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Conducir al Amanecer: Ruta circular por la Sierra Oeste de Madrid y Ávila con Alpine

Hay que empezar el finde de semana con buen pié, y además a quién madruga Dios le ayuda. Nos aplicamos ambas cosas y os proponemos una ruta deliciosa para hacer en tres horitas un Sábado por la mañana. Nos lleva un Alpine cedido por la marca, ¿te vienes?

Lo normal -y lo fácil- es salir a dar una vuelta con los amiguetes por las carreteras de siempre, las que conocemos todos y que nos quedan relativamente cerca. También se da el caso de nuevos aficionados que se están iniciando en este mundillo y no saben muy bien por dónde poner a rodar la máquina que se han comprado. Y bueno, también pasa que cuando uno quiere sencillamente salir sólo, sea curtido o neófito, no sabe muy bien como hilvanar los distintos puntos del mapa por los que le gustaría pasar. La semana es dura y a menudo nos deja el cerebro como una pasa.

Incluso, una vez que se ha elegido la ruta, si se se va por intuición o recomendación puede que al final consideremos que hemos perdido el tiempo. ¿Y si nos equivocamos? ¿Y si aquel conocido que nos dijo no tiene la misma idea de lo que es una buena carretera que nosotros? Un poco con todo esto en mente es por lo que se nos ocurrió lanzar esta serie de reportajes que comenzamos hoy. La idea es no sólo crear itinerarios que se puedan navegar fácilmente a través de Google Maps o Roadstr (si no habéis probado esta app no dejéis de descargarla), si no enseñároslos antes para que podáis decidir de antemano si queréis recorrerlos o no.

Vale nos vamos de ruta pero… ¿Y en qué coche vamos?

Respecto a las monturas que utilizaremos para grabar, hemos optado por los nuevos Alpine A110. Máquinas bonitas, efectivas y de corte indudablemente clásico. Para esta primera entrega tenemos un A110 Pure, la variante más sencilla; pero ojo que, para el que escribe, fan como sabéis de los hierros viejos, es el más atractivo de la gama. Aun a riesgo de abusar de Saint-Exupery, lo esencial es invisible a los ojos.

Nuestra unidad trae como equipamiento opcional sólo los baquets, y carece de cosas como sensores de aparcamiento, hoy en día ubicuos. Tiene la tecnología justa para no ser anacrónico, como por ejemplo el cambio robotizado, pero a los mandos se tiene la sensación de ir en un coche y no en una nave espacial. Y fijaos en ese color, y en esas llantas de pequeño diámetro rematadas con neumáticos con balón. ¡Cómo manda la tradición!

Volviendo al aviador y escritor, lo verdaderamente especial de este coche es su conducción. Sin animo de dar más la brasa -ya intenté transmitiros mis sensaciones en esta prueba-, nada más decir que en este caso concreto me sentí más que nunca como en un clásico. ‘Youngtimer’, por supuesto, pero la misma complicidad, el mismo respeto, el mismo reconocimiento y cuidado mutuo. En definitiva, el mismo baile, porque el automóvil siempre ha sido el mismo, por mucho que ahora nos intenten vender otra cosa. El A110, desde mi punto de vista, es fiel a esta premisa. Hasta luego bazofia tecnológica y equipamiento innecesario, hola a lo auténtico. Al menos en un auto de este perfil.

Carreteras bonitas de la Sierra Oeste: Un viaje por etapas

Bien, la idea, para que no perdáis más tiempo del necesario si no os interesa, es la siguiente: Ahora, al principio, os dejo los mapas, tanto de Google (que lamentablemente no permite activar la navegación) como de Roadstr, y un ejemplo del tipo de  carreteras a las que llegaremos para ver si os engancha. En este caso el fragmento elegido es algo así como el bonus track de la ruta, el añadido al itinerario en el caso de que queráis desayunar o tomar el aperitivo en Ávila en lugar de volver directamente a Madrid.

*Sube bien el volumen para escuchar el coche.

La otra cosa que os ruego que consideréis de antemano es que en fotografía y vídeo existe una cosa llamada profundidad de campo. Habrá partes de los vídeos que digáis estos tíos van a toda velocidad, pero os prevengo de que esa impresión es engañosa: Al haber grabado a 20mm todo parece más profundo, más largo de lo que es, y por eso parece que avanzamos más deprisa. Es decir, esto no es ni de lejos un rendez-vous en París; en realidad, íbamos mucho más tranquilos de lo que parece.

