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ClassicAuto 2016, hacia adelante

Pues a mi me gustó. Mira que suelo ser crítico con las grandes ferias españolas pero, con sus aciertos y errores, creo que 2016 ha sido el año de la redención de ClassicAuto.

Cierto es que la entrada de «o lo tomas o lo dejas» sigue vigente, que el traslado de la zona de restauración a la explanada de la entrada ha sido una idea nefasta, y que la organización tiene que poner algunas sillas de más en las conferencias… Pero, en general, este año el salón de Madrid tenía chicha, al menos desde el punto de vista del visitante. Veamos por qué.

(Complementa esta información con la nota oficial de prensa…)

Empecemos por la grasa de ClassicAuto 2016

Personalmente siempre he me sentido atraído por la entreplanta, ese espacio más o menos reducido en el que se apiña gran cantidad de grasa, de recambistas y de mercancía diversa preferiblemente conectada con el mundo del clásico. Allí casi siempre se encuentran cosas curiosas, desde la Indian con sidecar o las Benelli Sei que te reciben al pie de la escalinata -esta suele ser una planta motera-, hasta los exóticos puestos franceses, todo ello envuelto en un ambiente que no hace ninguna concesión al glamour, como debe ser.

Este año me dio la sensación de que había menos moto -sobre todo herrumbrosa- pero más recambista, lo cual, teniendo en cuenta la cantidad de artefactos de dos ruedas que había en la planta superior, no me parece criticable. Desde luego a primera hora de la tarde del sábado allí había movimiento, gente mirando, preguntando y negociando, la vidilla que se espera en un evento de estas características pero que no siempre se da.

La joya de la corona

La tercera planta es la joya de la corona de ClassicAuto, el enclave en el que la feria madrileña «trabaja» a conciencia para ganarse el título de Salón Internacional. Pasamos de la grasa de la entreplanta a la cuidada presentación de un tercer nivel que es la pesadilla de los fotógrafos -quien haya intentado tirar allí sabe bien a qué me refiero.

Arriba encontramos Maquinaria con mayúsculas y todo tipo de productos y servicios con unas formas algo más recatadas. Y en este revoltijo bien puesto destacaba sobre todo lo demás los preguerras del concurso de elegancia Frederick Constant; estaban al fondo, mal iluminados y como de costumbre vallados, pero eran unos señores automóviles…

Bugatti, Hispano-Suiza, Mercedes de campanillas, Delahaye, Rolls-Royce, Alfa-Romeo, unos coches que en su mayoría podrían presentar su candidatura a los certámenes europeos y americanos más prestigiosos y que fue un verdadero placer poder ver aunque fuese de lejos. El gato al agua se lo llevó uno de los Bugatti concursantes.

Buena y variada mercancía

Otros polos de atracción de la planta magna eran los stands de los talleres de restauración y compraventa y las marcas oficiales. En el primer grupo es preciso mencionar a Juan Lumbreras, Saica MotorSport, Cochera, RetroSport, Coupé y Cars Clásicos, entre otros. Cómo podéis ver en las fotos trajeron buen material, una lástima como siempre la habitual cinta roja que, en la mayoría de los casos, impide acercarse a los autos.

Respecto a las marcas, Porsche, Seat y Mercedes estaban presentes. La primera conmemoraba el nacimiento de los otros Porsches, los de motor delantero y cambio en transaxle, aunque no por ello dejaba de desplegar dos 911 -uno de ellos jovencito- con una pinta excelente.

Seat celebraba sobre todo el 50 aniversario del entrañable 850, y para ello traía una berlina, un sedan, un coupé y un spider. Un bonito display muy evocador y desde mi punto de vista muy bien iluminado. Da gusto ver como Seat no ceja en su empeño de difundir su historia.

Había vida más allá de los grandes, con variedad de puestos aquí y allá. No me gustaría dejar de mencionar los dos Ford GT40 del stand de Grand Prix Originals, el Dodge Serra traído por la revista Coches Clásicos o el Renault 5 Turbo de Motor Clásico, entre otros muchos clásicos que intento enseñaros en las imágenes que acompañan a este tocho.

Por otro lado, me sorprendió la cantidad de motos presentes y, sobre todo, el aumento de las clásicas customizadas de aspecto cafe-racer. El concurso de restauración y el puesto de los manchegos Motos HD centraban la atención en este ámbito. Únicamente eché de menos una mayor cantidad de motocicletas de preguerra.

Car Corral, a tope

Bajemos ahora al primer piso, a la planta maldita. Tras dos años con niveles de ocupación bajo mínimos, parece que esta parte de ClassicAuto también ha recuperado su vigor; si bien se ha dejado una parte importante de los coches en exposición por el camino, me pareció que contaba con una oferta de productos y servicios bastante decente.

Mención aparte en estas latitudes merece el Car Corral, en el que había mucho auto en venta. Hay quien se escandalizará con algunos de los precios, pero a estas alturas es un hecho que en España se inflan las cifras para después negociar a lo grande, una práctica con la que no comulgo pero que he sufrido personalmente.

Y bueno, no os doy más la tabarra, el caso era resaltar lo mejor de ClassicAuto 2016. Seguro que me dejo cosas importantes en el tintero por lo que, para no omitirlas, os enlazo a continuación a la nota oficial de prensa en la que se explica con pelos y señales todo lo sucedido. Y además os dejo unas cuantas fotos más ;).

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Escrito por Javier Romagosa

Me llamo Javier Romagosa. Mi padre ha sido siempre un apasionado de los vehículos históricos y yo he heredado su afición, a la par que crecía entre coches y motos clásic@s. He estudiado periodismo y sigo haciéndolo, ya que quiero convertirme en profesor universitario y cambiar el mundo... Ver más

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