto el propio Graton. De hecho, llegó a recopilar y reeditar motu propio sus contribuciones a la saga a partir de 2004.

Ejemplos Michel Vaillant
PRINCIPIANDO. De izquierda a derecha: Primera portada de Graton para el Journal Tintin del 25 de junio de 1953, la primera entrega del “Gran Dèfi” de Vaillant del 14 agosto de 1958 y la primera portada dedicada a “Miguel Valiente” en España, en 3 Amigos del 5 de marzo de 1960 y firmada no por Graton, sino por nuestro Tío Alberto, Alberto Muñiz Sánchez “Almusán”, fundador en Leganés, en 1970 de la Ciudadescuela Muchachos.

Con su paso a Le Journal de Tintin, provocado por una caída de ventas de las Histoires, debutará al fin el personaje de Michel Vaillant. Éste toma el testigo en cuanto a temática automovilística, héroes al volante y rabiosos bólidos de la pionera tira “La Rapière Rouge”, o el Rapier Rojo. Era obra del ilustrador, viñetista y pintor galés Roland Davies, a los mandos de la cual, en el propio Journal de Tintin, los pilotos John Best y Sexton Blake marcaban la senda a seguir a Graton y otros ya en 1951.

TINTIN

Fundada en 1944 tras los avatares de la II Guerra Mundial por Raymond Leblanc, las Editions Le Lombard (sita hasta 1958 en el número 55 de la homónima calle de Bruselas), es la madre del tebeo europeo moderno. Leblanc, emprendedor visionario, contacta a Hergé para el desempeño de la dirección artística de la editorial.

Hergé se encontraba en el dique seco por haber trabajado para Le Soir, periódico colaboracionista de la administración nazi de la Bélgica ocupada, así que acepta gustoso el cargo de director artístico de la nueva editorial. En 1946, se lanza al mercado Le Journal de Tintin, debutando con éxito arrollador. El nombre de Tintín es un reclamo perfecto para la cabecera debido al intrépido reportero ya famoso desde su mismo nacimiento en 1929.

Tintin, el tebeo o revista semanal, ostentaba unos estándares de calidad de impresión por encima de los cómics estadounidenses coetáneos. Además, incluía normalmente extractos breves de varias historias diferentes que se iban completando con el transcurso de las semanas. Se enganchaba de modo inteligente al lector con unas u otras, hasta poder recopilar álbumes de historia completa (de excepcional calidad de papel e impresión) que la editorial, si bien no siempre (para así obligar al personal a la suscripción semanal), ofrecía en tapa dura o blanda a la conclusión de estas.

Tintin también sabía atraer a los aficionados a sus personajes con entrevistas relacionadas y perfiles biográficos de los dibujantes, artículos sobre temática histórica ilustrados por estos, noticias y contacto con los nuevos automóviles o el mundillo de los deportes, expediciones, etcétera. Es el propio Raymond Leblanc quien contrata asimismo a Graton para sus filas, asegurándole tales éxitos a su amparo como para permitirle conducir un Ferrari como el suyo propio en breve plazo. Claro está que exageró un pelín.

AL FIN, LA COMPETICIÓN

La historieta titulada “Sa Première Ronde”, ambientada en el primer Gran Premio de Fórmula 1 disputado en Bélgica, es la primera tira escrita e ilustrada por Graton sobre la temática de la competición automovilística. Está llena de dinamismo en el trazo, sin menoscabo del realismo, e irreprochable en el tratamiento de la perspectiva de los coches, tan difícil de lograr para la mayoría de autores de tebeos. Complace a una audiencia acostumbrada por lo demás a toda clase de personajes típicos como vaqueros, soldados, espías, hombres del espacio…

Dibujantes del Journal Tintin
INSUPERABLE. El equipo de dibujantes del Journal Tintin en 1966 sobre la azotea del edificio de Le Lombard de la Avenida Paul-Henri Spaak de Bruxelles. Raymond Leblanc, con Milú en brazos, rodeado por los Hergè, Gery, Tibet, Duchateau, De Moor, Jacobs, Martin, Weinber y Graton, señalado con punto rojo, entre otros. A la derecha, Graton en la tienda de Le Lombard de dicho inmueble.