*Pulsad aquí –> para cargar el mapa de Google, y —> aquí para el de Roadstr. Google no me deja añadir el extra hacia Ávila, atentos a las indicaciones más abajo si escogéis este mapa. Y buenos, atentos en general, que ya sabéis que los navegadores os la pueden liar bien…

Etapa 1: Carretera M-522 a Quijorna

Pongamos que empezamos el itinerario saliendo hacia Quijorna desde la carretera de los pantanos, la M-501, viniendo por ejemplo de Brunete o de Boadilla. Entramos entonces en una calzada medianamente rápida que discurre entre encinares. Si al llegar arriba miráis a la izquierda, veréis el bonito emplazamiento en el que se encuentra el pueblo, al pie de suaves montañas. Esta primera y corta etapa no es más que el preludio de calentamiento de lo que está por venir, que iremos recorriendo a un ritmo de creciente intensidad.

Etapa 2: Quijorna – Navalagamella, por el Puerto

Al salir de Quijorna empieza realmente la diversión. Primero seguiremos llaneando pero, poco a poco, iremos trepando. Tras una curva a derechas bajo las encinas empezamos a subir por el puerto. No es empinadísimo porque, de nuevo, y en su estilo, es medianamente dinámico. Un lugar en el que disfrutar de las prestaciones -y el sonido- de la mecánica y de las bondades del chasis de la máquina que llevemos.

*Sube bien el volumen para escuchar el coche.

Etapa 3: Navalagamella – Fresnedillas de la Oliva

Esta stage empieza con unas curvas con bastante mala baba. Las he recorrido miles de veces, con diferentes coches y motos, de subida y de bajada, y el resultado siempre es el mismo: Aunque bonitas, no son bonitas de hacer. Aconsejo tomarlas con calma intentando mirar a la derecha, donde veréis un precioso valle. Una vez superados estos primeros virajes, adelante con confianza. Si medís bien, y siempre con seguridad, la carretera es divertida y variada.

*Sube bien el volumen para escuchar el coche.

Etapa 4: Fresnedillas de la Oliva – Puerto de la Cruz Verde

Como habréis podido deducir, estamos siguiendo una ruta alternativa para ir a San Lorenzo de El Escorial. También podríamos ir de Fresnedillas a Robledo de Chavela y luego hacia la cima de la Cruz Verde, donde esté el mítico mesón-cafetería frecuentado por los moteros. También existe la posibilidad de, una vez llegamos al primer cruce, ir a la izquierda hacia Zarzalejo en vez de a la derecha hacia Peralejo. Sin embargo, en el primer caso me gusta más la carretera que va de Fresnedillas al cruce mencionado y, en el segundo, odio subir por Zarzalejo a la Cruz Verde, la calzada es excesivamente estrecha.

La M-532 os va a encantar, otra vía bonita, variada y dinámica. Luego sencillamente atravesamos Peralejo y seguimos hacia San Lorenzo y la Cruz Verde por la M-600. Casi siempre hay tráfico y no es nada del otro mundo, así que paciencia hasta que empieza el Puerto.

*Sube bien el volumen para escuchar el coche.

Etapa 5: Cruz Verde y las maravillosas autonómicas hacia Ávila

Una vez lleguemos a la Cruz Verde, y aunque suele estar transitada, a esas horas hay muy poquita gente. Momento de firmarlo, siempre respetando el paso que lleva a la Silla de Felipe II. Después del ascenso, el descenso de rigor hasta el desfiladero y el puente que atraviesa el río Cofio. Esta carretera, M-505 y CL-505, que otro día os recomiendo que hagáis hasta Ávila, es un prodigio de variedad que va pasando de encinares a pinares y estepa. Ancha y bien peraltada, permite adelantar con cierta facilidad, por lo que un poco de tráfico no debería de ser un problema. En definitiva, otra calzada divertida, y además diferente a lo anterior; la recorreremos hasta La Cañada, momento en el que empezará lo bueno de verdad.

*Sube bien el volumen para escuchar el coche.

