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Hispano-Suiza H6B 11608, en manos de un conductor del siglo XIX

La historia de este Hispano-Suiza conecta con los mismos inicios del automovilismo gracias a su primer propietario. Un comandante de la marina británica que tuvo el honor de ser uno de los primeros ingleses con permiso de conducir. Además, todo lo relacionado con su carrocería no tiene desperdicio, habiendo estado ensamblada al chasis de un Bentley durante años

Además de ser comandante de marina, Montague Grahame-White es conocido por su carácter pionero en las carreras de coches. No en vano, aprendió a conducir en 1898 gracias a las enseñanzas impartidas por Benjamin Burbidge. El ingeniero de motores que, según diversas fuentes, consiguió justo para aquellas fechas la primera licencia de conducción expedida en el Reino Unido. Así las cosas, no es de extrañar que aquellos primeros automovilistas formasen un club sólo abierto a quienes hubieran conseguido sus permisos antes del año 1900. Fue el Circle of 19th Century Motorist y, realmente, analizar su listado de miembros es abrir una ventana a la historia del poder en el Reino Unido.

Militares de alto rango, ricos industriales, aventureros exitosos y no pocas personalidades relacionadas con la industria automotriz inglesa. Además, por sus manos pasaron diversas joyas automovilísticas del momento. Muchas de ellas documentadas por Roy Bacon en The Golden Age of British Motoring. Uno de los mejores libros para contemplar multitud de fotografías relativas a los inicios del automovilismo y el motorsport. Llegados a este punto, resulta interesante seguir la trayectoria vital del mencionado Grahame White. Especialmente cuando confirmamos el año en el que se inició en el mundo de las carreras. 1898. Exactamente el mismo en el que aprendió a conducir.

Y es que aquellos tiempos eran así. Había tan poca gente al volante, y éste era algo tan exclusivo, que nada más aprender a manejar un automóvil podías convertirte en piloto de una de las mejores marcas. Eso sí, tampoco está de más recordar la ingente proporción de competidores muertos durante aquellas fechas. Algo bien ejemplificado por la París-Madrid de 1903. La cual tuvo que clausurarse antes incluso de llegar a España pues, ya en su primera etapa, se habían producido ocho muertes y casi un centenar de heridos. 552 kilómetros donde fallecieron tanto espectadores como participantes. Entre ellos Marcel Renault, uno de los hermanos fundadores de la marca.

Sin embargo, volviendo al comandante Grahame White llama la atención el gusto que le cogió a la velocidad. De esta manera, también durante aquel 1898 en el que aprendió a conducir se hizo con una lancha propulsada por un motor de cuatro cilindros. Es más, está documentado cómo construyó personalmente una embarcación propulsada por dos motores de seis cilindros y 90CV cada uno. Una máquina muy veloz en el agua. Especialmente en el Támesis, en cuyas orillas era conocido por sus pasadas a toda velocidad cuando no estaba cumpliendo servicio en la India colonial. No obstante, llegados a este punto cabe hacerse una pregunta quizás algo frívola. ¿Qué coche tendría semejante personalidad?

HISPANO-SUIZA H6B COUPÉ CHASIS 11608, EN SINTONÍA CON BENTLEY

Tras la Primera Guerra Mundial, el ingeniero Marc Birkigt se encontraba en la cima de su carrera. No en vano, sus motores de aviación habían sido una pieza clave para la victoria de Francia y sus aliados. Además, era el nombre esencial en la evolución mecánica de Hispano-Suiza desde su fundación en 1904. Con todo ello, sus creaciones automovilísticas estaban a la altura de las de Rolls-Royce. Destacando también en el ámbito deportivo gracias al T45 “Alfonso XIII” y sus múltiples victorias en diversos GP celebrados en Francia y Bélgica.

No obstante, tras la contienda hacía falta un nuevo modelo con el cual renovar a Hispano-Suiza. Así las cosas, en el Salón del Automóvil de París de 1919 se presentó el H6. Caracterizado por su motor de seis cilindros en línea y 6.597 centímetros cúbicos, éste tomaba los diseños de aviación de Birkigt para aplicarlos al automovilismo. De hecho, su mecánica era básicamente la empleada en los V12 de los aviones militares franceses aunque, claro está, partida por la mitad. Asimismo, el bloque motor estaba forjado en aluminio y el cigüeñal en una única pieza de acero. Un diseño excepcional que, en 1922, entregó 135CV gracias a la actualización representada por el H6B.

Modelo del cual, en 1926, Grahame White adquirió de fábrica la unidad con el número de chasis 11608. A partir de aquí, una vez recibida en el Reino Unido el comandante tuvo que preocuparse por su carrocería. Y es que aquel Hispano-Suiza fue servido desnudo. Tal y como venía a ser habitual entre los fabricantes de alta gama antes de los años cuarenta. Puesto en aquella tesitura, el Hispano-Suiza fue dejado en manos de Hooper & Co. Uno de los mejores carroceros ingleses, fundado en 1805 aunque ya plenamente transitado al mundo automotriz. De hecho, desde 1909 hasta 1958 estableció una relación muy estrecha con Rolls-Royce, vistiendo multitud de Silver Ghost y Phantom.

No obstante, para este Hispano-Suiza H6B ideó una más que llamativa carrocería con dos puertas. Merecedora de diversos premios en concursos de elegancia celebrados durante los años veinte en Brighton y Montecarlo. Sin embargo, en algún momento de los años treinta fue revestido a su aspecto actual. Y aquí viene un dato muy curioso. Ya que su carrocería no es de estreno. Lejos de ello, este diseño firmado por los talleres de Park Ward con el número 3253 estuvo montado durante años sobre el chasis de un Bentley 6½. Razón por la cual, este Hispano-Suiza nos recuerda bastante a los modelos con dos puertas realizados sobre el icónico modelo inglés de 1926.

En manos de Grahame White durante bastantes años, este H6B pasó posteriormente por diversas colecciones llegando hasta nuestros días en un perfecto estado de conservación. Es más, aún con los años en uso han sido muy pocos los elementos mecánicos sustituidos. Un gusto por preservar las cualidades de origen que también se ve en el interior, donde se conserva la misma tapicería con la que fue estrenado. Respecto su cotización actual, quien sea lector habitual de nuestra revista ya sabrá que casi nunca solemos analizarlo en estos casos. No en vano, los Hispano-Suiza no son clásicos populares. Sino piezas únicas de colección y, por tanto, obviamente muy exclusivas.

Sin embargo, en el caso de esta unidad hay algo que sí creemos necesario comentar. Y es que, durante el pasado 2020, Bonhams lo ofreció en subasta bajo una estimación de 350.000 a 400.000 libras quedando la puja desierta. Eso sí, el pasado seis de marzo de este mismo año Collecting Cars ha conseguido venderlo por 235.000 libras. Una cifra muy diferente a las previsiones manejadas hace tan sólo dos años. No obstante, sea como fuese lo importante es ver cómo el Hispano-Suiza chasis 11608 se preserva de manera excelente. Seguramente, lo podremos ver dentro de no mucho en diversos Concursos de Elegancia. Estaremos atentos.

Fotografías: Collecting Cars

P.D. Grahame White falleció en 1961. Justo un año después de la última reunión en Londres del Circle of 19th Century Motorist. Ya quedaban pocos decimonónicos como él.

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Escrito por Miguel Sánchez

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