Graton firmó asimismo la portada del tebeo, que llegó a los quioscos bruselenses la cuarta semana de junio de 1953. El interés creciente hacia el automovilismo en aquellos años, paralelo a la recuperación económica y social tras la posguerra en Europa, mueve a Graton a madurar despacio la idea de una nueva tira dedicada a un piloto irreprochable y sus avatares. Además, será completamente propio del ámbito francófono, con la que rellenar a la sazón el hueco del británico Rapier Rojo de Davies en Tintin.

Curiosamente, fueron los vecinos que habitaban frente a él, cuyo cabeza de familia, arquitecto, practicaba trial con sus hijos (el menor de los cuales se llamaba Michel), quienes le brindaron las primeras semillas de la inspiración. El valiente Michel de su pensamiento se convierte así en Michel Vaillant y, al igual que a su vecino, también a su personaje lo habrán de arropar en la ficción su hermano y sus padres.

NACE MICHEL VAILLANT

André Fernez, editor de Tintin, se mostró escéptico ante la idea. ¿Qué otra cosa puede hacer un piloto sino dar vueltas a la pista? Jean Graton insistió en que lo dejaran hacer, que ideas e imaginación nunca le habían faltado y sabría salir del paso con éxito, sin temor al desafío de la hoja en blanco.

Así, una serie de cinco historietas breves publicadas en la segunda mitad de 1957 presentan por fin las primerísimas andanzas de Michel Vaillant. Se trataba del vástago menor de Elisabeth y de Henri Vaillant, industrial emprendedor y piloto en su día que, apasionado incurable de las carreras, se determinó a introducir su firma en el automovilismo de máximo nivel en el fatídico 1939. Michel, amante de todos los deportes y anhelante de triunfar en ellos, sabe que dentro de la disciplina familiar nada le será regalado. Cocinero antes que fraile, es un camionero adolescente al lado de su tío Benjamin antes de que su efervescente adrenalina encuentre cauce de salida por las curvas de los circuitos de medio mundo.

“Le Gran Dèfi”, su primera historia de larga extensión y considerada por ello el debut de la serie, sale a luz en el número 26 de 1958 (siempre de Tintin). Es por supuesto la introducción inexcusable al personaje y su incipiente universo, todas las claves del cual se enraízan aquí. Empezando por los automóviles Vaillante. Obsérvese el ¿casual? parecido del nombre con Veillantif, leal corcel del indomeñable paladín francés, sobrino bien amado de Carlomagno, Roldán de los romances, escarmentado en la navarra Roncesvalles.

Francine y Jean Graton.
VAILLANTES A GOGÓ. Solo una pequeña selección bajo una viñeta de la fábrica Vaillant procedente del Tomo 10 y retrato de los creadores Francine y Jean Graton.

También están sus diseñadores, mecánicos, directivos y miembros de la familia Vaillant, pilotos y circuitos (nada menos que Indianápolis y Le Mans, para empezar). Y, por supuesto, el personaje más importante después del absoluto protagonista: su contrincante y después amigo del alma Steve Warson (¿Oliveros?).

STEVE WARSON

En Steve Warson vierte Jean Graton todos los rasgos de personalidad y comportamiento que la intachable rectitud de un Vaillant no consiente al personaje principal. Por lo tanto, ambos no sólo se complementan a la perfección como compañeros al volante, amigos y confidentes en mil aventuras, sino que forjan con sus disparidades y diferencias. Por ejemplo, uno es moreno, el otro rubio; uno europeo, el otro estadounidense -con las implicaciones que cabe imaginar-; uno austero, caballeroso, -futuro- fiel esposo y abstemio, el otro un cowboy vividor y fumador.

El dúo capaz de atraer las simpatías de los lectores de uno u otro temple. Francine, la esposa de Graton, apasionada como su marido por el diseño de coches, colabora con él a la máquina de escribir y coloreando las viñetas, y lo hará aún durante muchos años. Aporta valiosas sugerencias, puntos de vista originales y esboza incluso guiones que cuajarán en varios álbumes de la serie.

Vaillant, un carácter fresco y sin precedentes de notoriedad en la producción comiquera, en paralelo a la expansión de Tintin. Pronto es conocido y apreciado por los lectores a nivel europeo y su popularidad, gracias al formato de historieta larga o álbum, aumenta todavía más, conquistando sobre todo, como es obvio, al público afín amante del automovilismo.

