Museo Maranello Rosso
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Adiós, Maranello Rosso

Como todo aficionado debería saber, no hay evento más lujoso y elitista relacionado con este mundillo que el concurso de elegancia de Peeble Beach, que se celebra anualmente en California.

Al calor de este concurso se celebran todo tipo de eventos, desde carreras en Laguna Seca hasta excursiones por la costa o mercadillos de piezas. Y como no podía ser menos, también hay subastas. Las diferentes casas aprovechan el selecto público sediento de supercoches para llevar los lotes más exclusivos y caros del año. Baste decir que sólo entre RM Auctions, Bonhams y Gooding & Company salieron a subasta nada menos que 77 Ferraris de alto nivel.

De entre todos ellos destacaba el Ferrari 250 GTO de Bonhams. Cualquier GTO es sinónimo del precio más alto, pero el que fue subastado en California tenía algo que lo hacía aún más especial: es el único GTO que llevaba más de 40 años en manos del mismo propietario, que además es un personaje famoso en el “mundillo” de los Ferrari clásicos y que lo ha estado usando en circuito hasta hace muy poco tiempo.

Museo Maranello Rosso
Los 250 GTO suelen ir de récord en récord en las subastas

Este hombre no es otro que Fabrizio Violati, fundador del museo Maranello Rosso de San Marino (Italia), lugar que atesoraba la hasta ahora la mayor colección de Ferrari 250 del mundo, aparte de otras muchas otras joyas.

Fabrizio Violati

Este pionero del coleccionismo nació en Roma el 17 de Junio de 1935 en el seno de una familia dedicada a la agricultura y la producción y embotellamiento de agua mineral a gran escala. Se licenció en geología y entró a trabajar en la firma familiar, llegando a ser director general del grupo, que fue vendido a Danone en 1987.

Sin embargo desde muy temprana edad Fabrizio compaginó el negocio familiar con su afición al motor y la velocidad. Ya con 16 años adquirió una Vespa y se dedicaba a saltar por encima de varios barriles en la fábrica familiar, llegando a conseguir saltar 12 de ellos en un solo “vuelo”.

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Violati empezó con Vespa y continuó con Fiat y Abarth. Más tarde también quiso catar una «Ferrarina»

Esta extraña afición llegó a los oídos de la fábrica Vespa, que rápidamente lo contrató como piloto oficial. En 1954 Violati gano su clase en el “Campionato Italiano di Regolaritá” para Vespas.

Tras esto dio el salto a las 4 ruedas en 1959 al adquirir un pequeño Fiat 600 con el que participó en varias carreras en cuesta, aunque ya en 1960 lo sustituyó por un Abarth 750 bastante más competitivo. Con este coche sufrió un terrible accidente que le mantuvo 6 meses encerrado en el hospital, pero a pesar de ello Fabrizio comenzó con este coche una gran afición hacia la marca del escorpión, como veremos más adelante.

Este accidente hizo que desde su familia le “recomendasen” encarecidamente el abandono de cualquier participación deportiva, pero no evitó que pocos años después Violati comprase su primer Ferrari, el 250 GTO chasis número 3851 GT protagonista de la última subasta de Bonhams.

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Le recomendaron dejar las carreras. Él compró un GTO

COMO SIEMPRE, CON PEDIGRÍ

Este coche es el número 19 de los 36 construidos, y fue terminado el 11 de Septiembre de 1962. Su primer propietario fue el afamado piloto francés Jo Schlesser, que condujo el coche en el Tour de France de 1962 copilotado por el campeón francés de eski Henri Oreiller. La pareja peleó por el triunfo hasta los últimos kilómetros y finalmente consiguieron un segundo puesto general.

Después de esto Schelesser inscribió su 250 GTO en una carrera en el circuito de Montlhery, al sur de París, donde sufrió un aparatoso accidente. El coche fue inmediatamente enviado a Italia, donde la propia fábrica Ferrari lo reparó completamente y lo vendió al piloto italiano Paolo Colombo justo a tiempo para el comienzo de la temporada de carreras de 1963.

Tras una temporada con varios éxitos en la categoría italiana de “subida de montaña contrarreloj” el GTO fue vendido al piloto Ernesto Prinoth en 1964, que también lo utilizó en competición con éxito.

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GTO, deja al desnudo la carrocería de Scaglietti

A este mismo hombre se lo compró en 1965 Fabrizio Violati por 2.500.000 Liras (El equivalente actual a 25.000 euros). Violati siempre recordaba que lo salvó “in extremis” de ser desguazado para emplear su motor como propulsor de una lancha de carreras.

Tras este, Violati compró su segundo Ferrari en 1974; se trataba de un 250 GT “normal” al que pronto le siguió un 250 GT SWB Competizione de 1960 con carrocería de aluminio. A partir de aquí su colección fue aumentando por momentos, hasta incluir nada menos que 25 Ferraris “de pata negra” y otros tantos Abarth con pedigrí en competición.

