Javier Romagosa
Ayer, navegando por la red, encontramos una página web en la que se hace una propuesta muy interesante: alquiler de vehículos clásicos para conducir junto a su dueño.
Poco a poco, en los últimos años, han ido surgiendo agencias que nos ofrecen la posibilidad de rentar un coche antiguo, mediante el procedimiento tradicional: normalmente, se cobra una cantidad fija por el servicio más una franquicia como compensación en caso de accidente. A cambio, tenemos la posibilidad de disfrutar de un soleado día o de fin de semana a lomos de «nuestra» joya, solos o en compañía de quién queramos.
Sin embargo, en conducirclasicos.com se lleva este concepto a un nuevo terreno, en el que se disfruta tanto del vehículo antiguo como de su propietario. Se trata de un servicio de alquiler en el que particulares ofrecen su coche o moto a cambio de una cantidad muchas veces negociable, y de un rato en buena compañía de otro aficionado.
Gracias a este esquema, se tiene acceso a una extensa gama de vehículos, a la par que se pasa un buen rato y se obtiene información de primera mano sobre el modelo escogido. Y es que nadie mejor que el poseedor de uno de esos vehículos con los que siempre hemos soñado para contarnos, en un clima de sinceridad, sus virtudes y defectos.
Por otro lado, esta dinámica permite también comprar y vender vehículos antiguos con un mayor grado de seguridad: en conducirclasicos.com también hay clásicos en venta que pueden ser probados en profundidad, algo que, sin duda, nos dejará mucho más tranquilos a la hora de formalizar dichas operaciones.
Cualquiera puede, previa aceptación, ofrecer su tesoro en esta web. Y aquellos que estén buscando sacarse una espinita de encima no tienen más que echar un vistazo en la base de datos para ver si el coche o moto de sus desvelos está disponible. Incluso, en caso de que no sea así no habrá problema, ya que conducirclasicos.com lo buscará sin compromiso.
Resulta interesante la posibilidad de sacarle un rendimiento a nuestros preciados vehículos, más si con ello hacemos felices a alguien. Una vez más, el Movimiento por el Vehículo Histórico demuestra su creciente importancia económica.