ÉXITO INTERNACIONAL

Sus álbumes, amparados quién mejor que por el nombre luminoso de Tintín, comienzan a traducirse y editarse por toda Europa con el concurso de varias de las más importantes editoriales del sector. Le Lombard edita la serie hasta 1976; Dargaud, de Georges Dargaud (editor en Francia de Le Journal de Tintin y amigo de Raymond Leblanc), lo hace desde 1976 hasta 1979; Fleurus en 1979 y 1980; Novedi en 1981 y 1982 y por fin la propia Graton Éditeur desde 1983, recién instituida, hasta nuestros días.

En Italia, hervidero de los más fervientes “devoti delle macchine”, Mondadori lanza con éxito “La Grande Sfida” en diciembre de 1963, integrante de su nueva cabecera Classici Audacia. Más tarde, será el semanario infantil Corriere dei Piccoli quien publique por entregas otros álbumes de los primeros lustros de Vaillant.

Michel Vaillant y Steve Warson
VIBRANTE. Clásica ilustración de portada de Michel Vaillant perteneciente al Tomo 13, con Michel Vaillant y Steve Warson a toda mecha.

En nuestro país, la primera traza de Vaillant la encontramos, siempre en historias breves o parciales, en el tebeo católico 3 amigos. Fue el primero en hacerse eco del personaje de Tintín en España, con el nombre adaptado de Miguel Valiente. Comenzó con la publicación de “El Gran Desafío” en su número 38 fechado el 23 de enero 1960, entregando dos páginas del mismo (coloreadas en España) cada semana.

Más adelante, publica sus andanzas la prolífica y longeva Domingos Alegres, de la mejicana editorial Novaro. Ésta da paso a su vez a la Gaceta Junior Tintín, versión española de Le Journal de Tintin (Las Hazañas de Michel Vaillant, 1968), Pulgarcito (1974), ddt (1975), DinDan, Súper Mortadelo, Mortadelo Gigante, Mortadelo Especial… ¡No en vano, abundaban los quioscos exclusivamente dedicados al tebeo! Dichosa infancia, patria del ser humano.

OBRAS INCOMPLETAS

Si bien no ha faltado material al respecto editado en España, como hemos visto, sí debemos lamentar que muchos de los álbumes no hayan tenido todavía su versión correspondiente en ninguna de nuestras lenguas oficiales. Por ello, agradecemos de corazón a Timun Mas el haber intentado completar una serie presentada debidamente.

Y ya que hablamos de Vaillant en nuestro mercado, hacemos un inciso para reseñar la aparición en nuestro país, en 1972, de la estupenda tira, después álbum, con el nombre de “El Rally de los 5 Continente”, de Trinca, con guion de Sesén y arte del dibujante madrileño José Bielsa. Se inspirada con acierto y conocimiento en andanzas similares a las de Vaillant fuera de los circuitos. ¡Qué tiempos!

EL NOVENO ARTE

En claro contrapunto a los ases del volante de los periódicos y noticiarios de un tiempo en que el automóvil, en general, gozaba de un magnetismo y penetración social irrecuperables hoy, Michel Vaillant, con su no muy exagerado toquecillo chauvinista, encarnaba en sí al campeón que los aficionados podían seguir de cerca, incluso tocar, sin molestar.

También les permitía descubrir infinidad de lugares míticos y exóticos. En cada cómic, los lectores le acompañaban en todas sus fascinantes andanzas y carreras en cualesquiera disciplinas por toda la geografía mundial (y por poco también la Luna, ver tomo 24, “Cauchemar”) y averiguando, paralelamente a todo ello, mucho de su propia vida privada, siempre recta y ejemplar. Eso sí, movidísima y dominada por un fuerte sentido de la familia, punto por debajo del de Dom Toreto, eso sí…

Michel Vaillant Le Mans
SIEMPRE LE MANS. Selección de viñetas de los tomos 1, 13, 36 y 55. Le Mans es el escenario más frecuentado por la saga, una especie de “hogar espiritual” de Vaillant.

El lector podía regodearse también en las incontables jornadas de test de los pilotos, tanto como vivir desde dentro las visitas de trastienda a la fábrica de los Vaillante. Ésta era una empresa familiar en origen dedicada, como dijimos, al transporte de mercancías. Más tarde mutaría en una especie de Matra, CD -la marca de Charles Deutsch- o Alpine mezclada (no agitada) con Facel Vega, a menudo asociada con Ford y de recursos y gama ilimitados, también en camiones y vehículos industriales.