Etapa 6: En torno al Puerto de Arrebatacapas

Efectivamente, un poco todo lo recorrido hasta ahora era para llegar aquí. A partir de La Cañada entramos en una zona de curvas suaves y rectas interminables estupendas para sacar unas buenas fotos. No hay nadie, la plaza está desierta, y el paisaje, de estepa y pino, es una gozada. La calzada de la provincial AV-P-307 es estrecha pero no demasiado, ideal para el Alpine. Le vamos dando, preferiblemente en marchas cortas, hasta llegar al cruce con la AV-503 que nos da a elegir entre ir hacia San Bartolomé y Ávila, a la derecha, o a Cebreros, a la izquierda.

Es aquí dónde debemos elegir si vamos a por el bonus track del principio para pasar la mañana en Ávila capital, o si seguimos el itinerario circular principal. Una cosa no quita la otra, pero cuanto más os retraséis en volver más posibilidades habrá de encontraros tráfico según os acerquéis a Madrid. Si queréis pasar tiempo en Ávila, pero mantener los horarios, aconsejo volver directamente por la CL-505, y así veréis la zona más espectacular de esta vía, que está precisamente después de La Cañada. Pero si lo que queréis es una sobredosis de curvas, podéis hacerlo todo desviándoos por La Cañada al volver o, directamente, volviendo de nuevo por San Bartolomé.

*Sube bien el volumen para escuchar el coche.

En este caso, nosotros decidimos tirar directamente para Cebreros, sin pasar por Ávila. La familia espera en casa (esta vez no ha venido) y en torno a las 12 de la mañana tenemos compromisos. Así que enfilamos la parte más emocionante del recorrido, lo que se conoce como el Puerto de Arrebatacapas: Curvas curvas y más curvas a baja velocidad y marchas cortas, una detrás de otra, pero todas diferentes. A esto habíamos venido, y vamos a saciarnos. Poco poco, nos acercamos al puerto propiamente dicho, cuya bajada es absolutamente dramática.

Etapa 7: Descenso hacia Cebreros y vuelta a Madrid

Pero primero subimos un poco más, entre las sombras. Y cuando llegamos arriba bum, se hace la luz y lo que vemos a nuestro pies es un valle alucinante con el pueblo encastrado abajo. Hay que bajarse todo eso, así que a pasarlo bien. Vamos cayendo poco a poco mientras disfrutamos de unas vistas preciosas. Una vez en Cebreros, cruzamos el pueblo en busca del desvió hacia la AV-502, en dirección hacia Robledo de Chavela, que sale a la derecha.

*Sube bien el volumen para escuchar el coche.

La vía se vuelve más rápida, con tramos retorcidos esporádicos entre pinares. Es estupenda. Montaña suave, volvemos aprovechando los, por lo general, buenos peraltes, que unidos a un estupendo firme nos dan la sensación de volar hacia casa. La magia de la ruta; desde que salimos ya eramos uno con el A110, pero ahora estamos más que compenetrados. Este coche es una delicia, carajo, y avanzamos a buen ritmo dispuestos a continuar con el fin de semana.

Llegados al cruce con la M-512, giramos a la izquierda para seguir hacia Robledo y, más adelante, ya de vuelta en la carretera de los pantanos, tirar hacia Navas del Rey, Chapinería, Quijorna. Brunete, Boadilla, M50, M40… Y de ahí a cualquier sitio. Si es tercer Domingo de mes, volvéis antes de las 12 y no tenéis nada que hacer después, os invito a rematar la faena en el mercadillo de Villaviciosa, que estará en su punto álgido 😉

*Por último, si no podéis quitaros el A110 de la cabeza y lo valoráis como una opción seria de compra quizá sería bueno que llamaseis o escribieseis a Carlos Sánchez, de Alpine Center Madrid, al 628831283. Tenéis además ahora un ofertón con tres años de mantenimiento gratis.

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Escrito por Javier Romagosa

Me llamo Javier Romagosa. Mi padre ha sido siempre un apasionado de los vehículos históricos y yo he heredado su afición, a la par que crecía entre coches y motos clásic@s. He estudiado periodismo y sigo haciéndolo, ya que quiero convertirme en profesor universitario y cambiar el mundo... Ver más

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