Francisco Carrión
Hace ya diez años que los participantes del foro Camiones Clásicos.com tuvieron la idea pionera de reunirse anualmente. Al principio eran simples encuentros con el fin de conocerse personalmente y cambiar impresiones sin la necesidad de hacerlo a través del ordenador, pero con el tiempo algunos aficionados empezaron a acudir con algún camión clásico, y pocos años después esta se convirtió en la primera concentración dedicada exclusivamente a clásicos industriales que se celebraba en España.
Esta reunión decana no es solo una simple ”concentración”; normalmente se busca un recinto amplio donde los camiones quedan expuestos al público tras las pequeñas excursiones durante al menos un par de días. Además se habilitan algunos puestos de venta de artículos relacionados con camiones –camisetas, piezas, miniaturas, etc- e incluso puestos de comida o alguna actividad para los más pequeños… ¡cómo si estuviéramos en un evento de clásicos en Inglaterra!
Lo cierto es que en solo 10 años este evento ha alcanzado una calidad organizativa y participativa del más alto nivel. Este año la base de operaciones era el hotel Puerta de Gredos, situado a las afueras de Barco de Ávila (Ávila), con amplios espacios abiertos aptos para aparcar los más de 50 camiones que acudieron a la cita.
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El día de llegada fue el pasado viernes 19 de septiembre, y durante los días 20 y 21 los camiones realizaron sendas excursiones a Navalonguilla y el Alto de Tornavacas por las mañanas, mientras que por las tardes como ya comentábamos permanecían expuestos para deleite de los visitantes. Por cierto, la entrada es gratuita.
Restauraciones de calidad
En cuanto a los participantes, destacaba la calidad y variedad. La mayoría lucían esmeradas restauraciones e incluso había alguno conservado “en su salsa” respetando toda su originalidad, como el pequeño y exótico Nazar de 1965 o la grúa “mejunje” Ford con chasis de los años 40, cabina de los 60 y mecánica diesel Barreiros, típico invento hispánico.
La marca con mayor número de unidades presentes era –como no podía ser menos- Pegaso, de la que se podían ver prácticamente todos los modelos civiles que se fabricaron hasta el cese de producción a principios de los años 90. El más antiguo era el magnífico “Mofletes” 140 CV diesel de principios de los años 50 propiedad de la familia Savall, camión que destacaba aparte de por su antigüedad y magnífica restauración por ser una de las escasísimas unidades conservadas (quizá sólo 3) de la configuración “cabeza tractora”.
También es raro ver Pegasos de las series Comet y Europa en “cabeza tractora”, y sin embargo en esta reunión había varias unidades. El único modelo mítico de la marca del caballo encabritado que echamos en falta era el Barajas de mediados de los años 50, si bien su ausencia se suplía con creces con el precioso autobús Monotral de la familia Savall que montaba el mismo motor V6 diesel… y que producía en marcha el mismo sonido ronco y petardeante.
Pero no solo había Pegasos interesantes; casi todos los industriales que se fabricaban en España en los 60 y 70 estaban presentes. Había varios Avia, Barreiros y Ebro de diferentes tamaños y épocas, prácticamente todos perfectamente restaurados. Tampoco faltaba una furgoneta Mercedes O319 de las fabricadas por Enmasa, o el variado conjunto de producción extranjera.
Entre ellos destacaban los típicos Leyland Comet 90cv con su particular ronroneo, un antiguo Austin K4 de finales de los años 40 o el impresionante Diamond T de 1937 al que no faltaba detalle en su cuidada restauración. Esta marca americana, tan desconocida hoy en día en nuestro país, fue una de las principales productoras de camiones hasta los años 50 y sus productos eran considerados casi como “de lujo”.
No había más que ver el cuidado interior de este ejemplar, más digno de un turismo que de un vehículo industrial, o su voluminoso motor de 6 cilindros y culata plana… por supuesto, de gasolina. Este último se disputaba el puesto de vehículo más antiguo con el 3HC ruso de Angel Domingo, también de 6 cilindros y gasolina pero de diseño espartano y anticuado, como corresponde a todo vehículo soviético.
Sin embargo pudimos comprobar su más que correcto funcionamiento en alguno de los paseos esporádicos que se ofrecía en este camión por los alrededores del hotel, y es que varios de los que estaban expuestos se prestaban a pequeñas excursiones para demostrar al público como suenan y humean estos veteranos del transporte. Sin duda, todo un placer para vista y oídos que -al menos nosotros- pensamos no perdernos el año que viene.
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