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Ferrari 512 S Modulo: Por Fin en Movimiento

FOTOS FERRARI 512 S MODULO: PININFARINA

Dicen que cuando Miguel Ángel acabó de esculpir su Moisés se apartó de la mole de mármol, puso en ella su mirada y espetó un sucinto y solemne “habla”. Obviamente el gigante pétreo no se movió lo más mínimo, pero a veces no siempre ocurre lo mismo en la historia del arte y el diseño. Y es que, unos 5 siglos más tarde pero también en la Península Itálica, Pininfarina empezó a cobrar fama gracias a algunos de los mejores diseños automovilísticos de todos los tiempos. Verdaderas obras de arte del diseño industrial.

De todos los clientes para los que ha trabajado, sin duda la relación más duradera y próspera es la que ha resultado del matrimonio con Ferrari. A estas alturas no hace falta glosar los magníficos “cavallinos” salidos de los lápices de Pininfarina, pero sí conviene recordar uno que, hasta hace muy poco, ha estado como el Moisés de Miguel Ángel: inmóvil.

Estamos hablando del Ferrari 512 S Modulo, todo un ejercicio de diseño que casi nunca llegó a ponerse en movimiento a pesar de llevar montado un V12 de 5 litros capaz de entregar 550CV y acelerar de 0 a 100 km/h en tan sólo 3’1 segundos. Las ruedas delanteras se encontraban “encerradas” dentro de un ángulo de giro muy reducido por el carenado de la carrocería, y además la idea de producirlo en serie nunca llegó, posiblemente por lo avanzado y radical de una carrocería donde había que desplazar una puerta-techo a fin de entrar al puesto de conducción.

Por todo ello el Ferrari Modulo pasó a la historia como una gigantesca maqueta, un soberbio ejercicio de innovación visual que adelantó junto a otros prototipos como el del Lancia Stratos lo que habría de ser la estética de los superdeportivos durante los años 70 y 80, y cuya huella visual podemos seguir en multitud de Ferrari como el 512 BB.

Ahora, y tras comprárselo a Pininfarina hace tan sólo 4 años, el reputado coleccionista de coches deportivos James Glickenhaus lo ha sometido a un minucioso proceso de puesta al día mecánica gracias a la cual al fin hemos podido ver circular al Ferrari Modulo.

FERRARI 512 S MODULO: CASI 50 AÑOS PARADO

La historia del Ferrari Modulo arranca en las pistas de competición de resistencia, justo cuando a finales de los 60 la rivalidad entre la marca italiana y Porsche estaba llegando a unos puntos álgidos que se complicaron aún más para la escudería del “Commendatore” cuando la FIA cambió el reglamento del Grupo 6 -prototipos- bajando la cilindrada hasta los 3 litros.

Normalmente Ferrari competía con prototipos de 5 litros o más, por lo que si querían seguir haciéndolo así debían dar un golpe de mano: ni más ni menos que fabricar al menos 25 unidades del coche con el que desearan competir para que así éste pudiera ser homologado en las carreras; la misma estrategia que Porsche con su 917. Así nacía en 1970 el Ferrari 512, del cual la Scudería utilizó tan sólo unas pocas unidades, siendo vendidas la mayor parte a pilotos particulares.

No obstante una de ellas acabó en manos de la casa Pininfarina, la cual aprovechó su chasis y motor para revestirla con una carrocería completamente diferente. Tan diferente que, aunque Ferrari quedó maravillada por las posibilidades que un diseño tan aerodinámico y ligero proporcionaba combinado con la mecánica del 512… Nunca llegó a ver más unidad que ésta.

Así las cosas, este diseño futurista de un Paolo Martin en estado de gracia quedó almacenado en el Museo Pininfarina, imposibilitando poner en acción su soberbia mecánica, la cual ha dormido durante casi 50 años hasta la llegada del coleccionista James Glickenhaus.

Y EL DIJO “MUÉVETE”

Glickenhaus es uno de los coleccionistas de coches más reputados del mundo, por lo que pudo hacerse con la insospechada adquisición del Ferrari Modulo hace unos 4 años. La verdad es que semejante pieza de diseño caiga en manos de un coleccionista particular en vez de estar expuesta en el museo donde pasó la mayor parte de su vida… No es un motivo de tranquilidad para los apasionados del motor, pero afortunadamente James ha hecho lo correcto: volver a insuflar vida a ese impresionante V12 dormido durante décadas.

Para ello ha trabajado con el 512 S Modulo a fin de hacerlo andar y, aunque la velocidad no es muy alentadora ya que seguramente no se atreva a arriesgar el estado de conservación de este icono del diseño automovilístico, lo cierto es que al fin oímos el sonido de ese motor concebido para la competición.

En fin, parece que mientras Miguel Ángel no tuvo éxito al decir a su Moisés aquello de “habla”, Glickenhaus sí lo ha tenido al decir al Ferrari 512 S Modulo… «Muévete».

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Escrito por Miguel Sánchez

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

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