Javier Romagosa
¿Qué es una caja de cambios? Todos sabemos para qué sirve, para poder elegir entre fuerza o velocidad según nos convenga ya que ni la potencia ni el par son constantes en el motor de combustión interna. Sin embargo, a menudo no sabemos qué es ni en qué consiste…
Los ingleses lo tienen más fácil porque llaman a este ingenioso dispositivo mecánico por su verdadero nombre: gearbox. En efecto, se trata de una caja de engranajes, otra de tantas que, como el diferencial, gobiernan el funcionamiento del automóvil. Una vez que se tiene claro que al «cambiar de marcha» lo único que hacemos es acoplar y desacoplar engranajes mediante un embrague, un pomo y un mecanismo de varillaje resulta mucho más fácil hacerse una idea de su funcionamiento.
Y entonces… ¿en qué consiste exactamente? Sumad a las diferentes combinaciones de engranajes que pueden darse en una caja de cambios el viejo principio de la palanca de Arquímedes y moveréis el mundo. Y es que gracias a las distintas medidas de los engranajes es posible seleccionar la palanca o «marcha» adecuada para desplazarnos en cada momento.
El cigüeñal del motor y la transmisión se comunican a través de la caja de cambios. Gracias a ella la fuerza del motor se multiplica en las marchas bajas y se divide en las altas, aunque en el caso que veremos a continuación tan sólo se llega a lo que se conocía antes como «directa» o, lo que es lo mismo, cuando la marcha más larga hace que la velocidad de giro del motor y de las ruedas motrices coincida.
Para aclararnos voy a dejar de escribir y a invitaros a ver este VÍDEO en el que Chevrolet nos lo explica divinamente. Está en inglés pero, como veréis, empieza explicándonos el mentado principio de la palanca para después sumergirnos en el funcionamiento de una caja de cambios manual de tres velocidades, muy habitual en los 20 y 30. Incluso nos enseñará por qué rascan las marchas y para qué sirven los sencillos sincronizadores.
¡No os lo perdáis! 😉
