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2035, fecha tope para los motores de combustión en Europa

Quedan poco más de 12 años para que los concesionarios dejen de ofrecer vehículos con motor de combustión, un periodo de tiempo durante el que se deben avanzar muchísimo en infraestructura y en rendimiento de la tecnología

Se ha estado hablando sobre ello mucho tiempo, se ha especulado en infinidad de ocasiones sobre lo que pasaría de llegar a hacerse realidad e incluso algunos fabricantes y organizaciones se han mostrado claramente en contra. Sin embargo, el Parlamento Europeo ha votado a favor de prohibir la venta de vehículos con motores de combustión interna a partir de 2035. Es el principio del fin, la imposición de una tecnología para la cual, en estos momentos, no estamos preparados. Quedan poco más de 12 años para que los concesionarios dejen de ofrecer vehículos con motor de combustión, un periodo de tiempo durante el que se deben avanzar muchísimo en infraestructura y en rendimiento de la tecnología.

Dicha prohibición estaba prevista que se pusiera en marcha en 2040, pero han querido adelantarla cinco años, pues el plan anterior no era suficientemente ambicioso y quieren cumplir una hora de ruta muy concreta: Europa debe ser neutra en emisiones de carbono para el año 2050 y para lograr este objetivo, no valía con prohibir los motores de combustión en 2040. Y ojo, porque esto quiere decir que incluso los híbridos y los híbridos enchufables, también desaparecerán de los concesionarios en 2035, no en balde, tiene un motor de combustión interna que cuando funciona, tiene emisiones contaminantes. Así pues, a partir de 2035 solo habrá dos opciones posibles: eléctricos o hidrógeno. De esta última opción, todavía falta por ver como evoluciona, ya que hay algunos frentes abiertos que podrían resultar muy interesantes, como el concepto que está probando Toyota (y que ya probó BMW hace tiempo), que consiste en un motor de pistones convencional, pero en lugar de combustible fósil, usa hidrógeno.

Pero no contentos con “matar” al motor de combustión, sea o no sea una buena idea, tienen intención de obligar, antes de llegar a 2030, a que las emisiones sean muy bajas. Vamos, que desde ya mismo, todos los motores de combustión que se fabriquen en la actualidad dejarán el mercado más pronto que tarde y hará que todos los fabricantes se centren en la electrificación. Concretamente, Europa pretende que para el año 2030, los fabricantes hayan reducido un 55% las emisiones respecto a las de 2021. Es decir, los fabricantes tienen que apretar un poco más para lograr esa reducción para 2030.

De todas formas, no será un problema para muchos de ellos, muchos han anunciado ya, que se pasarán a lo eléctrico antes de ponerse en marcha la prohibición y no son pocos precisamente. Por ejemplo, DS Automobiles solo tendrá a la venta coches eléctricos desde el año 2024, podríamos decir que desde mañana mismo. Jaguar y MINI también ofrecerán únicamente coches eléctricos desde el año 2025, mientras que Audi y Lancia, que renace de sus cenizas, harán lo propio en 2026. Alfa Romeo pasará a vender, únicamente, coches eléctricos, desde el año 2027, mientras que Opel, Renault, Peugeot, Ford, CUPRA, Maserati y Rolls-Royce dejarán de vender coches con motor de combustión interna en el año 2030. El Grupo Hyundai (que incluye a Kia) ha decidido que no venderá más coches con motores convencionales a partir de 2035, al igual que Toyota y Lexus y Honda esperará hasta el año 2040.

¿Cómo afecta la prohibición a los usuarios?

La votación en el Parlamento no es una confirmación total de la prohibición, todavía falta la ratificación por parte del plenario del Parlamento Europeo, tienen que votar los Estados Miembros, aunque por lo general, esta segunda votación suele ir por el mismo camino que la primera y rara vez se ha cambiado el rumbo de los acontecimientos. Es decir, que nadie ponga en duda que los motores de combustión interna dirán adiós en el año 2034, dejando en 2035 la única opción de la electricidad. Cualquier cambio que no vaya en esta dirección, será una auténtica sorpresa.

