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Los Peugeot que fueron taxis en Nueva York

Una marca con tanta popularidad a nivel mundial como es Peugeot tuvo un episodio muy interesante en su historia entre los años 70 y 80 con algunos de sus coches desempeñando la dura función de taxi en la ciudad que nunca duerme: Nueva York

Eran los años 70, y el mundo entero estaba inmerso en las consecuencias de la primera crisis del petróleo de 1973. Esto llevó a una recesión económica global, pero también supuso un cambio de canon en la industria del automóvil, con un boom en la oferta de utilitarios de bajo consumo y económico mantenimiento.

Hasta entonces la oferta este tipo de vehículos en Estados Unidos se limitaba a marcas foráneas como los pequeños Volkswagen, o los populares Honda y Toyota entre otros. Con contadas excepciones como los Chevrolet Vega y Chevette, los Ford Pinto o los AMC Pacer y Gremlin, los modelos fabricados en América seguían siendo descomunales y muchos de ellos equipaban motores V8 de gran cilindrada, que eran el antónimo de la eficiencia y economía que se buscaba tras la crisis del petróleo y la escasez de combustible.

Este panorama se trasladaba también al sector del taxi, que hasta entonces estaba monopolizado en el país por fabricantes patrios. Modelos de gran tamaño de Ford, Chevrolet y Dodge, circulaban por las calles como taxis, con los icónicos y clásicos Checker como más recordados de esos años.

Fueron precisamente los Checker, que siempre estuvieron tan ligados al sector del taxi, los coches pioneros en Estados Unidos en ofrecerse con mecánica diésel de origen Perkins. Sin embargo, y pese al económico consumo, la mayoría de los vehículos equipados con estos motores fueron exportados, y solo se ofrecerían en suelo estadounidense entre 1968 y 1969, con tan solo 324 coches de este tipo vendidos en el país durante ese periodo.

Así pues, con la llegada de la crisis del petróleo en 1973 por primera vez los americanos empiezan a preocuparse por el consumo de sus coches. Sería en Nueva York, ciudad en la que los taxis amarillos recorrían más de 100.000 kilómetros por año, donde urgía especialmente buscar una alternativa a los coches de alto consumo.

Un taxi francés para Nueva York

La respuesta llegó desde el otro lado del Atlántico, con el Peugeot 504, una berlina millonaria en ventas y que fue célebre por todo el mundo por su robustez, especialmente cuando equipaba económicas y fiables mecánicas diésel.

Fue para mediados de la década de los 70 que estos coches con los ojos de Sophia Loren empezaron a verse pintados de color amarillo por las calles de Nueva York. Un gran contraste frente a los otros taxis que protagonizaban el tráfico neoyorkino hasta entonces, por la diferencia de tamaños, y especialmente para los taxistas, de consumos.

 

Lo curioso de esta historia es que por aquella época los modelos de importación eran muy comunes en las carreteras estadounidenses, y hasta entonces ninguna marca extranjera había irrumpido en el sector del taxi en Nueva York, pero tampoco lo habían hecho con motores diésel como hizo Peugeot.

1981: El 505 en Nueva York

Los taxis 504 se ofrecieron como berlina y ranchera, aunque es cierto que no fueron muy comunes entre el tráfico de la metrópolis. Pero el momento de gloria para Peugeot llegó en 1981, en la época del recién nacido 505, cuando la prensa del momento hablaba del “contrato del Siglo” para la marca del león.

Quizá este titular resulta un poco optimista, pues Peugeot obtuvo un acuerdo para vender 1.200 coches con motores diésel como taxis en Nueva York. Esta cifra puede parecer mínima para una marca con un volumen de ventas tan elevado como era el de Peugeot a principios de los 80, pero la noticia fue percibida como una oportunidad para publicitar sus modelos por las calles de la gran ciudad ante la mirada de millones de habitantes y turistas, en una época en la que Peugeot contaba con su propia división en Estados Unidos.

Tan solo tras unos meses más de 850 conductores se decantaron por un nuevo Peugeot 505, y las previsiones eran que para finales de año más de 1.200 coches, o un 10% de los 12.000 taxis en servicio en Nueva York fuesen Peugeot.

Las ventajas de conducir un Peugeot eran claras, principalmente el consumo, con la marca francesa anunciando un consumo medio de 8,7 litros a los 100 kilómetros frente a la media de 14,7 de otros coches americanos, algo que a la larga permitía ahorrar hasta un 40% en combustible al año.

Pero hacía falta más de un año de trabajo para que los taxistas comenzasen a ver beneficios, pues el Peugeot 505 costaba más de 13.000 dólares (42.300$ en 2022), costando 5.000 dólares más (16.300$ en 2022) que un Chevrolet.

Otro problema añadido fue la dificultad y el precio para obtener recambios. Las calles de Nueva York en los 80 estaban lejos de la perfección, y con un ritmo anual de más de 100.000 kilómetros los coches sufrían mucho, algo a lo que se sumaban los más que habituales accidentes que dañaban los vehículos. 

Las largas esperas para recibir recambios significaban que los taxistas no podían trabajar y como consecuencia, perdían dinero, motivo por el cual muchos se deshicieron de su Peugeot poco tiempo después de su adquisición, con muchos de estos ex taxis neoyorkinos siendo exportados de nuevo a otros países.

Aunque fue la propia ciudad de Nueva York quien terminó sentenciando a los Peugeot, siendo los propios neoyorkinos quienes se quejaban de la aparente falta de espacio en los 505, prefiriendo los enormes asientos que ofrecían los modelos americanos, o las sorprendentes cinco plazas traseras que ofrecían los Checker con sus trasportines. Por lo que era bastante habitual que un neoyorkino que buscaba un taxi bajase la mano al ver pasar un Peugeot.

Las esperanzas de Peugeot de convertirse en un símbolo de Nueva York con sus taxis terminarían en 1983 cuando se aprueba en la ciudad una nueva legislación anti polución muy estricta que prohíbe la venta de nuevos vehículos diésel. Peugeot intentaría volver al sector con la versión gasolina del 505 pero ya era demasiado tarde, y los taxistas volvieron a coches como el Chevrolet Caprice.

Finalmente, Peugeot cesaría sus actividades en Estados Unidos en 1991, dejando así una historia del coche que pudo conquistar los lugares más inhóspitos del planeta, pero que nunca pudo dominar la jungla urbana llamada Nueva York en la que se aplicaba la ley del más grande, y en la que la actualidad lo raro es ver circular un taxi de una marca americana. Quién sabe, quizá Peugeot llegó antes de tiempo.

Fotografías: Peugeot / Checker

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Escrito por Javillac

Esto de los coches le viene a uno desde niño. Cuando otros críos preferían la bicicleta o el balón yo me quedaba con los cochecitos de juguete.
Recuerdo aún como si fuese ayer un día en el que nos adelantó un 1500 negro por la A2, o la primera vez que vi un Citroën DS aparcado en la calle, los paragolpes cromados siempre me han gustado.

En general me gustan las cosas anteriores a la época en la que yo nací (hay quien dice que estoy reencarnado), y en el top de esa lista están los coches, que junto a la música, hacen la combinación ideal para un rato perfecto: conducción y una banda sonora acorde al coche correspondiente.

En cuanto automóviles me gustan los clásicos de cualquier nacionalidad y época, pero como mi debilidad están los coches americanos de los 50, con sus exageradas formas y dimensiones, razón por la que mucha gente me conoce como "Javillac".

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