in

Alfa Romeo Periscopio con motor central, un Junior Z sólo en apariencia

En los años sesenta Giuseppe Busso pensó seriamente en la idea de ofrecer un deportivo con motor central por debajo del exclusivo Tipo 33. Algo que pareció materializarse en 1966 con el prototipo Scarabeo. No obstante, aquella idea siguió en su mente, por lo que a comienzos de los setenta colaboró con Autodelta para crear el Periscopio. Un modelo vestido con las líneas del Junior Zagato bajo el cual se encuentra el motor de un GTV 2000 con elementos técnicos del Alfetta de 1972. Una mezcla muy especial que hoy en día conserva el Museo Storico de la marca

A pesar de que Alfa Romeo se convirtió en 1950 a la producción en serie y la venta masiva con el 1900, lo cierto es que nunca abandonó su gusto por hacer deportivos muy especiales. De esos que no parecen propios de una empresa generalista. Continuando así fiel a la imagen de marca labrada a lo largo de tantas carreras ya en los tiempos previos a la Segunda Guerra Mundial. De esta manera, cuando en los años sesenta los motores centrales fueron ganando fama gracias el Cooper T43 de 1958 y su estreno en la F1, los ingenieros de Alfa Romeo pensaron en hacer un modelo de serie en base a este esquema.

No en vano, para 1964 incluso la conservadora Ferrari -tuvo que ser el joven Mauro Forghieri quien convenciera al fundador acerca de las bondades del motor central- presentó al 250 LM. Un diseño tras el cual ya no había marcha atrás, asentando aquella disposición del motor como un hecho consumado de cara a mejorar el reparto de pesos y las inercias. Así las cosas, en aquellas fechas Alfa Romeo inició el proyecto de lo que en 1967 llegaría a ser el Tipo 33. Un automóvil con las miras puestas en lo más alto del campeonato de resistencia. Contando primero con un motor derivado de la Giulia TZ para, finalmente, incorporar todo un V8 con 230CV en la versión Stradale.

Alfa Romeo Scarabeo con motor central-trasero

Así las cosas, el desarrollo de semejante automóvil cayó rápidamente en las manos del departamento de competición Autodelta dirigido por Carlo Chiti. Motivo por el cual Giuseppe Busso pensó en hacer un prototipo por su cuenta con el objetivo de llegar a serie y experimentar con un nuevo chasis. Una pretensión condensada en el Alfa Romeo Scarabeo de 1966. Dotado de un diseño fue revolucionario en materia de reparto de pesos gracias a la colocación de los tanques de combustible en los laterales. Además, su chasis tubular en forma de H resultó decisivo para el del 33 Stradale. Todo ello resguardado bajo su llamativa carrocería con aerodinámica Kammback.

El Periscopio es un Junior Zagato sólo en apariencia

DEPORTIVO CON MOTOR CENTRAL, UNA IDEA QUE NO CESA

A pesar de sus evidentes atractivos para ser llevado a serie, el Scarabeo no pasó de la fase de prototipo. De esta manera, Alfa Romeo perdió la oportunidad de contar en su gama con un pequeño biplaza deportivo de motor central por debajo de los exclusivos Tipo 33. Justo a la forma y manera que Volkswagen y Porsche tuvieron desde 1969 con el 914. No obstante, aquella idea de poder desarrollar en serie un modelo así siguió rondando por la cabeza de Giuseppe Busso durante años.

Llegados a este punto, el día a día en el departamento de ingeniería de Alfa Romeo continuó con normalidad. Renovando la gama de turismos mientras ésta se acompañaba recurrentemente de interesantes deportivos como el Junior Zagato de 1969. Un ágil y desenfadado deportivo propulsado por un bloque de cuatro cilindros en línea y 104CV alimentado por un carburador Weber de doble cuerpo. Todo pensado para entregar respuestas enérgicas sin renunciar a la practicidad de un coupé compacto para el día a día.

Junior Zagato de serie

Además, la carrocería firmada por Zagato le daba al conjunto una personalidad indudable. Reafirmada con elementos técnicos como el eje De Dion trasero, convirtiéndose así en una máquina precisa a la hora de enlazar curvas. Además, en 1972 se presentó una versión más potente con un motor de 1.6 litros y 133CV. Características que resucitaron en la mente de Giuseppe Busso aquel viejo afán de lograr un deportivo con motor central más o menos accesible a las capas medias del mercado. ¿Habría llegado ya el momento adecuado para esta idea?

ALFA ROMEO PERISCOPIO, UNA MEZCLA DE ELEMENTOS

Decidido a crear un modelo con motor central usando al Junior Zagato como base, Giuseppe Busso recurrió a la ayuda de Carlo Chiti y Autodelta. De esta manera echó a andar uno de los proyectos menos conocidos de Alfa Romeo en los setenta, el del Alfa Romeo Periscopio de 1973. Un diseño que, como puede intuirse gracias a su gran toma de aire en el techo, trasladaba el motor de la parte delantera a la trasera para tener del Junior Zagato tan sólo el aspecto. De hecho, la mecánica usada en el Alfa Romeo Periscopio procede de un GTV 2000. Con bloque de cuatro cilindros en línea y 1.962cc para rendir 132CV a 5.500rpm con dos carburadores Weber de doble cuerpo. Todo ello al servicio de mover sus tan sólo 900 kilos, siendo capaz de alcanzar los 220 kilómetros por hora.

Además, en el Alfa Romeo Periscopio se puso un afán especial en lo referido al reparto de pesos. Por ello el motor se instaló de forma transversal justo por detrás del asiento del copiloto. Colocando el cambio justo en el lado contrario para así nivelar. Por detrás del asiento del piloto. Una disposición replicada años después en modelos del Grupo B como el Peugeot 205 T16 o el Lancia Delta S4. Respecto al chasis, se escogió uno tubular muy parecido al que había equipado el Scarabeo de 1966. Añadiendo el eje De Dion trasero del Alfetta y también su sistema de suspensiones con triángulos superpuestos y barras de torsión.

Con todo ello, no cabe duda de que el Alfa Romeo Periscopio es una mezcla realizada con lo mejor de no pocos modelos del momento. Una máquina que podría haber sido de lo más efectiva en el mundo de los rallyes. De hecho, pocos años después se presentó al GTV Turbodelta como la opción para el Grupo 4. Sin embargo, lo cierto es que para 1973 el Alfa Romeo Periscopio no tenía lugar dentro de la empresa. Y es que, mientras para la comercialización masiva era un modelo demasiado complejo y específico, para la competición resultaba poco apetecible pues los Tipo 33 copaban toda la atención de Autodelta.

Así las cosas, el Alfa Romeo Turbodelta quedó relegado a los sótanos de Arese. Un lugar donde hoy en día es conservado por el Museo Storico siendo una de las piezas más desconocidas del mismo.

Fotografías: Museo Storico Alfa Romeo 

Qué te ha parecido?

Foto del avatar

Escrito por Miguel Sánchez

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

Suscríbete a la Newsletter

Una vez al mes en tu correo.

Muchas gracias! No olvides confirmar tu suscripción mediante el email que acabamos de enviarte.

Algo ha salido mal. Por favor, vuelve a intentarlo.

60.2kFans
2.1kFollowers
3.4kFollowers
3.8kFollowers