Javier Romagosa
El pasado 4 de junio el juez encargado de gestionar el proceso de bancarrota de Bertone dio comienzo a la fase de liquidación de la compañía. Aun es remotamente posible que aparezca un comprador -probablemente salido del panorama automotriz-, pero de momento el plazo dado para que esto suceda ha expirado. A partir de ahora, y como si de un despiece se tratase, se venderán los activos de la histórica carrozzeria italiana por separado.
Tristemente, no hay mucho de lo que se pueda deshacer para saldar de deuda de aproximadamente 31 millones de euros que arrastra la compañía. Recordemos que en 2008 vendió la planta de producción de Griugliasco a Fiat y que, por otro lado, carece de la propiedad de la marca Bertone, cuya cesión de derechos por parte de Bertone Cento -otra de las empresas del holding familiar- finalizará este año.
Ante la nefasta situación financiera de su corazón, el conglomerado Bertone ha decidido apostar por otra sus empresas, Bertone Design, la cual presta sus servicios en los campos de la arquitectura, comunicación, organización de eventos, estrategia comercial y transporte. Radicada en Milán, tiene poco que ver con la Bertone que todos conocemos.
Patrimonio nacional
Otro escollo -o no, según se mire- para la salvación de la empresa carrocera ha sido impuesto por el Gobierno Italiano, que ha declaro patrimonio histórico a la colección de clásicos y prototipos que ostenta. Aunque RM Auctions subastó hace tres años algunas de sus piezas, las restantes solo podrán ser vendidas todas juntas y con el visto bueno de las autoridades trasalpinas.
Así pues, quedan algunos terrenos y edificios y también la actividad diaria de la compañía, que todavía presta sus servicios a clientes importantes aunque, no obstante, se estén trasladando poco a poco a Milán. En diciembre de 2013 Michael Robinson, jefe de diseño, y la mayor parte de su equipo se marcharon para crear un nuevo estudio llamado ED Design, por lo que actualmente la carrocería se encuentra descabezada.
Bertone ya pasó por una situación similar en 2007/2008, cuando sólo pudo conjurar el desastre mediante la venta de su planta de producción a Fiat; y en 2011 volvió a caer, teniendo esta vez que deshacerse de prototipos icónicos de su época dorada, como fue el caso del Stratos Zero o del Lamborghini Marzal, ambos esculpidos en la segunda mitad de los años sesenta. Para más información sobre la historia de este centenario gabinete de diseño, haz click aquí.
