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Dodge Firearrow II de 1954: Ingeniería americana, diseño italiano

FOTOS DODGE FIREARROW II DE 1954: MECUM

De sobra sabemos que la función domina la forma. En ese sentido, lo primero para producir un automóvil de calidad es la ingeniería. Sin embargo, lo cierto es que la mano de un diseñador resulta necesaria para aportar los últimos remates visuales. Esos que son necesarios para que una carrocería entre por los ojos. Al fin y al cabo, más allá de los coeficientes aerodinámicos y demás datos técnicos lo cierto es que la primera impresión viene dada por la pura y dura estética. Algo que muchos modelos lucen con orgullo al portar los emblemas de Pininfarina, Zagato, Bertone…

No obstante, si nos ponemos dentro del contexto norteamericano hay un nombre propio que no podemos dejar de lado: Virgil Exner. Formado en los despachos de mitos del diseño como Harley Earl o Raymond Loewy, este diseñador proveniente de la publicidad es un personaje esencial en lo que a diseño de automóviles se refiere. Tanto que todos hemos visto multitud de veces sus creaciones. Y no, no nos referimos tanto a sus vehículos como a su mejor seña de identidad: las aletas.

Sí, esos apliques de toque retrofuturista y cromado esenciales para definir el diseño cincuentero en los Estados Unidos. Todo salido de un programa de diseño conocido como Forward Look. Por todo ello, este Dodge Firearrow II de 1954 es uno de los conceptos ideados por Virgil Exner más interesantes en toda su carrera. Principalmente porque sus mesuradas formas, aún con unas bien integradas aletas, se caracterizan por una prudencia y estilo poco comunes dentro de los refulgentes diseños que nuestro protagonista elaboraba durante los cincuenta.

DODGE FIREARROW II: UN CONCEPT CAR ENSAMBLADO POR GHIA

Ghia es uno de los carroceros históricos italianos. Fundada en 1916, la relación de la casa turinesa con los Estados Unidos es muy intensa. Y no, nos referimos únicamente a su adquisición por Ford a comienzos de los 70. Y es que, durante los cincuenta, mantuvo una intensa relación con Virgil Exner, rematándose casi veinte prototipos del diseñador en los talleres de Ghia. Algunos tan alocados como el Lincoln Futura, pero otros tan elegantes como este Dodge Firearrow II de 1954.

Pensado como un vehículo descapotable para zonas como California, el Dodge Firearrow II contó con elementos tan atractivos como su parabrisas sin marco. Un acierto a la hora de no romper las suaves líneas de su carrocería, en la cual hay cromados pero sin llegar a ser tan dominantes como en otros modelos coetáneos. Y es que se avecinaban nuevos tiempos, ya que pocos años después las cada vez más excesivas aletas saldrían de juego tildadas de injustificadas e incluso un poco horteras.

De hecho, la serie de prototipos Firearrow fue una de las creaciones más influyentes de Virgil Exner, llegando a impactar en otras marcas que rápidamente comenzaron a ir por su nueva senda. Una senda que tuvo cuatro capítulos, ya que del Dodge Firearrow se construyeron cuatro unidades con funciones y desarrollo diferenciados. El primero fue un modelo de exhibición sin motor. El segundo -éste- ya resultaba operativo. El tercero fue la variante coupé, y el cuarto la versión con todas las disposiciones pensadas para entrar a cadena de montaje.

DODGE FIREARROW: UN HEMI CON 150 CV

A pesar de que Virgil Exner centró el protagonismo en los diseñadores por encima de los ingenieros, lo cierto es que la mayor parte de sus creaciones estaban listas para circular. Sólo así se podían testar adecuadamente las cualidades de sus diseños más allá de lo visual, logrando una eficiencia que muchas veces uso de forma intensiva el túnel de viento. Es por ello que al Dodge Firearrow II de 1954 se le equipó con una mecánica de 150CV basada en un V8 Chrysler.

Concretamente en uno de los míticos Hemi, los cuales estuvieron en fabricación desde 1951 hasta 2003 con diferentes fases de desarrollo. Respecto a la transmisión, ésta es automática de cuatro velocidades. En suma, un conjunto mecánico pensado para ir tranquilo aunque con un cierto toque de potencia si llega el caso. El comportamiento que se espera de un coche con la estética que estamos viendo, ideado para disfrutar del sol a capota abierta con más veleidades relajadas que competitivas. Una buena idea comercial que, de haber salido, podría haber tenido cierto éxito.

De todos modos, más allá de sus posibles capacidades de venta en el pasado, lo cierto es que el Dodge Firearrow II de 1954 hoy en día está a la venta gracias a la casa de subastas Mecum. Pero ojo, esta vez se trata de una oferta con precio cerrado. Una pieza única rara avis en una época de excesos.

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Escrito por Miguel Sánchez

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

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