Podíamos husmear en los tableros de diseño de la oficina técnica de Jean Pierre Vaillant, hermano mayor de Michel, donde han nacido hasta la fecha más de doscientos modelos distintos de Vaillantes, curiosear en las líneas de producción de los modelos de calle… No faltaban en las páginas que glosaban su inacabada y vera historia las mil tretas, giros y peligros tan insospechados e indispensables en todo buen relato como propios de las carreras. Allí se encontraban los fieles y cuidados diálogos del mundillo, las salidas fulgurantes y apocalípticas, los adelantamientos imposibles, los accidentes espectaculares, el exotismo preciosista y copioso de incontables fondos distintos, las heroínas extraordinariamente bellas y a veces fatales…

LOS PILOTOS REALES, TAMBIÉN PROTAGONISTAS

En definitiva, el lector disfrutaba de los melodramas de un mundo de candilejas, los remordimientos del pasado, el encarnizamiento con el archirrival, Le Leader en su caso. Además, mostraba su complicidad y soltura entre los otros ases del volante como Cevert, Ickx, Stewart, Prost (quien ha admitido que fue Vaillant el inspirador de su vocación), Tambay, Laffite (entusiasta de los habitáculos a menudo traslúcidos y sin montantes de sus coches, así pensados para el mejor detallado posible de pilotos e interiores) y tantos otros pilotos.

Desconocemos, eso sí, qué le pareció a Graton que Didier Pironi bautizase su línea de lanchas fueraborda con el nombre de Leader ¡y que incluso utilizase idéntica “L” en su logotipo! Valliant tenía además un trato cordial con personajes famosos de la escena social de su época que sazonaban con decadente glamour los rincones del tebeo, el amplio catálogo de interjecciones legendarias provocadas por los coches como trasfondo sonoro, iiiiiiiiii, vroooom, roooar, voaaaaa, que conferían el timbre exacto a cada frenada, derrape, acelerón o tortazo…

Película Michel Vaillant
PROYECCIÓN MEDIÁTICA. Carátulas de DVD de la serie de trece episodios “Les aventures de Michel Vaillant” de 1967 y del largometraje de producción francesa del 2003.

Todo esto y aún más, inasequible de otra forma para el lector a pie de calle, quedaba contenido genialmente en vibrantes viñetas rezumantes de aroma a goma quemada, cuya estela ha impregnado entera una larga colección de álbumes que por fortuna ha alcanzado a nuestro presente, y prosigue. Es la magia del tebeo, ese jardín secreto a color o blanco y negro con olor y tacto propio donde, sobreponiéndonos al alcance del bolsillo, podremos colmar tantos anhelos distintos a través de los personajes de una trama allende la cotidianeidad.

LOS “OTROS”

Pero volvamos un paso atrás, que nos hemos dejado llevar. Ante el siempre creciente interés hacia su obra, Graton, bien asentado en Tintin, crea las bases de un estudio homónimo en el que en adelante se valdrá de la contribución de otros dibujantes colaboradores, por supuesto apasionados como él del automovilismo, ágiles e imaginativos de cara a la creación de nuevos modelos de Vaillante.

El primero en quien se apoya es el también belga Christian Denayer, que secunda a Graton desde 1962 o si se quiere a partir de “El Octavo Piloto”. Recomendado a Graton por el redactor en jefe de Tintin, Denayer contaba tan solo diecisiete años y ya fantaseaba con su propia marca de automóviles, los Fulgura, varios de cuyos diseños iniciales Graton le invitó a adaptar al estilo general de los Vaillant, previa su inclusión inmediata en la saga.

Fiado en su joven aprendiz, cuyas habilidades compartía con Tibet y su Ric Hochet, Graton comienza a centrarse más y más en la elaboración de fondos y decorados, ambientación de las tramas, la elaboración de guiones, aun fantásticos, siempre creíbles y una escrupulosa y completa documentación previa. Va dejando la creación de los vehículos, fondos y paisajes, entintados y coloración a la sangre más joven. Para documentarse del mejor modo posible, Graton viaja incansablemente, se curte como fotógrafo y conoce de primera mano las localizaciones en que se desarrollarán las historias que nacen de su imaginación.

Conoce así personalmente a muchos de los pilotos y personajes importantes del mundillo, que festonean su cada vez más rica y detallada producción. Volvamos ahora al incipiente Studio Graton en que dejamos a Denayer a los lápices mientras Graton viajaba cada vez más. El entonces jovencísimo ayudante ha traído hasta casi nuestros días una muy prolija creación artística. De ella, debemos destacar aquí su piloto-hombre de acción Alain Chevallier, un pseudo-Michel Vaillant de su entero gusto, desarraigado, imperfecto y vagabundo conductor, al fin, de los deliciosamente hipotéticos Fulgura.

