Francisco Carrión
El libro que hoy presentamos es una obra reciente de un autor español, pero lo curioso del caso es que ni el autor se dedica al tema automovilístico, ni versa sobre un automóvil fabricado en España. Antonio Amado Lorenzo es un coruñés nacido en 1956, doctor arquitecto y profesor en este ámbito de la Universidad de La Coruña… y por supuesto, es un aficionado a los clásicos.
Y estas dos aficiones en común son las que deben haberle llevado a la obra del famoso arquitecto Charles Édouard Jeanneret-Gris, más conocido a partir de la década de 1920 como «Le Corbusier» quien por cierto también tenía verdadera pasión por los automóviles de su tiempo.
Antonio Amado había realizado ya varios doctorados y artículos sobre la obra de este revolucionario arquitecto francés del siglo XX; y precisamente de la relación de Le Corbusier y los automóviles versa esta interesante obra, titulada «Voiture Minimun. Le Corbusier y el automóvil».
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Arquitectura y Automóvil
El libro está dividido en diferentes capítulos, con temática diversa: La primera mitad trata de la relación personal de Le Corbusier con varias marcas de automóviles, principalmente con Avions Voisin, cuyo patrón fue su padrino y de la que poseyó diversas unidades durante los años 20 y 30 sin duda atraído por las angulosas líneas art-decó que estos lucían.
También trata esta primera mitad sobre los varios arquitectos “célebres” del siglo pasado que guiados por su afición al automóvil se atrevieron a plantear sus propios diseños, como fueron Frank Lloyd Wright, Walter Gropius o Amadeé Ozenfant, entre otros. Por último, este bloque estudia los primeros diseños que a finales de los años 30 trataron la aerodinámica en el automóvil producido en serie, como son los Volkswagen, Tatra o Lincoln.
La segunda mitad del libro se centra en el automóvil “Voiture Minimun” que concibió Le Corbusier en base a conceptos como la utilidad y la habitabilidad. Todo ello comenzó con un concurso que convocó la SIA (Societe des Ingenieurs de L´automobile) en 1935.
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Este concurso tenía un estricto reglamento basado en ciertas premisas de consumo reducido, costes bajos de producción y medidas mínimas para dos ocupantes. A este concurrieron varios socios de la SIA, y uno de los puntos fuertes de este libro es que reproduce a gran tamaño y calidad los planos de varias de las estrafalarias propuestas presentadas.
El libro concluye dedicado únicamente al “Voiture Minimun” de Le Corbusier: Su desarrollo, la relación de este con el concurso de la SIA, modulaciones por ordenador que simulan al coche “en la realidad” y la comparación de varios conceptos del “Minimun” con los vehículos de gran serie que triunfaron en los años posteriores. Y es sorprendente la cantidad de ideas que comparte la creación de Le Corbusier con los famosos Escarabajo, 2CV o Fiat 500.
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De la universidad al cielo
Para terminar, debemos decir que este libro nos ha sorprendido muy gratamente. La estructura lo hace ameno y su diseño es agradable –faltaría más-, y está salpicado de un enorme número de fotografías, en blanco y negro o en color, que explican visualmente todo lo comentado en el texto. Vaya, que cualquier aficionado al automóvil clásico disfrutaría con su lectura.
Para adquirirlo –por un precio de 43,27 euros- hay que dirigirse a la web del CSIC, pues esta obra ha contado con la colaboración para su edición de estamentos como el Ministerio de Economía y Competitividad, entre otros.