Evidentemente, la industria ya está viendo como se le agota el tiempo y ni siquiera se ha puesto en marcha la ley. Cambiar tan drásticamente como quieren los legisladores no será sencillo, y no porque los fabricantes no puedan, sino porque hay que “educar” a la población, hay que crear infraestructura y hay que bajar los precios de los coches eléctricos. A esto, además, hay que sumar el tiempo que se necesita para completar una carga completa… Puede parecer poco trabajo, pero no lo es. Solo mirar los cargadores que tenéis en vuestro lugar de residencia y veréis que no será tan sencillo. Sobre todo en pueblos con poca población y muy alejados de los grandes centros urbanos. Incluso hay zonas donde escasean las gasolineras, ni pensar entonces en un cargador para coches eléctricos. Puede ser un caos.

Prohibición motores de combustión

Pero dejemos eso a un lado y centremos nuestra atención en otra cosa: ¿Qué ocurrirá con mi coche actual? O mejor aún… ¿Qué pasa con mi clásico? Pues bien, por el momento, no pasa nada de nada, se podrá seguir usando como siempre, sin problemas. El mercado de segunda mano seguirá funcionando como hasta hoy y los coches con motores de combustión seguirán estando disponibles y se podrán comprar y vender. La prohibición será para vehículos nuevos, a estrenar, no para el resto. Eso no quiere decir que con el tiempo, acaben prohibiendo la circulación de vehículos con motor de combustión, o peor, que nos obliguen poco a poco sin prohibirlo directamente con una subida de los precios de los combustibles hasta que sean inasumibles. Entonces, los usuarios tendrán que pasarse sí o sí a los coches eléctricos.

El qué pasará con los coches clásicos es otro tema aparte, pues, en teoría, son parte de la historia y deberían conservarse como eso, bienes de interés histórico. Sin embargo, ya sabemos que todo lo que no sean cuadros, esculturas o música, por poner unos ejemplos, no interesa ser conservado ni promocionado, un coche es una máquina que no tiene sentido guardar cuando tiene muchos años, ¿verdad? Es cierto que hay muchas empresas que transforman los clásicos a eléctricos, pero estaríamos haciendo un cambio demasiado radical, perdiendo completamente la esencia y la autenticidad del coche. Se perdería esa conexión con su parte histórica.

Coches clásico elétrico

Hasta ahora, algunos fabricantes han estado desarrollando combustibles sintéticos, con muy bajas emisiones, que podrían ser usados, pero no sabemos si también se prohibirán los combustibles, sean sintéticos o no. Esta parte es todo un misterio.

No todo el mundo está conforme

Como es lógico, no todo el mundo está conforme con la decisión, hay asociaciones que no dejan de afirmar que la prohibición es un error. Desconocemos en qué se han basado para tomar esta decisión, pero desde el punto de vista del usuario solo encontramos inconvenientes por todos los lados: ausencia de cargadores y los que hay, no siempre funcionan; tiempos de carga demasiado largos; baterías que se degradan con el tiempo; coches con poca autonomía…

En España no estamos preparados para este cambio, la infraestructura disponibles es pésima y la que hay, no funciona como debe y te piden diferentes cosas para utilizarlas, según quien sea el propietario del cargador (aplicación propia, datos personales, suscripción…). Por eso, hay quien ha salido al paso diciendo que las cosas no se están haciendo (si es que alguna vez se han hecho bien…). Por ejemplo, desde ANFAC (Asociación de Fabricantes de Automóviles y Camiones), afirman que este objetivo no se debería haber definido ahora, sino en 2028 como pronto. FACONAUTO (Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción), por su parte, declara que los plazos están pocos pegados a la realidad y que no van en paralelo a las necesidades de los usuarios. Igualmente, ambas asociaciones dicen que habría que ampliar el tiempo y ofrecer incentivos y herramientas para fomentar la adquisición de coches eléctricos.

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Escrito por Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo.

Me gusta mucho la historia del automóvil y actualmente estoy creando una biblioteca personal dedicada, en exclusiva, a la historia del motor en España. También cuento con una enorme colección de material escaneado y he escrito el libro "El 600, un sueño sobre ruedas" (editorial Larousse).

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