ALAIN CHAVALLIER

Debutó en 1970, apenas terminada la colaboración de Denayer con Graton y a instancias de Tintin con objeto de reemplazar a Vaillant en las páginas del semanario. Auxiliado por André-Paul Duchâteau, colaborador de Tibet (autor de Ric Hochet) en los “escenarios” (lo que en la jerga equivale a decir contexto, argumento y diálogos), Denayer parió diecisiete más que dignas, cada vez mejores historietas sobre el personaje.

Aunque su prematuro fin llegó en 1986, son lo más parecido a Michel Vaillant fuera del universo de Michel Vaillant, con honrosísimas excepciones como las maravillosas incursiones automovilísticas de Jean Valhardi, la de los breves Éric Murat y Luc Landier del sensacional dibujante español Francisco Hidalgo, publicada por el semanario francés Pilote (de, entre otros, René Goscinny en 1964) y Jeanot Dorian, del magistral Jean-Pierre Boivent (más tarde imprescindible ilustrador del mundillo automovilístico), también en Pilote, desde el 1961 hasta el 1968.

Imitadores Michel Vaillant
DIGNOS IMITADORES. Julie Wood pilotando la Elf e (por “endurance” o resistencia) de 1981-1983. A la derecha, sendas viñetas del álbum Forcing dans la Neige de Alain Chevallier de 1979.

El personaje de Chevallier tuvo incluso un breve trasunto en Spirou, al volante del grácil Opel GT cuando no de ¡un Fulgura!, bajo el nombre de Patrick Leman. Desde el 1975 al 1988, también en Tintin, Denayer y Duchâteau rubrican la trepidante tira Les Casseurs / Al & Brock en la onda de los entonces latentes Starsky & Hutch y cuajada asimismo de todo tipo de vehículos en acción (y, sobre todo, en colisión). Eso sí, ya con su foco de atención normalmente fuera de las pistas.

MÁS “IMITADORES»

El ya mencionado Albert Weinberg, que había dibujado maravillosamente todo tipo de aviones y aparatos espaciales en su veterana tira Dan Cooper, muda su aeronáutico registro al deporte automovilístico sin gran éxito en 1972. Creó para el tebeo holandés Pep, con objeto de reemplazar en este su regular tira dedicada Vaillant, el personaje “’vaillantesco” de Knut Andersen, que abandona al año siguiente.

Metido en harina, sin embargo, por encargo de Michelin, produce entre 1972 y 1975 varias curiosas tiras con Bib (Bibendum) como protagonista, destacando la estupenda aventura “Le Rally de l’Enfer”, publicada por Tintin. Víctor Braxator (Männken), prestigioso dibujante uruguayo desarrollado profesionalmente en Argentina principia en 1975 Las Travesías de Fitito, amenas andanzas de dos boludos al volante de un Fiat 600 (“la bolita maravillosa”) dotado de todo tipo de gadgets y enfrentado en las carreras, con éxito, a la más prestigiosa maquinaria local y mundial. Se trata de una historieta que contaba con su propia revista y que gozó de gran predicamento en Argentina y Uruguay.

Volviendo a Europa, la editorial belga-flamenca Loempia, titán de breve existencia, lanzó en 1987 el personaje Van Coover. Con un aire argumental más tendente a la novela negra y apoyado en el personaje femenino de Sue Wong, protagoniza tres álbumes espléndidamente dibujados por Suzanne Rosenberg, por desgracia sin continuidad desde 1991.

La lista de homólogos de nuestro protagonista, contumaces rivales no ya en los circuitos, sino en los quioscos, seguro que da para más. Sin duda habrá habido otros destacables ejemplos en otras latitudes, coetáneos de los tiempos de mayor difusión de Michel Vaillant sobre todo, pero estos son los que nosotros conocemos y creemos dignos de mención.

Michel Vaillant
Ilustración del Vaillante Commando GT, versión de 1970, de Michel Vaillant. Autor David Rodríguez Sánchez.

NOTA: Dada la longitud de este artículo, hemos decidido publicarlo en dos partes. Aquí tenéis la segunda. El autor, como ya hemos comentado al principio, es David Rodríguez Sánchez, ex colaborador de la revista Coches Clásicos y autor de varios libros relacionados con el automóvil.

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Escrito por La Escudería

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