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Alfa Romeo G1. Un siglo para este modelo que encontró su mercado en Australia

Aunque hoy en día la conocemos como Alfa Romeo, esto no fue así hasta su adquisición en 1918 por parte de Nicola Romeo, el cual puso su apellido detrás de la histórica denominación Alfa. Así se abrió una nueva época tras la Primera Guerra Mundial en la que el G1 había de ser el modelo de referencia. Malogrado en Italia por los impuestos calculados en base a la cilindrada, las 50 unidades de serie acabaron en Australia. Hoy en día sólo existe uno, y además podría ser el Alfa Romeo conocido más antiguo.

Aunque Alfa Romeo ha llegado a ser un símbolo nacional en Italia, lo cierto es que no siempre lo tuvo fácil en su país. En ese sentido, unos inicios debatidos entre la alta gama y los vehículos de carreras tampoco ayudaron a la consolidación financiera de la marca. Así las cosas, desde que en 1910 naciera Alfa (Anonima Lombarda Fabbrica Automobili) sus cuentas se han debatido entre liquidaciones, tratos con la banca, controles estatales y un constante estado de alerta en el equipo contable. No obstante, ya desde su primer modelo -el 24 HP- las creaciones de Alfa fueron ganando fama.

Todo ello bajo la dirección técnica de Giuseppe Merosi, quien consiguió aupar las ventas desde las 80 unidades de 1911 hasta las 272 de 1914. Una carrera parada en seco con el inicio de la Primera Guerra Mundial, la cual puso a Alfa en su primera situación de peligro financiero. Con el mercado interno derrumbado y el externo cerrado, el estado obligó a la conversión del sector automotriz a industria de guerra. Un reto en el cual Alfa no supo moverse a pesar de haber tenido desde sus primeros días ciertos devaneos con los motores de avión. Tanto propios como fabricados bajo licencia.

Bajo esta situación, Alfa se puso bajo el amparo y dirección de la Banca Italiana di Sconto. Un hecho clave, ya que acabó desplazando de la jefatura técnica a Giuseppe Merosi para alzar al ingeniero Nicola Romeo. Experimentado en el diseño de maquinaria minera y con relaciones en el ejército, Romeo sí supo adecuar la marca a los tiempos de guerra fabricando incluso lanzallamas. Ocupación que afortunadamente dejó a un lado en tiempos de paz tras tomar el control formal de la empresa el 3 de febrero de 1918.

Día en el que se produce por acta notarial el nacimiento de Alfa Romeo. La denominación que ha permanecido para la historia, y bajo la cual se emprendieron los retos del tiempo de paz siguiendo la estela deportiva marcada por Merosi. Prueba de ello es el Alfa Romeo G1.

ALFA-ROMEO G1. AÚN BAJO EL DISEÑO DE GIUSEPPE MEROSI

Durante la Primera Guerra Mundial Alfa no sólo tuvo que vivir los rigores del conflicto bélico, sino también la lucha de egos entre Giuseppe Merosi y Nicola Romeo. Mientras el primero venía de diseñar algunos de los deportivos más refinados del momento, el segundo contaba con un muestrario de maquinaria industrial. Por ello, el orgullo de Merosi no aceptó de buena gana recibir órdenes de Romeo aunque, al fin y a cabo, su elección por parte de la banca gestora había salvado a Alfa de un cierre más que posible.

Un choque de trenes que llevó a la salida temporal de Merosi. Quien regresó poco tiempo después a la factoría de Portello bajo la promesa de enfocarse únicamente en asuntos de diseño. Así, con las jerarquías bien fijadas, Alfa culminó su transición a Alfa Romeo lanzando en 1920 la segunda serie de los 15-20 HP y el 20-30 HP. Primer modelo bajo el nuevo nombre, el cual montó un cuatro cilindros en línea capaz de entregar 49CV. Perfecto como producto intermedio por debajo de los espectaculares Isotta Frachini pero superior a los FIAT 501 y 502.

No obstante, en lo que se refiere al tope de gama Alfa Romeo necesitaba un sustituto al 40/60 de 1914. Un vehículo referencial en las carreras de la década, llegando en las unidades más potenciadas de la versión Corsa hasta los 83CV a 2400 rpm. Necesitado de superar o al menos igualarlo, Merosi comenzó a trabajar en el diseño de un motor seis cilindros que sería el corazón del nuevo Alfa Romeo G1. El modelo encargado de conquistar nuevos trofeos para la marca. Algo que, sin embargo, no salió de la forma en que se esperaba.

UN SÍMBOLO DE ITALIA EMPAQUETADO A AUSTRALIA

A pesar de que el Alfa Romeo G1 nació con la vocación de ser símbolo de los nuevos tiempos en la casa de Milán, éste no encontró hueco en el mercado nacional debido a su alto tipo impositivo calculado en base a la cilindrada. Característica que casó mal con la escasez de la Italia de postguerra. Donde un el imponente motor de seis cilindros y 6’3 litros del G1 no encontró predicamento siquiera entre los cliente-piloto más adinerados. Así las cosas, las cincuenta unidades del G1 -en versiones Torpedo, Limousine y Spider Corsa- fueron enviadas al mercado australiano sólo quedando en Italia dos prototipos.

Situación que impidió al G1 desarrollar palmarés, imposibilitado de lucir sus 70CV y 138 kms/h de velocidad punta en carreras como la Targa-Florio. De hecho, la historia del único chasis superviviente (#6018) ha estado más centrada en las granjas que en los circuitos. Y es que, después de la quiebra de su primer propietario debido a la Crisis de 1929, este Alfa Romeo G1 quedó escondido entre los matorrales de una granja para evitar su embargo. Refugio donde permaneció más de 25 años. Perdido tras la muerte del propietario hasta ser encontrado por los trabajadores del rancho.

Inconscientes de lo que tenían entre manos, estos usaron el Alfa Romeo G1 como coche para pastorear al ganado. Un uso de bache en bache que llevó a la rotura del eje trasero, empleando a partir de ahí su motor para bombear agua de pozos. Algo para lo cual no lo diseñó Merosi. Pero que hacía de maravilla gracias al fuerte par de 293Nm manejado por este seis cilindros a bajas vueltas. Así, lejos de de Milán y su destino en competiciones, este Alfa Romeo G1 sobrevivió hasta que en 1964 unos aficionados locales dieron con él. Momento en el que empezó una serie de restauraciones gracias a las cuales ahora luce como uno de los coches de colección más interesantes de la historia.

Fotografías: RM Sotheby’s

P.D. Cuando hemos dicho “uno de los coches de colección más interesantes de la historia” no lo hemos dicho porque sí. Y es que, para todos aquellos fetichistas de las genealogías del motor, este Alfa Romeo G1 de 1921 pasa por ser, posiblemente, el más antiguo conservado con este nombre. Algo que incluso aseguran los expertos de RM Sotheby’s. Empresa que lo subastó por última vez el pasado 2018 en Phoenix, Arizona.

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Escrito por Miguel Sánchez

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