buick wildcat ii 1954
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Los otros Corvette de primera generación de General Motors

El Chevrolet Corvette de primera generación supuso toda una revolución dentro de General Motors que generó un momento de entusiasmo que se trasmitió a otras marcas de la compañía en forma de prototipos de coche deportivo muy similares.

En 1953 General Motors hizo historia con la presentación del Chevrolet Corvette, un hito automovilístico ya que contaba con una novedosa carrocería fabricada en fibra de vidrio. Si bien este no era el primer coche deportivo americano de posguerra (sirvan como ejemplo los Nash Healey) supondría el inicio de una saga de un coche que terminaría por convertirse en un icono y cuya historia continúa más de setenta años después.

Los años cincuenta fueron una época marcada por el optimismo y la bonanza económica para GM, y muestra de ello eran los shows de Motorama en los que una caravana ambulante que recorría Estados Unidos de punta a punta iba mostrando al público las novedades de la compañía. También estos eventos servían como el marco perfecto para presentar prototipos que lograban cautivar la imaginación de la gente, y con el querido Corvette ya en producción en 1954 General Motors trajo tres deportivos para sus otras marcas en forma de Concept Car.

PONTIAC BONNEVILLE SPECIAL

Históricamente Pontiac casi siempre fue la firma más asociada a la deportividad dentro de General Motors, pero esto no siempre fue así. Durante los años cincuenta esta marca estaba sufriendo una pequeña crisis de identidad, ya que se situaba en precios un peldaño por encima de Chevrolet, y estaban asociados por lo general a una clientela casi de la tercera edad.

Aunque no sería hasta la llegada de John Delorean al mando de esta firma cuando esa imagen de deportividad comenzaría a cambiar, el Pontiac Bonneville Special de 1954 fue un primer alarde de deportividad, con un diseño mucho más musculado obra de Harley Earl, pero resaltando algunos matices estéticos que eran señas de identidad de la marca en aquella época como las dobles franjas cromadas en el capó o la forma de las aletas traseras.

 

Al igual que el Corvette la carrocería estaba realizada en fibra de vidrio, pero quizá el elemento más llamativo eran sus ventanillas con apertura de gaviota, elemento que parece imitar a algunos aviones de la época, así como el adorno central que remata la trasera del coche que parece el propulsor de una aeronave pero que sirve para alojar la rueda de repuesto. A diferencia del primer Corvette que montaba un motor de seis cilindros en línea, el Bonneville Special equipaba un bloque de ocho cilindros en línea y 4,4 litros que desarrollaba una potencia cercana a los 240 CV.

OLDSMOBILE F88

Sorprendentemente en aquella época Oldsmobile era la marca de General Motors que más asociaban los clientes con los coches deportivos, ya que hasta 1953 era la única marca del grupo, junto a la prestigiosa Cadillac, en ofrecer motores V8, creando en 1949 el Oldsmobile Rocket 88, uno de los coches más significativos en la historia de América y para muchos un claro precursor del movimiento de los muscle car.

De cara a los Motorama también se diseñó un prototipo deportivo para esta marca, que de nuevo se basaba en el Corvette, compartiendo plataforma y diseñador, aunque los primeros bocetos estaban firmados por Bill Lange. En esta ocasión el coche montaba un V8 procedente del modelo Super 88, y aunque se construyeron dos unidades, el paradero de una de ellas es un misterio en la actualidad.

BUICK WILDCAT II

En 1953 Buick presentó un primer prototipo del Wildcat, que se puede describir como un automóvil descapotable americano bastante tradicional con la peculiaridad de que este era biplaza. Este primer concept car sirvió para mostrar las virtudes de la fibra de vidrio, así como para presentar por segunda vez el nuevo motor V8 fabricado en aluminio que años después sería comprado por Rover y empleado en la industria británica durante mucho tiempo.

Solamente un año después Buick presenta un sucesor para ese prototipo, al que bautizan como Wildcat II, y que, aparte de ser un coche biplaza, no podía ser más distinto del automóvil de 1953. De los tres deportivos que General Motors presentó aquel año este era el más radical, con un diseño tan moderno como inspirado en los coches de carreras de los años treinta, con guardabarros expuestos y faros separados de la carrocería.

Este segundo Wildcat también montaba un motor V8 de Buick, pero con compresor, y aunque era un automóvil muy atrevido fue el que más cerca estuvo de llegar a producirse en serie, ya que las ventas iniciales del Corvette fueron muy lentas. Hubo un Wildcat III en 1955, mucho más convencional, pero por desgracia esta unidad también desapareció.

Imágenes: GM

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Escrito por Javillac

Esto de los coches le viene a uno desde niño. Cuando otros críos preferían la bicicleta o el balón yo me quedaba con los cochecitos de juguete.
Recuerdo aún como si fuese ayer un día en el que nos adelantó un 1500 negro por la A2, o la primera vez que vi un Citroën DS aparcado en la calle, los paragolpes cromados siempre me han gustado.

En general me gustan las cosas anteriores a la época en la que yo nací (hay quien dice que estoy reencarnado), y en el top de esa lista están los coches, que junto a la música, hacen la combinación ideal para un rato perfecto: conducción y una banda sonora acorde al coche correspondiente.

En cuanto automóviles me gustan los clásicos de cualquier nacionalidad y época, pero como mi debilidad están los coches americanos de los 50, con sus exageradas formas y dimensiones, razón por la que mucha gente me conoce como "Javillac".

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