Entre los Ferrari de su colección destacaban el 330P de 1964 que había ganado en Goodwood a los mandos del mítico Graham Hill, el 250 MM Berlinetta Pinin Farina o el 312 T3 Grand Prix de 1978 que había sido pilotado por la pareja Villeneuve-Reutemann.

En 1979 Fabrizio retomó su afición por las carreras y comenzó a participar en el Campeonato Historico Fia con sus GTO y SWB al amparo de la “Scuderia Campidoglio Autostoriche”, consiguiendo el título FIA en 1985 y ganando la Targa Florio Histórica en 1989. Durante los años 80 Violati también participó en las 24 Horas de Le Mans para coches “actuales” a los mandos de un Ferrari 512 BBLM, aunque en sus tres participaciones tuvo que retirarse por avería.

En 1984 el mismísimo Enzo Ferrari encargó a Violati la formación del Ferrari Club Italia, tarea que llevó con tal éxito que le fue permitido por Ferrari usar la denominación “Maranello Rosso” para su colección de Ferraris y Abarths, que abrió al público en 1989 en San Marino aunque las instalaciones fueron renovadas en el año 2000 al aspecto que tenían cuando Unai Ona tomó las fotos que acompañan a este artículo.

Fabrizio Violati falleció en 2010, y aunque comenzaron las dudas sobre el futuro del museo, pareció que este iba a mantenerse abierto al público como tributo a la figura de este gran coleccionista. Hasta el año pasado la colección se mantenía abierta al público –aunque como pueden ver no se permitía tomar fotos de la planta del sótano, donde estaba ubicada la colección Abarth- hasta que misteriosamente un día cerró sus puertas.

Llega Lowmann

Evert Lowmann es uno de los mayores coleccionistas de coches antiguos a escala mundial. Baste decir que con su colección particular (que comenzó su padre ya en los años 30 del Siglo XX) se ha creado el Museo Nacional del Automóvil de Holanda.

En los últimos años la colección Lowmann había “fagocitado” –comprado, entiéndase- otras colecciones importantes, como fue el caso de la afamada Rosso Bianco Italiana, compuesta en su mayoría por valorados vehículos deportivos desde los años 10 hasta los años 70. Pues bien, tras el cierre del museo Maranello Rosso se especulaba con que Lowmann había adquirido en lote toda la colección… sin manejarse cifras, claro, pero se pueden imaginar.

Finalmente el “bulo” se confirmaba, la colección había sido trasladada a una nave en Holanda. Y poco después saltaba la noticia de que Bonhams iba a subastar “10 piezas significativas de la colección Maranello Rosso”, incluyendo la estrella de esta, el 250 GTO.

Museo Maranello Rosso
Un temible Ferrari Daytona

Aún son muchas las incógnitas sobre esta curiosa operación. Las estratosféricas cifras se han mantenido –cómo no- en el más estricto secreto. Tampoco se sabe muy bien porqué Lowmann no ha optado por quedarse con el 250 GTO, pues sería la “guinda” perfecta para su espectacular museo… por mucho que el precio de venta de este coche en subasta pueda hacer saltar todas las previsiones.

Y es que los dos 250 GTO vendidos anteriormente habían manejado cifras astronómicas: En 2012 uno se vendió por 32 millones de Dólares. En 2013 otro alcanzó 52 millones. El de Bonhams tenía el pedigrí que ya hemos descrito y se supone que no ha habido ningún otro con un propietario tan activo, célebre y que lo haya mantenido durante tantos años.

Con estos antecedentes había gran expectación, en parte motivada por los comentarios de varios periodistas especializados que clamaban que este GTO podía ser el primer coche en la historia de las subastas en acercarse mucho o incluso llegar a la barrera de los 100 millones, en este caso de dólares.

Museo Maranello Rosso

Finalmente no fue así y el GTO ex Violati se vendió muy cerca del precio mínimo estimado por Bonhams. Y aunque los 38.115.000 dólares conseguidos marcan un nuevo récord absoluto en cuanto a automóviles vendidos en subasta, la cifra no ha sido tan espectacular como se esperaba. Sin duda ha sido una pequeña lucecita de cordura entre todas las cifras sin sentido que se han manejado en California el pasado mes de agosto.

Por poner un ejemplo, solo con los 10 coches procedentes de la colección Maranello Rosso, Bonhams ha conseguido recaudar 65.945.000 dólares. Y como testimonio de lo que fue la espectacular colección de Fabrizio Violati ya solo nos quedan las fotos que Unai Ona tomó justo un año antes del cierre definitivo del museo y la dispersión de algunas de las joyas que lo componían. Disfrúten de las que les quedan por ver.

 

Más Maranello Rosso (Fotografía de Unai Ona)…

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Escrito por Francisco Carrión

Me llamo Francisco Carrión y nací en Ciudad Real en 1988, un lugar en principio poco afín a los coches antiguos. Afortunadamente mi abuelo, dedicado al sector del automóvil, tenía amigos que poseían autos veteranos y participaban en el rallye anual que se celebraba (y sigue celebrando) en mi ciudad natal... Ver más

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